EMPRESAS PORTADA

“Las empresas, que exigen excelencia, y los cambios en los jóvenes modifican la oferta de posgrados y maestrías”

Juan Pablo Manzuoli, director de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica Argentina (UCA), entiende que la demanda está modificando la oferta educativa superior de las universidades con un cambio en el espíritu de época con jóvenes con otras expectativas y con un nuevo paradigma laboral donde impera la volatilidad. La dinámica educativa y la necesidad de las universidades de aggionarse ante una “Inflación de títulos” al alcance de la mano. Gustavo Sánchez Romero / Dos Florines

Tiene 51 años, es licenciado en Administración de Empresas y con una vasta experiencia en marketing, consumo y tendencias de mercado en varias compañías líderes. Sin embargo, él también se percibe víctima de la vorágine que abraza a las nuevas generaciones y fue buscando su lugar en el mundo laboral hasta recalar en el cargo de director de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica Argentina, una de las universidades privadas líderes, con una oferta educativa variopinta, y con varias sedes en todo el país.

Quizá es esa experiencia, junto al arte de contar con algunas herramientas para interpretar los movimientos complejos y oscilantes del mundo educativo, lo que le da el expertise para sostenerse en un cargo desde el que administra siete postgrados, que se replica en distintos momentos del año y varios escenarios del país, y un MBA que cuenta con cinco ediciones anuales.

Estuvo en Paraná, días atrás, en la Facultad Teresa de Ávila, para mantener reuniones con cámaras, colegios y entidades empresarias, con el norte puesto en difundir la oferta en la región.

Abordando los avatares a los que debe afrontar desde su lugar, donde la competencia abruma en lo que él mismo llama “una inflación de títulos”, Juan Pablo Manzuoli conversó con DOS FLORINES sobre los problemas que, indirectamente y al final del camino, termina impactando sobre el sector privado ya que es el lugar donde los jóvenes profesionales terminan recalando en su oscilante e inasible camino en el mundo del trabajo: las empresas.

-¿Cuál es el concepto con que plantea una oferta de postgrados y Escuela de Negocios en un contexto tan cambiante e incierto?

-En particular, nosotros, desde la UCA, tenemos en cuenta ordenar todo lo que tiene que ver con preparar profesionales con cuatro ejes o formas de agruparlos, de lo más complejo a lo más específico. De lo más articulado a lo más singular o concreto. La oferta, por lo general, la armamos con maestrías, postgrados, programa ejecutivos y programas a medidas. Los programas a medida se pueden hacer corporativos, a partir de empresas, o de cámaras o de gremios o profesionales. Básicamente, si vas a armar un curso de oratoria, quizá lo vas a necesitar diferente sea para ingenieros o si es para abogados. Entonces ahí si te llama el colegio de abogados o el de ingenieros, el programa puede ser el mismo pero el abordaje lo tenés que hacer distinto. Y obviamente lo más específico, el programa ejecutivo o el “a medida”, es más práctico y más directo. Por lo general suelen ser más cortos y enfocados en resolver alguna cuestión específica. Los programas más articulados, naturalmente, necesitan tener un orden, una forma de seriarlo o encaminarlo. Suponte que necesites ver algo de Mercado de Capitales. Si antes no viste finanzas empresarias es muy difícil que puedas ver Mercado de Capitales y que realmente lo puedas aplicar. Si antes no viste matemática financiera o macroeconomía, tampoco. Un postgrado sí o sí te hace pasar por un orden, y eso lo diferencia de un programa ejecutivo donde vos podés armar algo directo. Marketing de servicios o experiencia del usuario. Es algo directo al que puede asistir alguien que atiende un comercio en la vía pública o alguien que trabaje en el sector público y tenga interés en experiencia del usuario. Los postgrados y maestrías requieren tener un orden interno. El postgrado es como más específico en temas: recursos humanos, marketing, finanzas, mildmanegement. En cambio, la maestría es más generalista. Ves pilares de estrategia, pilares de toma de decisiones, lo que tiene que ver con los procesos y los sistemas. La maestría te termina dando una visión más generalista, y por lo general, valga la redundancia, algunos abordajes requieren de un programa ejecutivo o un programa in compañy. Si lo quiero más a medida, in Company; si lo quiero más general, el ejecutivo.

Educación personalizada.

