ENFOQUE PORTADA

Los fundadores de las empresas familiares también mueren

Por Ceferino Sain – Consultor Senior de Empresas Familiares (BID/UES21)  (*)

La experiencia de éxito de muchos empresarios puede ayudar a que tengan una sensación que bordea la inmortalidad. Pero la verdad es que los fundadores de empresas familiares también mueren.

Y si bien podemos centrarnos en lo que implica este acontecimiento para el negocio, la muerte de un fundador -que a su vez es el padre de familia y el socio mayoritario o único dueño-, tiene un impacto que desestabiliza la dinámica familiar.

De hecho, debido a la compleja red de roles y relaciones que tiene esta persona, su muerte trae consigo una serie de desafíos únicos para las familias emprendedoras, sumado, por supuesto, al dolor y la perturbación que acompaña a este desgraciado suceso.

En un esfuerzo por ayudar a las familias a anticipar y manejar estas dinámicas dolorosas, tres patrones distintos se pueden observar cuando muere un fundador.

En primer lugar, en las familias empresarias el duelo suele ser más complicado que en una familia no empresaria, porque el proceso de negación de que ese hecho haya ocurrido es más profunda y la ira más intensa, dado que en algunos niveles inconscientes, los familiares pueden haber comprado la fantasía de que el fundador viviría para siempre.

Y la depresión podría también ser más profunda, porque el fundador era tan central en la vida económica de la familia, que entonces hay mucho miedo debido a que se ha perdido no solo al ser querido sino parte de la seguridad que transmitía respecto del futuro.

Necesario duelo.

Pero el duelo se complica todavía más porque las familias suelen tener sentimientos encontrados con respecto a los fundadores. Por un lado, sienten por ellos amor, aprecio, admiración; y por otro resentimiento por el frecuente control ejercido en el curso de su vida económica y empresarial.

Entonces, el mejor enfoque para manejar un tema tan complicado como este, es anticiparlo y conversarlo. Por supuesto, esto no es fácil porque significa reconocer que el fundador es mortal, que tiene miedos y que algún día ya no estará entre ellos. Es más sencillo discutir la estrategia comercial y las inversiones del negocio, que meditar el significado de la vida y la muerte de las personas que amamos.

Cuando una muerte ocurre repentinamente, o cuando no ha habido la necesaria preparación, algunas familias empresarias intentan obtener consuelo a través de apresurarse a emprender proyectos para continuar o para corregir lo que ha comenzado el fundador. Este enfoque puede ayudar en algún punto, pero no brinda lo que la familia probablemente más necesita: tiempo para su duelo, es decir, reducir la velocidad del ritmo de vida que se traía y abstenerse de tomar decisiones que no son esenciales e inmediatas.

El duelo si se prolonga más de lo necesario se vuelve patológico, por eso cuando llega el momento de comenzar a recuperarse, podría ser beneficioso hablar con otras personas de confianza, pero que no son del sistema familiar, para que den una perspectiva menos emocional sobre la nueva etapa que debe encarar la familia.  

Resignación y futuro.

Como es el caso de la mayoría de las transiciones en la vida, hablar con respeto y cuidado sobre la muerte de un fundador, puede ser la fuente de un nuevo crecimiento en la vida familiar. Familias que abordan estas dinámicas dolorosas antes de que ocurran, dan pasos constructivos hacia adelante y emergen con nuevas dinámicas familiares que, en última instancia, son energizantes y restauradoras, que incluyen gratitud al fundador por sus contribuciones hechas tanto a la propia familia como a los negocios; permiten comprender el valor de las conversaciones a un nivel emocional profundo; crean oportunidades para que surjan los sueños de cada miembro de la familia; se descubren las fortalezas de la familia.

En muchas familias, la experiencia de conversar respecto a cómo manejar la pérdida y la transición del liderazgo del fundador cuando esto ocurra, ha dado como resultado una dinámica familiar saludable, que respalda un nuevo capítulo para la familia y un agradecimiento eterno y en vida por el legado significativo y duradero que dejará el fundador cuando falte.

(*) Magister en Administración de Empresas (MBA). Diplomado en Gestión y Gobierno de Empresas Familiares (BID/UES21). Licenciado en Ciencias de la Comunicación (UCSF). Mediador (Asoc. Humanita). Fundador de Ceferino Sain & Consultores Asociados (www.ceferinosain.com.ar).