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Grané: “El sistema tributario entrerriano es más progresista que el de otras provincias”

El titular de ATER analiza la presión tributaria, describe la merma en la recaudación, habla de la necesaria armonización y perfila los proyectos con números y conceptos. Gustavo Sánchez Romero

Sentado en la mesa de la última cena junto al Cristo, costará identificar que ese hombre locuaz, ameno, meridiano y de palabra ansiosa buscando profetizar es San Mateo. No parece el recaudador de impuestos bíblico, desterrado de las simpatías de su tiempo. Sin embargo, en esa figura menuda, casi esmirriada, no logra contenerse un contador público nacido en Gualeguaychú y recibido en la UBA -de donde es docente de la materia Coparticipación- con postgrado en Política Tributaria. Casi siempre con la sonrisa clavada, pletórico de pasión por lo que hace que se sale de la vaina todo el tiempo, se anticipa a las preguntas apelando a un inédito sentido de la inferencia.

Él lo negará una y mil veces, pero en tiempos donde la crisis económica y los efectos de la pandemia y cuarentena hacen necesario un Estado responsivo, muchos ojos se posan sobre él y la eficiencia de su trabajo.

“Cuando Bordet y Hugo (Ballay) me convocan nos fijamos algunos criterios; y lo importante es que, para nosotros, la política tributaria no es un fin en sí mismo. Esto no es recaudar por recaudar, sino en función de una política económica que a su vez está orientada por una política pública. Diseñar esquemas y herramientas de tributación en función de estas políticas fue lo primero que nos planteamos. En ese punto definimos tres ejes: a) servicios, de manera amplia hacia los contribuyentes; b) eficiencia en el sistema de recaudación; y c) el control, que implica un concepto basado en un principio de legalidad donde la recaudación se ajuste a una idea de equidad en base de la capacidad contributiva”, adelanta, como una declaración de principios.

Desde diciembre Germán Grané, de 44 años, padre de dos hijas que viven en Gualeguaychú, está a cargo de la Administración Tributaria de Entre Ríos (ATER), y que, a la luz de la pandemia, se ha convertido poco menos que en el mayodormo del infierno.

En las antípodas de su antecesor -Sergio Granetto, a quien todavía algunos extrañan por su estilo-, no muestra misterios y prefiere profundizar en el detalle de cada impuesto, para ir recién hacia lo general.

Habla de las limitantes que presenta esta coyuntura, con caída de la recaudación, medidas de alivio y postergaciones. Prefiere siempre contextualizar sus palabras en el tridente Nación, provincias y municipios, como tres estadíos con capacidades recaudatorias, y por eso cree que es necesaria una armonización.

Sin embargo, elogia el sistema entrerriano y cree que Gustavo Bordet ha dado pasos hacia un sistema más equitativo con preeminencia en los impuestos patrimoniales por sobre los indirectos, como Ingresos Brutos. Se posiciona en la participación del total de cada uno para sustentar su tesis.

-¿Por qué lo convoca Gustavo Bordet?; ¿fue una idea de Bahillo?

-No sé cómo se dio la dinámica, pero a Bordet lo empecé a conocer cuando era secretario de Gobierno de la gestión de Bahillo en Gualeguaychú. Hicimos varios encuentros en Concordia y Gualeguaychú e intercambiamos experiencias de gobierno allá por 2013, 2014. Durante la campaña de 2015 también tuvimos contacto. Después estuve en el Ministerio de Gobierno de la Provincia en 2016 y allí profundizamos una relación. Un día me llama y me lo propone. Por lo que interpreté fue una idea de Gustavo, que fue compartida por Bahillo que me conocía bien. Soy contador, docente de Tributación, con un posgrado y dos gestiones como secretario de Gobierno en la Comuna. También lo conocía a Ballay, con quien tuvimos muchas experiencias. 

-Con Granetto tuvo momentos de tirantez; ¿cómo es su relación?

-No lo sé. Creo que con Hugo Ballay existe una relación de entendimiento que viene de antes. Es una buena relación que se traslada a la gestión.

Filosofía y estilo de juego.

-¿Qué planteo le hizo Economía al inicio de gestión?

