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Los grandes clubes de Paraná rebotan con la pandemia y salen a ganar socios

Tras las duras restricciones y el golpe a la clase media, cuatro de las instituciones deportivas más grandes de la ciudad dan un giro inesperado y recuperan masa societaria, con perspectivas de crecer. Nahuel Amore

Las instituciones deportivas del país, la provincia y la ciudad sintieron el embate de la pandemia, al igual que muchas otras actividades ligadas al entretenimiento y el ocio. Los clubes se enfrentaron ante un extenso cierre de sus puertas y la continuidad de diversas restricciones que todavía permanecen vigentes. El contexto inédito e incierto los puso en jaque, con el interrogante de cómo sostenerse si la pérdida de ingresos llegara a extenderse.

A este panorama se sumó el empobrecimiento de la clase media que, ante la zozobra sanitaria y económica, comenzó a recortar gastos y anotó a los clubes en la lista. El Estado ayudó en parte a mitigar los efectos adversos del Covid-19 a través de aportes salariales, pero sobre todo con auxilios para aquellos ligados a un entramado social más humilde y barrial. Mientras tanto, el resto de las instituciones debió echar mano a todo tipo de estrategias flexibles para evitar la sangría de socios.

Sin embargo, a pesar de un período dramático y angustiante, al escuchar las voces de los protagonistas a casi un año y cuatro meses de esta odisea, resulta interesante advertir que el golpe social y psicológico de la pandemia generó un fenómeno contrario: los clubes ahora rebotan y comienzan nuevamente a ser demandados, como una alternativa de vida en medio de un escenario hostil. La necesidad de realizar alguna actividad física y volver a relacionarse es un factor determinante.

Según dieron cuenta a DOS FLORINES los presidentes de cuatro grandes instituciones deportivas de Paraná, poco a poco se recuperan los socios e incluso hay ejemplos de un crecimiento respecto de los números previos a la pandemia. Asimismo, cuando miran hacia adelante, se animan a trazar mejores perspectivas aún. De esa manera, salen a la cancha a ganar socios y el desafío es brindar más y mejores servicios.

Paraná Rowing Club

Claudio Tortul, contador al frente de la institución con sede en la Costanera Baja de Paraná, reconoció que la pandemia impactó “muy fuerte” en el sector, sobre todo con las restricciones duras del año pasado. De todos modos, destacó que la institución se pudo mantener en pie debido a la “administración sana y ordenada”, que permitió pagar los sueldos de unos 40 empleados, en parte con ayuda del Estado los primeros meses.

“El Paraná Rowing Club es sólido, no tiene pasivos y viene siendo administrado desde hace más de 20 años por un grupo de colaboradores muy prolijamente, manteniendo esa tesitura que permite llegar a esta pandemia medianamente equilibrados como para poder afrontarla. Eso no quiere decir que no hayamos sentido el impacto”, analizó.

Consultado por los números en la masa societaria, Tortul destacó que “el Rowing no ha tenido prácticamente deserciones porque es un club con alta fidelidad de sus socios y se ha mantenido casi en el mismo nivel. Llegó a la pandemia con 7.300 socios y hoy está cerca de los 7.000”. Sobre ello, acotó que tienen “una cuota baja en relación a la oferta de valor del Rowing”, teniendo en cuenta que hoy un socio activo mayor de edad abona 1.500 pesos.

Al respecto, explicó también que “es un club náutico y naturalmente el río y la pileta se disfrutan más en verano, por lo tanto siempre hay un mayor empuje de socios hacia los meses más cálidos y decae un poco en los meses más fríos”.

En ese sentido, Tortul cree que no hubo una variación significativa de socios e incluso destacó el efecto rebote de la pandemia. “La gente valora y hace jugar su relación e identidad con el club en esta coyuntura. Es una pulsión a la vida en un mundo que te propone lo contrario. El club está vivo, a pesar de la pandemia. Creemos que con la llegada de la primavera va a llegar un flujo importante de socios y vamos a volver a la senda de crecimiento”, anticipó.

Para pensar en ese norte, planteó que “hubo que hacer un trabajo administrativo de hablar con los socios, intentar comprender la situación de cada uno y, a su vez, establecer campañas fuertes de convocatoria como lo fue “Todos para ganar”, con la importancia del deporte como eje comunicacional.

