ENFOQUE PORTADA

La metalúrgica entrerriana y el necesario camino hacia el cluster

Por Leonardo Schepens – empresario – socio gerente de Schepens Baking Systems. //

Entre Ríos tiene importantes empresas metalúrgicas de las que nos podemos sentir orgullosos, como Hermann, en Gualeguaychú, o Johnson Acero y Nexo en Paraná, por citar a tres de las principales.

Pero carecen del funcionamiento interrelacionado como sí tienen en la provincia de Santa Fe, donde constituyen un clúster, y como ejemplo podemos poner los casos de las ciudades de Armstrong, Firmat o Las Parejas, por mencionar a algunas localidades.  

El concepto de trabajo posibilita un proceso en conjunto de firmas con intereses comunes que están asentadas en un radio de 10 kilómetros, lo que facilita un rápido desarrollo y complementación en lo humano, con personal muy capacitado, en lo técnico y económico, que redunda en un beneficio para todos.

En nuestra provincia, con excepción de las industrias mencionadas (y algunas otras) nos cuesta lograr volúmenes de producción importantes. Esto nos lleva a reflexionar sobre lo que hay que hacer para mejorar pero también sobre los caminos más convenientes para definir un perfil, una especialización como provincia.

Valor agregado.

Desde mi punto de vista tenemos que seguir el camino vinculado a la producción e industrialización de los alimentos. Perfeccionarnos en las cadenas avícolas, porcina, cárnica, en los requerimientos de los frigoríficos, trabajando en la generación de redes de vinculación estratégica para cada sector.

Como empresarios de pequeñas o medianas industrias necesitamos salir de la rutina diaria que nos agobia, poder viajar y encontrarnos con otras experiencias que nos enriquezcan, visitar ferias internacionales, traer ideas y puntos de vista que aquí podemos implementar, retomar la capacidad de hacer, viendo cómo otros mercados funcionan, otras fábricas producen en distintos lugares del mundo para volcarlos en nuestra realidad y transformarla, generando más empleo y recursos.

El factor humano.

Un tema que es esencial en el desarrollo y crecimiento del sector empresario, que es parte de nuestra cotidianeidad pero que tiene proyección hacia el futuro: La calificación de la mano de obra en el mercado laboral existente.

No estamos hablando de personas que no han podido tener acceso a formación, sino que, siendo profesionales recibidos de carreras técnicas y de grado, no aportan valor agregado desde el plano intelectual cuando son incorporados a las organizaciones. Es esta, la empresa, quien termina instruyendo y capacitando a ese profesional, lo que es preocupante y habla de la educación en las instituciones.

 A este extendido bajo nivel, se suma la falta de valores como el compromiso, la dedicación y el interés en superarse, lo que termina reflejando grados de desempeño muy por debajo de los esperados, sobre todo en medianas y pequeñas empresas, donde la versatilidad y la agilidad, son claves para sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo y cambiante.

Experiencias para retomar. 

En las oportunidades que hemos tenido de ver otras realidades del mundo, rescatamos experiencias e iniciativas muy positivas de las cuales fuimos partícipes: la organización de la exposición en la ciudad de Mercedes (ROU) en 1995 y la FISA de Santiago de Chile en el año 1996,donde el estado provincial fue el impulsor.

El programa Senior Experten Service (SES), de la Fundación de la Industria Alemana para la Cooperación Internacional, en 2019, en el cual profesionales alemanes viajan a distintos puntos del mundo, ofreciendo sus conocimientos y experiencia en diferentes áreas de desarrollo organizacional de manera gratuita.

Vemos como punto clave desburocratizar organismos como el INTI, Conicet, universidades, escuelas técnicas, para poder trabajar, debatir y coordinar acciones concretas, no solamente ideas que nunca terminaran de llevarse a cabo, o lo que es peor aún, lanzar proyectos sin medición de alcance y resultado, donde se emplean recursos y personas en programas deficientes o, la contracara, programas muy buenos ejecutados por personas incompetentes que poco aportan a la causa por lo que fueron creados.

Como Pyme importadora y exportadora vemos la necesidad imperiosa que se autoricen las importaciones de máquinas y herramientas usadas para consumidor final y así poder acceder  a tecnología avanzada

Salir al mundo.

En el área de exportaciones vemos como otros oferentes como  Europa, Asia o mercado más acotados como Brasil, han ido ganando terreno en lo que antes eran nuestros principales mercados objetivo: Chile, Paraguay, Bolivia, Uruguay. 

Por décadas Argentina fue la referencia en América Latina con respecto a la  fabricación de equipos para panaderías, ese lugar hoy lo perdimos y Brasil tomo ese espacio gracias a ofrecer, financiación, volumen, plazos de entrega cortos, logística eficiente y barata, gestiones aduaneras ágiles, Etc. Etc.

En esto no mencioné al producto. Significa que teniendo nosotros  equipos muy buenos similares a los europeos  fuimos desplazados por situaciones externas a las empresas y propias del país.  

Si vale un ejemplo, es dable narrar que hace muy poco tiempo retomamos contacto con un distribuidor de nuestra industria, que tuvimos en la zona centro sur de Chile. Nos contaba que para nacionalizar una máquina de panadería desde Europa tiene un costo del 18 %, y desde Argentina un 28 %. Los números hablan por sí solos.

Hoy somos un país de titulares y anuncios mediáticos grandilocuentes, sin planificación a mediano y largo plazo, todos es lo mediato.

No hay más credibilidad. Necesitamos gente de acción en los organismos públicos y privados para darle más dinámica y perspectiva a nuestro sector.