El empresario asegura que interesó a un grupo santafesino para volcar más de dos millones de dólares en una metalmecánica y una constructora. Asegura que va por un hotel boutique y un restaurant. Gustavo Sánchez Romero
En 2013 sorprendió a todos cuando decidió darle una oportunidad industrial a lo que era poco menos que un páramo, sobre unas 570 hectáreas de monte nativo. Por entonces invirtió muchos dinero en un complejo de alta calidad sanitaria avícola –con genética incluida- y en el margen derecho de la ruta 127, en la pequeña localidad de Conscripto Bernardi, instaló CoBiSe (Complejo de Bioseguridad), para dar un salto de calidad al complejo avícola que dirige junto sus hijos y un sobrino desde Racedo.
Por entonces, y a pesar de lo inhóspito del lugar para el desarrollo de una industria de alta calificación, Grupo Motta logró levantar un complejo que genera admiración, a pesar que las condiciones de aislamiento y soledad favorecían el tipo de desarrollo biosanitario animal al que aspiraba.
Hoy se encuentra en una segunda etapa, y al final del proceso, entre las dos plantas que tendrá el complejo, le dará empleo a unas 200 personas, sólo en ese eslabón de su propio encadenamiento. Entre ambos establecimientos, con naves, tecnología, caminos, habrá depositado más de 30 millones de dólares.
Futuro.
Pero ahora Héctor Motta va por más. Según pudo saber DOS FLORINES, que consultó acerca de la posibilidad, el empresario interesó personalmente a un grupo empresario santafesino que se radicará con dos industrias en la misma zona dándole un gran impulso a ese florilegio de habitantes que se cuentan en apenas mil, pero que tienen todo el impulso para crecer.
De acuerdo a lo expresado por el empresario, se trata de Grupo MPV Ingeniería (Grupo Depetris SAS), que ya tiene decidido la inversión en invertirá en dos proyectos: a) una metalmecánica que llega con el norte de fabricar instalaciones industriales importantes que van desde estructura de galpones hasta maquinaria específica y fábricas de alimentos balanceados llave en mano, planta de dosaje y micromezclado de ingredientes, construcción de naves industriales, es decir tecnología para la agroindustria, etc; y b) Hormigón armado e insumos para la construcción, proyecto que piensa llevar adelante con socios cuyos nombres aún no trascendieron.
Entre ambas aspiran a superar los dos millones de dólares y brindará empleo a unas 20 personas. Para el segundo proyecto la segunda la Comuna habría facilitado un predio donde funcionaban viejos galpones del Ferrocarril.
Proyecto.
Si bien Motta considera que no es posible hablar de polo industrial, el empresario expresó su objetivo de interesar a inversores para generar un hotel boutique en la zona –que no tiene aún- ya que la demanda de las empresas propias y las nuevas hará necesario contar con camas de hospedaje.
Asimismo, describió que le gustaría que el pueblo cuente con un restaurant propio de tipo familiar para los operarios, los vecinos y quienes transiten por la ruta 127 que atraviesa la provincia.
“He tomado la decisión, en una primera etapa, de movilizar lo que es Conscripto Bernardi y pienso en los próximos seguir avanzando. Tuve una reunión con los empresarios oriundos de Santa Fe que va a invertir en Conscripto Bernardi y me confirmaron que es un hecho. Trataremos de ayudarlos con los gobiernos provincial y nacional para facilitarle algunos procesos de la inversión, pero lo importante es que lleguen”, confirmó.
-¿Qué lo impulsa a tener este rol de promotor de inversiones en el norte provincial?- requirió DOS FLORINES.
-Estoy haciendo promoción regional como entrerriano y tratando de dar una mano, como tenemos que hacerlo todos. Es una gestión personal. Los interesé yo. Apunto a cinco radicaciones nuevas, que junto al hotel y el restaurant habría que impulsar un minimercado, para ir brindando servicios a una población que seguramente irá creciendo. Hoy tiene unos 1000 habitantes, muchos van y vienen al campo y duermen ahí.
Tengo un compromiso con la provincia, como entrerriano, tenemos que salir de la demanda –aunque no abandonarla- y empezar a dar la pelea por el desarrollo.
Héctor Motta confió que venía pensando hace tiempo en esta idea ya que acaba de concluir una maestría sobre Desarrollo e Innovación Tecnológica en la Universidad de Salamanca, España, y que lo motivaba cerrar este ciclo académico con la materialización práctica de un proyecto que es beneficioso para todos. “Creo que es un gol en la provincia, que nos está haciendo falta”, subrayó.