Consultado por inversiones, contó a DOS FLORINES que proyectan dar un nuevo salto de infraestructura para el próximo verano. Se trata de “una inversión de dinero muy fuerte” prevista para el predio del Yarará, en el Acceso Norte, en el que los dueños originales de esas tierras donarán la totalidad de las parcelas. “Esas hectáreas van a servir para incrementar la infraestructura de algunos deportes y la zona de piletas para diversificar la oferta a los socios en toda la zona este de la ciudad y localidades aledañas”, destacó.

Finalmente, de cara a los desafíos futuros que impone el Covid-19, expresó: “Siempre hemos sido respetuosos de las normativas de las autoridades sanitarias y pugnamos para que los clubes recuperen su actividad total porque significa mejorar la calidad de vida de las personas a través del deporte y los vínculos sociales”.


Club Atlético Estudiantes

Emilio Fouces, presidente de la entidad deportiva con mayor masa societaria de la provincia, remarcó que gracias a su apoyo el club se mantuvo en pie en momentos críticos de la pandemia. Cabe destacar que hoy cuentan con 8.700 socios y que los activos mayores de 21 años abonan una cuota pura de 6.000 pesos, a la que se aplican descuentos de entre el 10 y 30%.

“Estamos bien. La pandemia nos preocupó mucho cuando empezó porque tenemos una cantidad importante de empleados, con una carga salarial importante. Dependemos exclusivamente de la cuota social. Les explicamos bien a nuestros socios sobre la situación y nos acompañaron; la gran mayoría siguió pagando, a pesar de que el club estuvo cerrado muchos meses”, reflexionó el abogado.

Según precisó a DOS FLORINES, cuando debieron cerrar las puertas el 20 de marzo de 2020 se produjo una baja de aproximadamente 500 socios, los que fueron volviendo ante la reapertura paulatina de actividades. “Se recuperaron no sólo los 500, sino que durante el verano se asoció mucha gente, por lo cual estamos con más socios que antes de la pandemia”, celebró.

Fouces también valoró que a pesar del contexto pudieron afrontar el pago de los salarios de los 172 empleados, entre profesores, instructores, maestranza y administrativos. Sobre este tema, hizo hincapié en que se abonó con las escalas actualizadas y que incluso no se accedió al acuerdo nacional con la Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (Utedyc) que permitía hacer recortes del 25%.

“Decidimos no hacer el ajuste para no afectar el bolsillo de los trabajadores. Hubiera significado un beneficio importante en términos económicos y no lo hicimos”, destacó, y al mismo tiempo lamentó los cuestionamientos del gremio por diferir ahora el pago del aguinaldo en dos veces. “Es una actitud decepcionante, porque hay clubes que han despedido empleados o no les están pagando”, acotó.

Por otra parte, consultado por el rebote que terminó dando la pandemia, el presidente del CAE explicó: “Es parte de las campañas y de los beneficios que se lanzaron para los socios y nuevos socios. Mucha gente durante el verano no se fue de vacaciones, entonces se volcó a los clubes. El nuestro brinda muchos servicios, además de la práctica de deportes”.

En cuanto a las futuras inversiones, resaltó la incorporación de infraestructura. “El gran proyecto inmediato es poner en valor el Urquiza –que se sumó como sexta sede–. También hay proyectos para hacer amarras en la playa, guarderías náuticas y otras iniciativas”, anticipó.


Club Atlético Paracao

Gustavo Tortul, presidente de Paracao, confirmó a DOS FLORINES que la institución deportiva cuenta hoy con unos 3.000 socios -de los cuales los mayores de edad abonan 1.600 pesos por mes-, pero llegó a tener en mejores momentos unos 3.700. De todos modos, destacó que ante la pandemia decidieron analizar la problemática de cada uno “para que no se vayan”.

“Todavía no se hizo la depuración de socios porque tuvimos el criterio de no dar de baja ninguno que haya dejado de pagar, sino que cuando se reabrió se dio un tiempo de espera para ponerse al día, con planes de financiación de acuerdo al bolsillo de cada uno”, remarcó.