– Lo primero que me gustó es una cuestión importante que va más allá de los nombres y que planteó una política económica asociada a una política de gestión en base a  la continuidad de un gobernador. Él me lo planteó en esos términos. Me pidió que pongamos nuestra impronta en ese marco, donde el Estado va más allá de los nombres. Y ahí empezamos a pensar algunos ejes. Hugo fue generoso y fijamos como criterio que la política tributaria no es un fin en sí mismo. Esto no es recaudar por recaudar, sino en función de una política económica que a su vez está orientada por una política pública. Diseñar esquemas y herramientas de tributación en función de estas políticas fue lo primero que nos planteamos. Ahí conversamos tres ejes: a) servicios, de manera amplia hacia los contribuyentes; b) eficiencia en el sistema de recaudación; y c) el control, que implica un concepto basado en un principio de legalidad la recaudación se ajuste a una idea de equidad en base de la capacidad contributiva. Está mal que una persona pague más de lo que le corresponde, pero también está mal que pague menos o que muchos no paguen. El sistema tributario debe contribuir a la equidad, que es la base de todo sistema tributario. La tributación es una herramienta de la política pública, y en la medida que no pueda captar en forma eficaz esta capacidad contributiva, genera inequidades y por eso el control de la evasión y la elusión es algo que erosiona un sentido de equidad…

-Y así terminan cazando en el zoológico, que es algo bastante común en el país…

-Y sí, lamentablemente sucede eso. Estamos trabajando fuerte en este tiempo de pandemia en un eje que todavía quizá no sea tiempo de hacerlo muy extensivo, pero logramos un cruzamiento de información y relevamiento. Por ejemplo, hay más de 23 mil vehículos de entrerrianos que están radicados fuera de la provincia.

-Pero eso es más viejo que el auto mismo; los entrerrianos lo radican en Corrientes.

-Bueno, puede ser, pero ya lo tenemos identificado y estamos trabajando en esto.

-Como muchas embarcaciones, es un antiguo esquema de elusión…

-Exactamente, pero está mal. Es una maniobra de elusión que la ley castiga. Porque vos podés tener el auto radicado en Corrientes, siempre y cuando puedas demostrar una razón real. Si vos tenés actividad económica en Corrientes,  con familia, con comercio, ejercés tu profesión, etcétera. Lo podés hacer. Pero cuando no tenés ningún otro elemento que la radicación de un vehículo para tributar allá, es claramente una elusión. También hemos detectado decenas de terrenos que figuran como baldíos y tienen un edificio de 10 pisos arriba.

-¿A cuánto asciende el monto de elusión de estos 23 mil autos, aproximadamente?

-Es importante y estamos cuantificándolo, porque son autos de alta gama. Pero va más allá de la cuestión económica. En Corrientes se da la particularidad que al Impuesto Automotor lo tiene municipalizado. Nosotros no, pero coparticipamos el 60 % con los municipios.

De Germán Grané, quien lo conoce habla bien y lo define como “buena persona”, incluso empresarios y dirigentes de entidades privadas que lo han tratado. Tuvo otras opciones y se decidió por Entre Ríos; tuvo otras opciones tras trabajar para varias compañías privadas en Buenos Aires, pero eligió la función pública. No se resistió a la convocatoria de Juan José Bahillo para ser su secretario de Gobierno, nueve años atrás.

Verborrágico y poco amigo de la síntesis, se esfuerza por dejar bien claro sus conceptos, y entonces redunda, quizá porque este cronista no le genera la suficiente confianza a la hora de interpretar sus definiciones.

Pero su gran amabilidad compensa todo. Dispone de todo el tiempo sin mirar el reloj o teléfono y no duda en llamar él mismo para coordinar, para servir el café e incluso para ofrecer la continuidad en tiempo complementario, si fuera necesario.

Parece esos docentes que se lamentan cuando toca la campana porque se quedan con la sensación que lo suyo no fue suficientemente explícito.

Grané es un rara avis al frente del ente recaudador provincial. Casi no usa el off the récord. Pero aún así se siente más cómodo en lo conceptual que en las tablas y en los números, pero en algún momento tendremos que llegar a ellos. En definitiva, cualquier espectador avispado se dará cuenta que es un profesional que se encuentra en el peor lugar, en el momento justo. Sin embargo, intentará demostrar que no hay tormenta fiscal y que los entrerrianos se han comportado mucho más disciplinados que lo esperado en tiempos de pandemia.

