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Rosporc, primera plataforma digital de negociación de ganado porcino

La Bolsa de Comercio de Rosario realizará el martes el lanzamiento a través de una videoconferencia. Hay voces entrerrianas a favor y otras discrepantes. Danilo Lima

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) presentará el próximo martes, a través de una videoconferencia que se iniciará a las 17, Rospoc, un nuevo mercado digital que permitirá realizar transacciones comerciales entre empresas que producen cerdos (granjas que crían y engordan) y empresas que industrializan carne de cerdo, como frigoríficos y mataderos.

La presentación (link de inscripción gratuita: bit.ly/ROSPORC) contará con una demostración del funcionamiento de la plataforma y un espacio para realizar preguntas y consultas.

¿De qué se trata?

Rosporc, explicaron desde la BCR, es una plataforma que ofrece nuevas oportunidades a los productores de cerdos y mayor previsibilidad a la industria. Es un espacio, remarcaron, que permitirá formar valores de re

ferencia para cada tipo de operatoria y potenciar el desarrollo del negocio porcino en toda la Argentina.

Los diez atributos principales de esta nueva herramienta, enumeró, son los siguientes:

  1. Plataforma digital de negociación B2B (empresa a empresa).
  2. Ofertas de compra y venta selectivas.
  3. Libre juego de oferta y demanda que permite descubrir precios de referencia, transparentes y representativos.
  4. Negociación según parámetros: semana de entrega, precio, cantidad, forma de pago, categoría (machos enteros inmunocastrados, capón, cerdas de descarte, etc.).
  5. Negociación sobre la base de atributos de calidad: peso promedio por animal, % magro y rendimiento y mm grasa dorsal.
  6. Confidencialidad: posibilidad de abrir las ofertas al mercado o hacerlas dirigidas.
  7. Negocios con entrega inmediata o futura (diferida).
  8. Botón de pago seguro donde el comprador adelanta los fondos a un tercero independiente, antes de la entrega del lote.
  9. Tribunal arbitral para la resolución de conflictos.
  10. Totalmente digital, trazable y seguro.

Expectativa de Capper.

Francisco Benedetti, presidente de la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (Capper), le confirmó a DOS FLORINES que “vamos a participar” porque la posibilidad de comercializar a través de una plataforma electrónica “es una idea novedosa”.

El mercado digital “va a ser una opción más con la que vamos a contar los productores para vender nuestra producción”, añadió Benedetti.

Juan Pablo Cerini, integrante también de Capper, por su parte, consideró que estas iniciativas “son interesantes” dado que se trata “de una plataforma comercial que, después de algún recorrido, deberá hacerse su lugar en el sector” para lo cual tendrá que superar el principal desafío: que compradores y vendedores comiencen a utilizarla.

Si las partes valoran la plataforma “me parece que puede ir evolucionando a un mecanismo de comercialización, no solamente del disponible sino también de futuros”, agregó Cerini, al tiempo que vaticinó que esta nueva herramienta “puede ser el inicio de plataformas comerciales de mayor sofisticación” en el mercado.

“Creo que hay un volumen de empresas que están trabajando en el sector porcino, en la agricultura, y en la agroindustria en general, que tienen un nivel de gestión para involucrarse en este tipo de plataformas”, añadió Cerini, quien, además, valoró que “una institución como la Bolsa de Comercio de Rosario esté detrás, es un gran respaldo y significa que no hay nada improvisado”.

Para Cerini, sin embargo, será clave ver cuál es la aceptación por parte de los operadores y, también, cuáles son las comisiones porque “las herramientas digitales que más prosperan son las que menores costos de intermediación tienen, y ese es otro desafío para hacer sostenible la plataforma”.

Una mirada distinta.

Mientras, Alejandro Di Palma, productor de cerdos y titular de la empresa Bioder SA, realizó, más allá del lanzamiento de esta plataforma, un análisis profundo de la actividad porcina.

La comercialización de cerdos “se hace con una frecuencia continua” dado que “el formato de un criadero intensivo se podría analizar como una máquina, es más bien parecido a una industria pero con una inercia en su producción de un tiempo muy importante (114 días de gestacion y 18/19 semanas de engorde”, explicó.

Los tiempos, agregó, “son contados por semanas y en cada semana hay que sacar del criadero sí o sí el volumen de animales que como resultado de las inseminaciones, nacieron y luego engordaron. Si esto no pasa, es decir si no se sacan los animales, no hay lugar para dejarlos en el criadero y empiezan a consumir un volumen de alimentos que resulta absolutamente relevante al punto de llevar al criadero a la zona de los quebrantos”.

Di Palma, asimismo, sumó un hecho “muy relevante” en la producción. “Las características de todos los animales que salen de un criadero están definidas por la genética –que es muy compleja de cambiar– y la alimentación, que, en general, está muy supervisada y tampoco es una variable fácil de modificar. Esto incluye a un proveedor absolutamente importante que es la empresa de nutrición –la que sugiere cómo preparar la comida para cada etapa de los animales– que tampoco es simple de reemplazar” y todo esto asegura un flujo continuo de animales, en número, calidad y tiempo.

“Con este muy importante vínculo con los compradores, ¿para qué ofrecer los animales en subasta?”, se preguntó el empresario.

En el negocio porcino, según el criterio de Di Palma, lo que falta es un formato de definición de precios más claro y justo. “Para que una cadena de valor sea sustentable, es importantísimo arbitrar una división de la renta que resulte justa; sin eso, vamos a ver cómo el actor de mayor escala en la cadena de valor se queda con la mayor parte de la renta, dado que el sujeto de ese arbitraje es ese actor de escala mayor”, remarcó. “Sin eso estamos al horno. Y pasa con el cerdo, con las peras y con la lechuga”, amplió.

A todo esto, Di Palma sumó “la voracidad del Estado” con tasas “absolutamente desencajadas”, que “han permitido que la única forma de suavizar esa carga impositiva sea el sendero que lleva a una integración. Terminamos, por ende, en un statu quo absolutamente más perverso”.

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