ENFOQUE PORTADA

Stand – alone, o quedarse solo

Por Omar Rivera – Capitán de Ultramar – Práctico Oficial de Río de La Plata

Además de una calificación de riesgo, para consulta de grandes inversionistas interesados en acciones, emitida por la financiera MSCI, el Stand- alone Market o mercado independiente, en la que estamos ubicados ahora, recurriendo a un juego de palabras,  podría pintar de cuerpo entero nuestra actualidad: quedamos solos.

Cuando inversores estudien acciones para comprar e invertir, no verán casi ninguna empresa local en alguna de las categorías existentes, ya que al encontrarnos como país Stand-alone Market, las empresas argentinas no tienen índice de calidad calculado que puedan ser evaluados y analizados para decidirse a invertir o no.

Al no tener datos publicados serán invisibles para los inversores.

Seguirán cotizando en bolsa pero sin referencias.

Según analistas económicos, “las empresas tendrán un impacto negativo en el valor de las acciones y dificultades para conseguir dinero y prefinanciar exportaciones, al mismo tiempo que al país le genera un daño en su reputación”.

Ese daño colateral, se sumará a los ya existentes, como el alto Riesgo País actual, que si bien indica la calidad de los bonos de deuda de un país, también es un termómetro de la marcha de las economías, y provoca aumento de las tasas de interés en los préstamos que se ofrecen, ausencia de ayuda financiera por necesidades coyunturales y algo muy grave también, que es el desinterés de los inversores para colocar capitales.

¿Por qué nos califican así?

El estatus de un país se nutre de tres elementos que interactúan, lo económico, lo financiero y lo político. Tenemos muchos problemas y hemos dejado de inspirar confianza.  

Algunos son males endémicos,  entre otros: procesos inflacionarios difíciles de contener; altísima presión impositiva; exagerado gasto público; la falta de mínimos acuerdos básicos en la política sobre economía a mediano y largo plazo.

Y otros que hay que adjudicarlos a este gobierno: La falta de libertad cambiaria y de mercado; las empresas extranjeras tienen dificultades para disponer libremente de sus ganancias; hay una peligrosa inestabilidad en política exterior e interior; la intervención a empresas con capitales privados, por decreto, caso Repsol YPF durante la anterior periodo en el 2012; no hay planes económicos coherentes y factibles a mediano plazo; una excepcional dificultad para mantener fuerza laboral y contratar nueva; manifiestas dificultades impuestas al sector productivo; aumento de retenciones al campo, prohibiciones de exportación, etc.

La disminución del gasto público no está entre los planes de gobierno.

Los subsidios a las tarifas y al transporte, a nivel insostenible aumentan el déficit.

Existen fundadas dudas respecto a la protección de la propiedad privada que tiene esta administración.

Una muy marcada posición antimercado que afecta principalmente a empresas e inversiones de capitales extranjeros, provenientes del circuito internacional tradicional.

La posibilidad constante de entrar en default con organismos internacionales de crédito, por dificultades financieras y por una fuerte carga ideológica.

Moneda desvalorizada por alto nivel de impresión y debilitada al extremo por la falta de confianza que inspira tanto hacia afuera, como hacia adentro.

Tampoco suma el apoyo a autocracias, donde no se respetan derechos humanos de manera flagrante y evidente.

Nos estamos aislando de a poco y vamos tirando una a una las llaves al agua.

Dependeremos de la ayuda de países complicados y sin tradición democrática, lo que nos traerá consecuencias difíciles de imaginar.

Estamos acercándonos a una situación

de niveles catastróficos de desorganización, violencia intramuros y pobreza.

Y vemos un gobierno que dedica la mayor parte de su energía solo en llegar a las próximas elecciones lo menos dañado posible. 

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