Volumen.

Germán Grané insistirá durante toda la entrevista que no hay una mirada economicista en la gestión tributaria del Gobierno. Dice que Ballay o Bordet no lo presionan para tener un mayor flujo, justo en un momento de tanta necesidad de recursos genuinos.

Tampoco cree que este sea el momento de ejercer un control férreo sobre los contribuyentes, pero asegura que la pandemia no le ha venido mal a la ATER, ya que ha reasignado recursos humanos, incorporó tecnología para facilitar los procesos y abrió muchos canales de servicios para que los entrerrianos paguen sus impuestos.

“Nos interesa ser eficaces en el cobro de tributos y va más allá de recaudar más. Lo planteamos de manera integral, y tanto es así que Bordet ha dado muestras de esto con alivios fiscales, y no sólo en la pandemia, sino que ya lo hizo en la gestión anterior”, dice el funcionario.

-¿Es decir que el volumen de ingresos fiscales que dejó Granetto era óptimo?- preguntó DOS FLORINES al titular del ente recaudador.

“Yo diría que estaba dentro de lo esperado, creciendo, en un contexto difícil de una crisis nacional”, expresa.

Otra vez se refugia en la idea de “un sistema integral de políticas públicas”, lo que permite, según su visión, desmenuzar en términos de comportamiento fiscal a todos los sectores permitiendo segmentar, proyectar. “Uno tiene que buscar que la recaudación que no sea distorsiva, que promueva la generación de empleo de calidad, que promueva la inversión.  Es estrategia para favorecer la equidad afectando la evasión y elusión”, refuerza.

Dice que con Granetto se conocieron hace muchos años en la función pública y que lograron hacer una buena transición. Asegura haber hablado con franqueza sobre cómo hacer una administración más eficiente. “El organismo tiene una enorme calidad en sus recursos humanos y yo lo conocí en este tiempo. No puedo decir que me encontré con algo que no me gustaba, y siento que cada uno le impone su impronta. Él mismo me planteó cuáles eran los puntos donde no había logrado sus objetivos y dónde tuvo dificultades”, describe.

-Ud. habla del impulso de Bordet hacia una política tributaria que estimule la inversión y la generación de empleo. Sin embargo el contribuyente tiene una sensación contraria en el sentido de que ATER es una barrera para eso.

-Desde ya que todo es conversable y hay puntos de vista. Desde luego la cuestión impositiva es compleja, pero cuando empezás a hablar y mirás cómo son las cosas, cambia un poco. La Argentina es un país federal. La Constitución Nacional, la Constitución Provincial y la Ley de Municipios coexisten en tres estamentos de gobierno. En este marco vemos que Entre Ríos viene dando pasos sólidos y que muchas de las principales actividades que tiene la provincia -y lo vemos en su desempeño- está reflejado en el impuesto a los Ingresos Brutos, que grava el consumo de bienes y servicios, regresivo e indirecto, tiene una participación relativa en la tributación en los recursos propios provinciales menor a otras provincias. Este impuesto que no mide la capacidad contributiva de una manera tan eficiente como lo hace el patrimonio y la renta, y vemos que tiene menor participación, con un 65 a 67 % de la recaudación con Ingresos Brutos. En tanto que entre 17 y el 20 % lo aporta el Impuesto Inmobiliario y un 9 % es Impuesto Automotor, que son impuestos patrimoniales. Si vemos esta instancia del uso de nuestras potestades tributarias veremos que la provincia viene dando pasos importantes.

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Derechos y obligaciones.

¿Considera que esta participación de IIBB en el esquema global es un dato progresista?

-Sí. Incluso llevando a cabo un esquema de reducción de alícuotas programadas a partir del Consenso Fiscal. En ese esquema tenemos la referencia que vemos que en las principales actividades, como la actividad primaria que está gravada con una alícuota bastante reducida y que pronto estará exenta. Hoy está con una alícuota del 0.75. La actividad industrial está en el 1.5 y de acuerdo al cronograma previsto en el consenso, va camino a su eliminación. Me fui para atrás porque quiero decir que al momento de tributar, para la ciudadanía no es alegre. Pero Entre Ríos se desenvuelve en un contexto federal donde convive con muchas realidades y con tres niveles de gobierno con potestades tributarias, con una determinada presión tributaria en el país.

