ENFOQUE PORTADA

Cuando una desventaja se transformó en una virtud

Por Alfredo Bel – Ing. Agrónomo – Federación Agraria Argentina

El año 2020 será recordado como un año particularmente especial ya que en el mundo, ante la declaración de pandemia, se adoptaron medidas inéditas, restricciones a nuestros movimientos y con prohibiciones de actividades.

La actividad agropecuaria fue declarada esencial desde un primer momento, y nuestro secto,r tanta veces menospreciado, pudo mostrar sus saberes en muchos de los temas de debates o imposiciones que surgieron a partir de la pandemia y en especial de la cuarentena.

El éxodo rural es otra pandemia que sufre nuestro sector. Sólo con comparar los censos nacionales agropecuarios podemos ver la desaparición de productores, en especial de los más chicos. Esta despoblación paso ser una ventaja, que garantizaba el distanciamiento social, permitiendo la continuidad de todas las actividades agropecuarias.

Como otro ejemplo podemos citar cómo se conocen  las enfermedades que afecta lo que producimos. Esquemas de prevención por  vacunación, desde hace décadas con vacunación mantiene a raya enfermedades como la aftosa, de la difusión de otras, de los vectores que la transmiten, como el caso del temible HLB en nuestra citricultura -que lo esparce una simple chicharrita-. Deberá saberse que desde hace años nadie puede ingresar a una granja de producción intensiva de aves o cerdos sin autorización y desinfectándose el calzado.

Protocolos.

También es común en el sector el uso de estrictos protocolos.  Cada aplicación de fitosanitarios está reglamentado con recetas agronómicas que deben cumplir con rigurosas pautas, que además quedan archivadas para poder ser auditadas en  cualquier momento por las autoridades oficiales.

Además, si algo quedó en claro es que el sector logró el abastecimiento de los alimentos sin que falte en la mesa de los entrerrianos o argentinos el plato de comida, todos los días.

Como contraparte surgieron los contrastes de los problemas que históricamente soporta el sector: la carente conectividad hizo que no se lograra un normal dictado de clases. Lo que se debió suceder luego de las vacaciones invernales, como mínimo, es volver a las clases presenciales, en todas las escuelas rurales, de los niveles inicial, primario y secundario.

La delicada realidad de la economía del país también tuvo en el sector agropecuario el principal oxigenador del ingreso de dólares genuinos, en momentos de zozobra en el sector externo.

Para quienes gobiernan nuestra provincia es hora de tener una mirada mucho más comprometida con nuestro sector agropecuario. Hay que repasar muchos de los puntos deficitarios que hace décadas se arrastran desde los servicios de salud, educación, seguridad, infraestructura entre otros.

Es deseable que el 2021 se encamine  a un debate serio de cara a un proyecto de Provincia al 2030, mirando con realismo la situación de atraso que estamos inmersos desde hace décadas.

Esto debe fijar como meta el desarrollo integral de todos los entrerrianos.

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