ENFOQUE PORTADA

Covid-19 y relaciones laborales

Por – Alexia J Mors – Doctoranda en Psicología con orientación en neurociencias cognitivas aplicadas/ Docente de Universidad Católica Argentina.

El SARS- CoV- 2, virus que provoca el Covid – 19 ha traído aparejado en nuestro país grandes cambios en todos los planos. Estos cambios no sólo se ven en Argentina, sino que es dable observarlos en el resto del mundo.

El inicio del aislamiento preventivo, social y obligatorio -que dio inicio en el mes de marzo hasta la actualidad- ha generado y presentado fuertes impactos sociales, psicológicos, educativos, económicos y políticos a diferentes escalas; lo que nos obligó a salir de nuestras zonas de confort para recrear nuestras actividades cotidianas, tanto en lo laboral como en lo familiar y social.

Ha sido fundamental para todos los integrantes de la sociedad, empezar a trabajar en la capacidad de resiliencia ante la “nueva” forma de vida.

Una situación que conllevó varios meses de confinamiento y que, en algunos sectores, aún continúa. En este contexto, se ha podido observar que aquellas personas que han modificado sus rutinas, por nuevos acordes a la situación, han manifestado menores malestares generales y han encontrado diferentes formas para sobrevivir a esta pandemia en condiciones de encierro. Las personas han llevando a cabo tareas jamás pensadas ni imaginadas.

Valores.

En cuanto a lo laboral, la habilidad social y la empatía, como la creatividad junto a la resiliencia, han sido elementos fundamentales para reducir el impacto de algunos de los efectos psicológicos que este confinamiento y el miedo al contagio han generado en la población. 

De este modo, los puestos de trabajo han tenido que cambiar y los empleados -con creatividad y paciencia, y más allá de la razonable ansiedad y temor a quedar en la calle- debieron reacomodarse e innovar para poder continuar con sus labores, las que dejaron de ser las que anteriormente eran.

Llevar el trabajo a la casa ha implicado: organizar espacios y horarios, nuevas rutinas y estrategias cognitivas como laborales, recreos mentales, video llamadas, conectividad 24 horas, trabajo sin cortes y demandas familiares constantes.

Ello, indudablemente, ha modificado la vida cotidiana de los empleados de las empresas o instituciones de forma abrupta.

Por ello es necesario que, como jefes o gerentes de empresas o de recursos humanos, empecemos a escuchar más las necesidades de nuestros empleados; organizar horarios de trabajo, espacios de comunicación virtual y, en los casos que se pueda, presencialmente. De ese modo no llevaremos a las personas con las que trabajamos a picos de estrés o al síndrome del quemado (Burnout), como tampoco a enfermedades como la depresión o la ansiedad generalizada, entre otras.

Es fundamental el espacio de encuentros empáticos, distendidos y creativos, donde se permita surgir ideas innovadoras o diálogo enriquecedor, como un puntapié para reincorporar la nueva normalidad a la vida de todos.

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