La entidad entrerriana que se ha profesionalizado en análisis de calidad en decenas de productos y resolución de conflictos nació un 6 junio, y el lunes conmemoró presencia institucional y crecimiento.
La Cámara Arbitral de Cereales cumplió 85 años de vida y la sede de la entidad de calle Urquiza de Paraná se atavió de fiestas y congregó a miembros de la comisión directiva, empleados, técnicos y amigos para celebrar la concreción de dos objetivos sensibles: potenciar la actividad y nivelar el poder de negociación de todos los actores del mercado.
A la hora de las palabras, fue José Corva, su actual presidente, quien destacó la evolución de la entidad y subrayó los principales valores que marcan el camino del crecimiento. “Esta institución, de estrecha relación con la vida económica, la actividad primaria, industrial y del comercio, nació como fruto de la visión de un grupo de hombres que decidió crear una entidad de servicios para dar solución a problemas que comenzaban a visualizarse en ese momento. En su rápido desarrollo, fue cubriendo todo el ámbito de la provincia de Entre Ríos y a las limítrofes, abarcando una amplia región con una gama de servicios analíticos”.
Seguidamente, y en el mismo sentido, expresó algunos números diferenciales de la entidad.
Dijo Corva que la Cámara Arbitral de Cereales de Entre Ríos registra anualmente un volumen de 3,75 millones de toneladas por un valor aproximado de 1410 millones de dólares. “Hay algo que permanece intacto, y es la vocación de servicio y nos sentimos servidores hoy como antes de quienes confían en nuestra entidad, en la determinación de calidad de productos y la resolución ecuánime de los conflictos”, expresó el presidente.
Servicios.
A posteriori de una ágape que brindó la institución, su titular expresó que hoy cuentan con “un abanico de más de 100 tipos de ensayos diferenciados, muchos de los cuales se pueden practicar en distintas matrices de productos, multiplicando de esta manera la oferta de servicios. Análisis de calidad comercial de granos, agua, efluentes, suelos, fertilizantes, alimentos para nutrición humana y animal, alimentos libres de gluten, biotecnologías y semillas, por nombrar algunos de ellos”, expresó el dirigente.
En este marco, subrayó el dato no menor que asegura que en el último lustro ingresaron al laboratorio de la entidad un promedio de 38 mil muestras anuales y estimamos que se realizaron unos 115 mil procedimientos.
“La actitud y competencia de los laboratorios de la Cámara es hoy indiscutida, y eso ha validado el reconocimiento y habilitación de certificaciones de entidades como el ICAP, Senasa, Inase, además de formalizar convenios de cooperación con distintas entidades como el INTA y universidades como la UNER, la Uader o la UNL”, destacó.
Así mismo, relató que a fines de la década del 90, la aprobación del reglamento de procedimientos para la resolución de controversias dotó a todas las cámaras de una herramienta ágil y flexible que permite tramitar los casos difíciles que se someten y gestionar su solución en términos breves acorde con las necesidades del sector. Si las gestiones conciliatorias no resultan exitosas, el conflicto es resuelto en un período de tiempo breve, con un laudo arbitral dictado por la comisión directiva, que en si misma da forma a un tribunal arbitral que está constituido por productores, comerciantes de granos, industriales del sector que resuelven de buena fe en base a criterios de equidad.
´”En nuestro seno nucleamos a todos los actores de la cadena agroindustrial, desde los productores hasta los exportadores incluyendo acopiadores, cooperativas, elaboradores, prestadores de servicios conexos y proveedores. Es decir todos los actores de la oferta y la demanda quienes se interrelacionan a través de otro importante eslabón como son los corredores de granos”, concluyó José Corva.
