ENFOQUE

Teotwawki en la Argentina

Por Ricardo Goñi – Secretario de Investigación y Posgrado de la Facultad de Ciencias de la Gestión – Uader

Teotwawki en la Argentina – (o el fin del mundo antes que la pérdida de privilegios)

Los grupos anarco-apocalípticos anglosajones y eco-primitivistas del movimiento de la Ecología Profunda lo denominan Teotwawki, vocablo que no viene de algún dialecto sioux o navajo sino que constituye el acrónimo de “The-End-Of-The-World-As-We-Know-It” (“El fin del mundo tal como lo conocemos”).

Se trata de un término típicamente catastrofista y distópico que aparece con cierta frecuencia en la Web: “Teotwawki, el Evento Final está entre nosotros”; “Teotwawki, cada vez más cerca”. En 2012 fue bastante común cuando se anunciaba, en tono apocalíptico, que ese año acechaba una tormenta solar perfecta que haría estragos en la humanidad. Pero Teotwawki no es eso.

No es una creación de los centenares de sectas evangelistas que pululan por ahí. Tampoco hay que pensar que se trata de platos voladores o invasiones alienígenas. Meteoritos tampoco, ni movimientos tectónicos, ni alteraciones en los patrones de ritmicidad de los Ciclos Milankovitch (movimientos de la Tierra alrededor del sol). Hay que descartar también al Calendario Maya o las profecías de Don Orione.

 

Capitalismo.

Teotwawki es otra cosa. Se trata de algo más o menos así: el capitalismo mundial, en su versión neoliberal, ha explotado. Ocurre que a poco más de cuatro décadas de la implantación del neoliberalismo en su versión democrática con Ronald Reagan y Margareth Thatcher, ya no quedan burbujas financieras por inventar. Los bancos, entidades financieras y millones de inversores privados se quedaron con una montaña de papeles que a esta altura de la suaré no significan casi nada. Una prueba fehaciente de ello es la experiencia en la Argentina de 2015-2019, que dejó más pobreza, más hambre, más desocupación, más deuda externa, etc., y hasta más inflación. Es decir: Teotwawki. Y a pocos días de asumir el gobierno de Alberto Fernández se escuchen ciertas voces que, en defensa de su statu quo, tratan de debilitarlo con falacias, incertidumbres, banalidades. Es decir, más Teotwawki.

Las Confederaciones Rurales Argentina (CRA) y la Federación Agraria Argentina (FAA) protestan por las retenciones, titulan ciertos medios. Algunos, sin embargo, omiten señalar que ambas parten de motivaciones diferentes: la primera rechaza cualquier tipo de intervención del Gobierno en los mercados agrícolas, mientras que la segunda reivindica una regulación estatal que facilite el desarrollo del pequeño y mediano productor. Sin entrar en discusión sobre si se trata de un aumento o una actualización a las retenciones a la exportación de soja –análisis que a los efectos de esta es irrelevante-, hay que poner el acento en que tal omisión no es para nada ociosa: homogeneizar las demandas es una artimaña de ciertos medios hegemónicos (y también de ciertos sectores privilegiados del agro beneficiados durante el gobierno de Mauricio Macri) para que el Gobierno caiga en la trampa –como con la resolución 125 de 2008- de considerar al campo como si fuera un universo único, sin diferencias ni matices. Con ello se fomentarían un falso antagonismo, los cortes de rutas, el desabastecimiento, la profundización de la grieta, etc. Es decir, más Teotwawki.

 

Apoyos.

Por ello es necesario distinguir quien es quien dentro de las organizaciones agrarias. De hecho hay sectores que apoyan al gobierno, otros que miran expectantes y otros que se oponen de manera dogmática. Por ejemplo, entre estos últimos existe el grupo “Campo más Ciudad” representado por el candidato a concejal en 2019 por Juntos por el Cambio de Mercedes (provincia de Buenos Aires), Martín Bossi, y el diputado provincial Luciano Bugallo, ambos de la Coalición Cívica (CC) y cercanos a la diputada nacional Elisa Carrió. Alrededor de 30 personas procedentes de Luján, Chivilcoy, San Andrés de Giles y Mercedes se reunieron el 15 de diciembre en el cruce de las rutas 5 y 41 “para manifestar la preocupación que nos causa el nuevo esquema de retenciones a los sectores productivos y la ley de emergencia económica”. Bossi se encargó de aclarar que no era “una convocatoria partidaria sino ciudadana”. Por su parte, Bugallo llamó por las redes a definir estrategias “frente a la expropiación de recursos por parte del gobierno K”. Hay un video del grupo dado a conocer el 20 de noviembre pasado con el hashtag #GuardianesDeLaRepública donde se muestran imágenes bucólicas con las voces en off de un patrón y un peón. “Aceptar la decisión de la mayoría no significa permitir que nos pasen por encima”, advierte uno. “Estamos organizados y trabajando”, dice el otro. “En cada pueblo y al costado de la ruta”, dice uno. “Para responder a cualquier medida autoritaria y abusiva”, sentencia el otro. Es decir: más Teotwawki.

Por último, pese a la abrumadora derrota sufrida en las urnas, el gobierno que se fue el 10 de diciembre parece haber dejado un legado inexorable dentro del sector de la producción agraria: para muchos ellos –no todos- resulta más fácil imaginar el Fin del Mundo (es decir, Teotwawki) que el Fin del Capitalismo en su versión hegemónica, la neoliberal.

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