De todos modos, a pesar del primer golpe del Covid-19, Tortul se muestra optimista respecto de la próxima temporada de primavera verano y anticipa un rebrote de las actividades recreativas en los clubes. “Cuando empezó la reapertura mucha gente necesitaba hacer algo, algún deporte. Luego de estar tanto tiempo en cuarentena, había necesidad de practicar alguna actividad. Eso nos permite recuperarnos”, resaltó.

En ese sentido, marcó que la clave pasa por “ofrecer la mayor cantidad de servicios al socio para que tenga opciones”. Un ejemplo de ello son las clases de esgrima, con gran demanda por estos tiempos. “Mientras podamos tener abierto y tengamos servicios, hay interés para volver a las actividades”, opinó.

Consultado por la estructura que deben sostener, aseguró que cuentan con una plantilla de 28 empleados bajo convenio de Utedyc, a los que se suman profesores de las distintas disciplinas que facturan como monotributistas. “Hemos pagado normalmente los sueldos y aguinaldos. Estamos al día con empleados y, a medida tengamos ingresos, pagamos a los profesores de las distintas categorías”, afirmó.

Finalmente, el dirigente admitió que las cuentas todavía están justas como para encarar obras importantes, aunque hay proyectos pendientes. Uno de ellos es terminar unos vestuarios y, además, acceder a un programa nacional de financiamiento de hasta 600.000 pesos que servirá para iniciar las obras de un salón de usos múltiples.

Club Atlético Patronato

Esteban Quinodoz, quien quedó como presidente de Patronato tras el fallecimiento de Miguel Hollmann, planteó que si bien la pandemia impactó en la institución, se encuentra en una “situación peculiar” debido a que “todo está ligado al sistema profesional del fútbol”. Ello les permite sostenerse y hacer frente al pago de 91 personas inscriptas en la ART, entre empleados y el plantel contratado que conforman la masa salarial mensual.

“Con el sistema de cuotas no es sustentable. Tenemos la cuota más barata de Paraná, que sale 310 pesos el socio activo. Después de las elecciones seguramente aumentará, porque hace más de un año que no se aumenta por las restricciones. De todos modos, el club tiene otros ingresos que son las publicidades y los derechos de televisación. Incluso, cuando hay público, se suma la venta de abonos y entradas”, explicó.

A pesar del contexto crítico de las instituciones deportivas, Quinodoz puso en valor que fue el único club de Primera División sin deudas dentro del concierto nacional. “Tuvimos que tomar decisiones que nos costaron, porque perdimos calidad en el fútbol profesional por no poder hacer uso de opciones de jugadores para preservar los fondos para pagar los sueldos. Así, se abonaron todos los salarios de todos los jugadores y empleados, siempre al día; no hubo desfasaje”, subrayó a DOS FLORINES.

Al respecto, el dirigente acotó que se utilizó un fondo anticíclico para sobrellevar la situación. “En cualquier institución seria tenés que tener como mínimo guardado dos o tres meses de masa salarial”, opinó.

El club se encuentra en un momento atípico dado que, luego de muchos años, tendrán elecciones el 8 de agosto, que enfrentarán al oficialismo con la candidatura de Oscar Lenzi frente a la lista opositora de Sebastián Bértoli. De hecho, Quinodoz reconoce que esto también influyó para evitar la sangría de socios propia de la pandemia e, incluso, motivó a muchos a regularizar su situación.

“Entre activos y vitalicios hay cerca de 4.000 socios, pero los que aportan son menos. Cuando las actividades deportivas se vieron resentidas mucha gente dejó de pagar. Pero por las elecciones ahora están aportando para poder votar”, observó.

Finalmente, el histórico dirigente resaltó que la institución siguió creciendo y mantiene inversiones en marcha. “Está avanzado el proyecto para comprar otros dos inmuebles linderos al estadio sobre calle Churruarín, pero no queremos hacerlo antes de las elecciones. Tenemos pensadas inversiones en el estadio, con el recambio de la tecnología led. Se invirtió mucho en el predio del sóftbol y hay que seguir invirtiendo para liberar una zona intrusada y avanzar con canchas de hockey. En La Capillita también se realizaron mejoras y está pensada una cancha de césped sintético”, reveló.

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