-“Determinada”; debe leerse “alta”…

-Sí, léase alta. Por encima de la media de América Latina, quizá en los niveles OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos), o por debajo de ellos.

-Pero ni siquiera está en discusión el nivel tributario, sino la paupérrima escala de prestaciones o el destino de los ingresos…

-Sí, comparto. Exacto. Y lo que entra en juego cuando hablás de tributación es que es sólo una pata del caminar. Y el correlato es la cantidad y calidad de los bienes públicos que vos proveés con esa tributación. Entonces, en un concierto nacional como el nuestro, Argentina necesita un debate profundo ya que nosotros todavía nos regimos por la 23.598 y no hemos cumplido con tener una nueva Coparticipación…

-Lo interrumpo para no perder este hilo; ¿hacia dónde debe ir una reforma del esquema tributario en Entre Ríos si estuviera la decisión en sus manos?

-Creo que el tiempo que viene es el de una tributación de concertación, de armonización, en una economía cada vez más globalizada, cada vez más dinámica, compleja en términos de competitividad donde la concentración genera también escenarios complejos…

-¿Qué tipo de concentración?

-Concentración económica, a nivel global. Todo esto genera desafíos enormes para el sector privado para poder ser competitivos; una competitividad que genere progreso, que genere inversión, que genere empleo y con un Estado que pueda cumplir su misión en la provisión de bienes y servicios públicos. A esto lo vemos en la pandemia. Para el país, para la provincia y también para los municipios, en un mundo más interrelacionado, y se viene acelerando este debate. Creo que la armonización es algo inminente.

-En esta armonización alguien va a perder…

-No lo sé. El problema es pensar la tributación como un esquema de cooperación. El planteo tiene que ver con no arrancar con los tributos, sino con la distribución de las competencias de cada nivel de cada estamento de gobierno, y a cada uno le corresponde estas responsabilidades, estas funciones y estas competencias. Venimos de una profunda crisis, muy compleja, pero Entre Ríos viene dando muestras de diálogo, de armonización.

– Le reitero la pregunta: como especialista y si no tuviera un gasto público que lo presionara con el déficit; ¿qué haría para lograr un nuevo esquema tributario en la provincia?

– La actividad económica es nacional, y por eso digo que debe haber una tributación de coordinación, de cooperación, es necesario esto. Es impensado funcionar aislado. En nuestro sistema tributario, a diferencia de otras provincias, se han tomado decisiones en función de la reducción de algunas alícuotas en Sellos, en la Ley 4035. El Impuesto a los Ingresos Brutos tiene una participación del 65 % promedio. En otras provincias es del 73 % y en algunos casos 75 %. Y eso habla bien de Entre Ríos. Tenemos una participación menor de Ingresos Brutos y afectás menos a la producción porque es un impuesto al consumo que grava los bienes y servicios, es plurifásico -que se aplica en varias fases- y acumulativo, genera un efecto cascada, piramidación. Tenemos impuestos patrimoniales que son impuestos que gravan la manifestación más directa, como la renta que no la tenemos, en ambas son buenos esquemas y progresivos. Tenemos 37 áreas agroecológicas pensadas en términos de la productividad económica, con un impuesto inmobiliario, con una buena base en su esquema de definición, bien pensado para identificar y captar la capacidad contributiva de manera tal de pensar un esquema progresivo. El impuesto inmobiliario -urbano y rural- que representa el 17 y 21 % y que es un impuesto directo que marca la preponderancia de la capacidad contributiva, y en otros lugares es del 8 %. Eso permite tener Ingresos Brutos menor y gravás más con un impuesto directo.

Regresividad y Progresividad.

-¿Y por qué sigue existiendo el Impuesto de Sellos que es distorsivo y colonial?

-Es un impuesto que está vigente en todo el país y viene bajando en Entre Ríos en sus alícuotas. Este impuesto grava la celebración de un acto jurídico. Y hay que pensarlo en términos integrales…

-¿Es decir que usted lo eliminaría?

