En la celebración de su 70° aniversario, el presidente Edgardo Oneto planteó la necesidad de sostener el “equilibrio” de la institucionalidad. Además, reconoció que la problemática común a los profesionales es “la permanente y continua modificación en las reglas de juego”. Nahuel Amore
El Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Entre Ríos (Cpceer) celebró este lunes su 70 aniversario. Con un acto en las puertas de la institución, sobre Buenos Aires 273 de la ciudad de Paraná, se puso en valor el haber llegado a otra década de vida y se aprovechó la oportunidad para “ratificar el compromiso” en épocas donde los tiempos vertiginosos apremian a los matriculados.
La celebración contó con la presencia de las autoridades institucionales, colegas y expresidentes del Cpceer, motivo por el cual se hizo un breve recorrido por la historia y las anécdotas que forjaron y sostuvieron el trabajo. Asimismo, acompañaron tres funcionarios que abrazaron la carrera de contador público: Adán Bahl, intendente de Paraná; Hugo Ballay, ministro de Economía de la Provincia; y Germán Grané, titular de la Administradora Tributaria de Entre Ríos (ATER).
Edgardo Oneto, presidente de entidad, brindó un discurso en el que destacó la importancia del “federalismo” para la institución. No es para menos, ya que por primera vez un matriculado que no fuera de Paraná dirige los destinos del Cpceer. Del mismo modo, reflexionó sobre la necesidad de que los jóvenes le den continuidad al trabajo realizado y puedan comprometerse con la defensa de los intereses de los colegas.
Sobre este último punto, en diálogo con DOS FLORINES, Oneto reconoció que es un tema que están trabajando debido a que los tiempos son otros y resulta clave la renovación de dirigentes con compromiso. “Es una gran verdad que cuesta. La labor que hacemos todos los directivos, la hacemos como si fuera una asociación sin fines de lucro; lo hacemos simplemente por actitud y vocación de servicio, sin otros motivos”, afirmó.
En esa línea, resaltó: “Nos ayuda mucho la estructura laboral administrativa del Consejo que en el día a día ayudan a trabajar. Pero estamos queriendo ratificar el compromiso; cada vez se hace más difícil porque las horas que le dedicamos al trabajo son mayores, de mayor complejidad y con mayor volatilidad en las normas. Pero no vamos a dejar de intentarlo”.
—¿Qué importancia tiene sostener la vida institucional del Consejo, en contextos políticos y económicos que exigen de un rol más activo de estos actores?
—Es muy importante. En la vida, el equilibrio es lo más difícil de lograr. Como dijo nuestro expresidente Rodolfo Álvarez, esta es una institución donde siempre pretendimos incluir a los mejores y los que tengan predisposición y actitud de trabajar por el resto de los matriculados. Nunca hubo en esta institución intereses ajenos a nuestra profesión. Eso nos marcó un camino a los que estamos ahora y a los que vendrán. Nosotros nos nutrimos de la comunidad a través del reconocimiento. Eso hace que tratemos de mantener el equilibrio con el gobierno.
—¿Cómo se logra esa independencia a la hora de plantear reclamos?
—Es un camino que se construye todos los días. Se logra por el compromiso que tenemos todos con la institución. Hoy nuestro gobernador -Gustavo Bordet- es un colega matriculado en nuestro Consejo, integró nuestras comisiones en la delegación Concordia; nuestro ministro de Economía también conoce la vida del Consejo. Todos tenemos muy en claro que la actividad es la que nos va a proteger, cuidar y, eventualmente, a sancionar a aquellos que no cumplan con lo que tenemos que cumplir como profesionales. Eso no es mérito mío, sino de todos: de los jóvenes, los que han pasado, los que no están, los que construimos y seguiremos construyendo día a día.
—¿Cuáles son las principales demandas hoy que trasladan al Cpceer los colegas?
—Hoy la problemática común para un profesional de Ciencias Económicas está dada por la permanente y continua modificación en las reglas de juego. Nosotros estamos vinculados a las actividades económicas. Donde hay una actividad económica, hay una necesidad; donde hay una necesidad, hay un profesional que trata de asesorar. Las necesidades son infinitas y los recursos son finitos. Tenemos que interactuar permanentemente y donde más se reclama es en la actitud que tenemos hacia los organismos públicos, porque en su afán de hacer muchas veces chocan en cuanto a los intereses no solamente de los profesionales de Ciencias Económicas sino también a los contribuyentes. Tratamos que de ese choque, porque a nadie le gusta pagar impuestos, hacer un poco de docencia. Vivir en comunidad tiene su precio y nosotros tratamos de estar en el medio de esa situación.
