El sector advierte que trabajan para sobrevivir. Algunos se abocaron a la venta online y otros directamente abandonaron la actividad. Hay incertidumbre por las nuevas restricciones. Nahuel Amore
Hace un año entraba en vigencia el aislamiento obligatorio en la Argentina. Desde ese momento, nada fue igual y los sectores económicos debieron adaptarse rápidamente a la dinámica de la pandemia para sostener empresas y empleos. Sin embargo, del abanico de actividades, no todas salieron ilesas y el turismo es, sin dudas, la más afectada.
Con restricciones a la circulación a nivel nacional e internacional que todavía perduran, las agencias de viajes entraron en una crisis terminal. Las ventas se desplomaron, inclusive este verano, a pesar de los tenues intentos de reactivación. En este contexto, se estima que en Paraná un 15% de los locales debieron cerrar sus puertas para dedicarse a la venta online o, directamente, optar por otra alternativa de vida. En ese escenario se perdieron puestos de trabajo y otros apenas están en la cuerda floja.
A pesar de que muchas actividades pudieron volver a funcionar progresivamente, en el sector siguen sin visualizar la luz al final del túnel. La amenaza de la llegada de una segunda ola en el país es un panorama negro que se avecina y coarta cualquier expectativa y previsibilidad. Por ello, no dudan en remarcar la gravedad de la crisis actual y los riesgos que proyectan.
“El 2020 fue muy difícil y este año también será muy duro. Falta certidumbre para encarar un viaje, ante la segunda ola, el cierre de fronteras y el temor de las nuevas cepas, que van a someter a muchas agencias a pensar sus verdaderas posibilidades de sobrevivir”, resumió a DOS FLORINES Carlos Monti, titular de Costanera 241.
Crisis
Las estimaciones dan cuenta de que un 30% de las agencias de viajes del país cerraron sus puertas a lo largo de 2020. En la capital entrerriana, según graficó Juan Solari, titular de Altas Barrancas, “entre un 10 y 15% cerraron su local”. Entre ellos están los que optaron por la modalidad virtual, avalada hasta fin de año por el Ministerio de Turismo de la Nación. En esa crisis también hay empleados que se la rebuscan en la absoluta informalidad.
“En el ámbito de Paraná, las agencias de viaje están en una situación crítica. Algunos de los colegas han dejado los locales y se han ido en forma virtual, mientras que otros directamente cerraron. Es complejo y estamos resistiendo hasta lo que se pueda”, dijo el profesional del turismo a DOS FLORINES.
A su turno, Sebastián Bel, socio de Weenkend Travel, aseguró que “la actividad está en un 85% parada si la comparamos con años anteriores, tratando de sobrevivir”. “Esperamos que el Gobierno nacional y provincial sostengan herramientas como el Repro II, que es fundamental para pagar el sueldo de empleados”, afirmó.
“La situación es crítica, estamos complicados. Muchos cerraron y se dedican a otra actividad. El panorama sigue malo, con restricciones nuevas de vuelos. Hoy se trabaja para la supervivencia de la empresa”, sintetizó Gustavo Gastaldi, de Gastaldi-Angelone Viajes, quien señaló que su agencia se vio afectada considerablemente ya que el 95% de sus ventas eran a destinos internacionales.
Ventas
Desde el inicio de la pandemia, la facturación cayó significativamente, sobre todo por la imposibilidad de ofrecer paquetes al exterior. Con el paso de los meses hubo intentos de reactivar vuelos, aunque fueron discontinuados y sin garantías, lo que genera incertidumbre para lo que se viene.
“Lo poco que se vende ayuda a sostenernos. Enero, febrero y marzo se incrementaron las ventas respecto de 2020, sobre todo a Caribe. A nivel nacional salió Ushuaia, Calafate y Bariloche. Ahora buscan Cataratas para Semana Santa. Pero lo que es Europa nos mató, porque era nuestro caballito de batalla. Iban muchos grupos”, describió Gastaldi.
Al igual que Solari, Bel coincidió en que “las ventas son mínimas”, inclusive de cara a los próximos meses. “Salen algunas ventas para octubre y noviembre, aunque todo dependerá de cómo sigue la vacunación en el país y el mundo. En diciembre se vendió algo para la Patagonia, norte de la Argentina y también Caribe en febrero”, agregó.
Incluso, en el sector no mejoró las expectativas el programa PreViaje para reactivar el turismo interno. “Lo que se vendió dentro de Argentina es de un turista que no requiere agencia y, por eso, el panorama es duro, difícil y de mucha incertidumbre”, expresó Monti.
Costos
El titular de Altas Barrancas explicó que ese 15% que cerró su local físico lo hizo para “reducir costos de alquiler y de gastos mensuales como internet, impuestos y luz”.
De todos modos, quienes permanecieron tuvieron que acordar con inmobiliarias o propietarios un descuento en el alquiler “porque de otro modo es imposible sostenerse”. De hecho, las horas de apertura se redujeron a media jornada.
“Las agencias tuvieron que armar su propuesta comercial, con otra matriz. Otros están haciendo trabajos de consultorías, tratando de rebuscársela. Otros estamos generando deuda, porque no se pueden pagar impuestos y algunos servicios”, explicó Bel.
En ese sentido, Gastaldi explicó adoptaron “decisiones para poder sostenernos” y lamentó que tuvieron que despedir a una empleada. “En agosto ya pensábamos que 2021 iba a ser igual, por lo cual minimizamos todos los costos de la empresa para poder seguir operando”, aseguró.
Finalmente, concluyó: “La pasan mal las agencias con estructuras grandes, con 10 empleados o más. Cada vez hay menos gente que trabaja en el sector. Los que teníamos las estructuras más chicas y nos adaptamos rápido, seguiremos sobreviviendo”.