-No me haga decir eso… (Se ríe a carcajadas). Yo, como concepto, diría que es un impuesto que no tiene tanta determinación… es un impuesto que exterioriza una capacidad contributiva que grava determinados bienes y servicios. Puede ser un contrato de mutuo, un alquiler, etc. Es más bien un impuesto indirecto, pero hay que mirar el contexto donde nos desenvolvemos, y ahí hay que mirar el comportamiento de Entre Ríos, donde hay mayor relevancia de los impuestos patrimoniales en términos comparativos. Quiere decir que es un sistema más progresivo y equitativo, porque nuestro sistema tributario no es perfecto, no digo que no requiere una revisión e ir dando pasos… pero…

-¿Es decir que el sistema tributario entrerriano es más progresista del que hay en otras provincias?

-Sí, sin dudas. Las características de nuestro sistema tributario con preeminencia de tributos directos, hace que sea más progresivo y equitativo.

-Qué bueno que me haya dado un título tan contundente…

-Gracias, no quiero imaginarme la cara de mis colegas cuando lo lean… (Se vuelve a reír a carcajadas. De pronto lo aborda cierta preocupación).

Continuamos conversando acerca de las distorsiones y le afirmo que la eliminación de la Ley 4035 (que grava la nómina salarial) es como el cuento de la buena pipa. Es entonces donde Grané confirma que no habrá marcha atrás, y que en noviembre veremos el fin de este tributo. Tan distorsivo es que en estos tiempos tan aciagos, todos los créditos productivos -exceptuando los de la tasa del 24 %- deben tributarlo y los bancos son agentes de retención, es decir que no hay tu tía.

Si se eliminaran tanto Sellos como Ley 4035, el Estado resignará un 6% de su recaudación tributaria, y no es un número menor: cerca de 1.500 millones, según lo recaudado en 2019, por todo concepto. La pregunta es cómo se compensa esa distracción.

“Ese es el gran tema -dice Grané- Creo que Bordet lo habla con sus municipios y lo habla con los gobernadores. Es la discusión no sólo de impuestos; es de un sistema progresivo que estimule la inversión y la generación de empleo, garantizando la provisión de bienes y servicios de calidad de parte del Estado. Hay que plantearlo. No nos hemos puesto de acuerdo para una nueva forma de Coparticipación. Se avanzó en 2017 en un Consenso Fiscal. Entre Ríos ha avanzado en un país muy inestable. La contracara es ordenar la responsabilidad de las competencias y funciones de los Estamentos”, dice el recaudador.

En buen romance, esto último se podría resumir en un slogan: Miremos el gasto y los impuestos al mismo tiempo. Él prefiere apelar a un eufemismo.

-¿Y qué pasa con otras provincias, como Santa Fe…?

-Es que son matrices productivas diferentes. Nuestra principal actividad económica es el comercio mayorista y minorista; la segunda la actividad es la primaria. Está al 0.75 y va a estar exenta por Consenso Fiscal en Ingresos Brutos. Las Micro y Pymes hasta 19 millones de pesos de facturación están exentas. Por encima pagan el 0,75%. Pero es nuestra segunda actividad. Hay otras provincias que tienen bancos y servicios que se gravan hasta el 7 %, o más. Santa Fe que tiene otra matriz productiva.

-Sin embargo el comercio reclama desde siempre por la asimetría en Ingresos Brutos con respecto a otros sectores…

-Nosotros en tercer lugar tenemos la industria… en términos generales hablando de Ingresos Brutos.

Caída y expectativas.

La recaudación de Entre Ríos durante 2019 fue de 26 mil millones. El presupuesto para 2020 aspira a llegar a 31 mil millones. La expectativa operativa del equipo de ATER -que cuenta con unos 520 empleados- es cumplir con lo presupuestado en 2020. Es un año atípico, y sabe que no será fácil alcanzarlo, pero esperan un rebote económico que acomode los ratios y se pueda crecer un 15 %. Germán Grané muestra su beneplácito por el comportamiento fiscal de los entrerrianos, donde la caída -dice- no tuvo un impacto importante.

Si se mantiene la progresión, “se va a superar el año anterior, en términos nominales porque vamos viendo el crecimiento interanual; pero cuando aplicás la inflación ahí caemos un 12 %. Creo que vamos a estar igual al año pasado. Deflacionado, podremos caer un 30 %, por eso es que la expectativa es llegar al presupuesto, y hoy estamos un poco abajo”, asegura el titular de ATER.

-Primer trimestre con crisis y aparece la pandemia. ¿Cómo impacta?

– Me cambia mucho. Primero nos alteró mucho el cronograma que teníamos pensado para este año. Habíamos planificado con Hugo y Gustavo los ejes de acción. Arrancamos en diciembre con entusiasmo, e incluso métricas para medir la gestión. Pero en marzo llegó el aislamiento. No podíamos dejar de trabajar y debimos adecuar los procesos para garantizar el funcionamiento. Sin embargo, para nosotros no fue negativo. Tuvimos que alterar órdenes y tareas. No pudimos pensar mucho en el control o la inteligencia fiscal, con mucho cruce de información en automotores e inmobiliarios. La idea es salir con mayor fuerza cuando esto pase. Estamos haciendo un cruce importante de diferencia de alícuotas en IIBB. La administración tributaria es administración de información. Por eso es importante la cooperación. Tuvimos que acelerar los procesos de servicios a los contribuyentes y eficiencia en la gestión. Los trabajadores se adaptaron a un contexto atípico y no sólo cumplieron con el objetivo de mantener el funcionamiento del sistema tributario sino que en este tiempo hemos incorporado más de 30 servicios a la ATER.  Hubo mucho trabajo del área de sistemas y mucha inversión en el conocimiento. Botón de pago, automatización de servicios a la industria, la reorientación de muchos recursos humanos que estaban destinados a la atención presencial. Y así muchos más que fueron muy importante.  Hoy la gente sólo tiene que asistir a los locales por cuatro trámites. Estamos trabajando para que los saldos a favor del Sircreb lo puedan tramitar por Internet, porque eso es una externalidad del sistema, no del impuesto.

-¿Cómo se movió la tasa de morosidad?

-La recaudación viene nominalmente por encima, pero debajo de la inflación que muestra señales de desaceleración…

-¿Desaceleración?; ¿habla en serio?

-Bueno, estos meses pasados vino desacelerada; nosotros venimos por arriba interanual, pero debajo de la inflación. Ingresos Brutos tuvo un mes de abril muy duro. En la pandemia venimos por debajo, pero en un número razonable, por encima del promedio nacional. Son insuficientes, claro. Lo que hace difícil la comparación es que el calendario fue muy atípico. El año pasado hubo moratoria, este año no habrá. Sí medidas de alivio. Eso impacta en la comparación. Un corrimiento total de calendario de vencimientos. En abril pasamos para mayo el inmobiliario rural, que fue cuando se empezaron a flexibilizar actividades.

-¿La gente no dejó de pagar los impuestos como en otros lugares?

-La actividad economía se ha resentido un poco, menos base imponible, menor recaudación de Ingresos Brutos, pero nosotros tenemos los impuestos patrimoniales que no están atados al crecimiento. Pero al tener menores ingresos el vecino reconfigura sus prioridades, y en algún caso se postergó el pago de impuestos. Tanto en Inmobiliario como Automotor hemos tenido una merma, pero no ha sido alarmante. El entrerriano ha intentado mantener su regularidad fiscal. Si bien no hemos perseguido ni controlado, los hemos seguido tratando de que no caigan en morosidad. Hemos detectado sectores que han trabajado más que otros años, y allí hemos puesto el ojo. Como en la actividad primaria, la producción de alimentos o la actividad bancaria.

En cuanto al rendimiento, te diría que la tasa de Automotores está en torno al 79 % del total, Rural siempre estuvo entre el 71 y el 75 %, y ahora bajamos al 69 %.Cayó cerca de un 6 % promedio. Pero ojo que este es un sector al que le dijimos que no nos pague hasta fin de año. Bajó, pero no es alarmante. Si lo comparás con la inflación puede ser que haya otros meses duros, pero en términos nominales no. Estamos con 10 o 12 puntos deflacionados por abajo, pero es muy difícil comparar con 2019 donde se abrió una moratoria.

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