Mazuoli considera que el mercado de la educación superior es muy amplio y que no se puede atar a formatos y esquemas rígidos, porque en segmentos etarios muy cercanos se dan diferencias sensibles en las expectativas y aspiraciones con que se aproximan a un postgrado o MBA, de allí que, sin decirlo, cree que la oferta tiende a la microsegmentación.

-¿El mercado avanza hacia el generalismo o tiende a costumizar?

-Existen las dos cosas porque el mercado necesita a ambas. Sigue estando este orden y depende a veces en el momento de la vida que estés, qué tipo de programa te va a convenir. Si estás cerca de los 25 años quizá te convenga hacer un postgrado porque saliste de una profesión, supongamos de contador o administración de empresas y estás trabajando en marketing. Quizá estás desarrollando tu trabajo en forma intuitiva y te están faltando las herramientas que estás buscando. Si ya tenés más de 30 años, incluso cuando tenés más de 40, nosotros apuntamos a una visión más generalista. Y si sos abogado y tenés un estudio con dos socios empezás a tomar decisiones empresariales. No estás solo en el expediente y pensás en alianzas u oficinas propias, y son decisiones del tipo empresarial que requieren herramientas académicas específicas. Lo mismo le puede pasar a un desarrollador de real estate o de cualquier otra profesión.

-De todas maneras todavía parece haber una fuerte influencia de la oferta sobre la demanda que impacta en las decisiones…

-Sí, está bueno lo que decís. Las nuevas generaciones van trayendo otras demandas y ahí lo que va pasando, incluso en las maestrías complejas, es que le están poniendo menos correlativas porque ya las nuevas generaciones de los millenials o centennials no les interesa hacer un año y medio de una maestría. Ahora, si hago tres módulos en un semestre, después hago dos en otro, y al final articulo tres módulos más de acuerdo a mis tiempos y expectativas, quizá lo completo. Hoy existe una idea de lo que se llama construir una maestría emergente, y eso viene más del lado de la demanda que de la oferta en las nuevas generaciones.

-¿La academia, entonces, está construyendo una oferta que se reconvierte con el espíritu de época para un joven que lee menos, que está influenciado por la cultura visual, etc?

-Sí, exacto. Eso es. Antes la metodología de caso tipo Harvard era inevitable. De hecho los casos tipos Harvard están pensado más para una escuela de derecho, por lo que era la jurisprudencia americana y marca normativa. Para el abogado era muy importante porque no se trata tanto de lo que marca la norma sino lo que la sentencia concluye. Después lo toma la Escuela de Negocios. Hoy se hace audiovisual con un párrafo, hoy se puede ver en una serie de Netflix o una película, y el docente trabaja sobre eso. El espíritu de época te hace cambiar la forma de enfocar el orden. Para las generaciones más jóvenes se vienen preparando maestrías que tienen más modularidad, que son menos correlativas, pero que se pueden articular. Al fin del camino se pueda hacer una cantidad que tienen que ver con management, otras con procesos y demás, pero que te garanticen una serie de contenidos necesarios.

In crescendo.

Juan Pablo Manzuoli ve creciendo y en evolución la Escuela de Negocios y el departamento Postgrado dentro de la estructura de la Universidad Católica Argentina.

En este sentido, advierte una evolución en el mundo profesional ya que, prescribe, éstos abrevan en el concepto de educación continua. Es entonces donde pone sobre la mesa un ejemplo muy gráfico, y aun cuando raya en lo autorreferencial, permite entender la velocidad con que se están dando lo cambios, especialmente en los jóvenes.

“Yo terminé la facultad como licenciado en Administración de Empresas, hace más de 20 años, y ya mi generación la tenía bastante clara. Hace dos generaciones vos podías trabajar en una empresa y jubilarte en esa empresa. La generación anterior a la mía ya visualizaba los cambios, y advertías que podías tener un par de cambios en tu carrera profesional cada 11 o 13 años. Vos tenías que hacer una reconversión. En la nuestra todavía entre siete y nueve, el lapso se vuelve más corto y es como volver a pivotear, reconvertirse. Además, no sólo cambiar de empresa, sino cambiar de rumbo. Es posible que hoy, tus primeros pasos profesionales no te gusten, y vayas al cambio deliberadamente”, describe el profesional.

-¿Entonces la apuesta de las instituciones educativas es apostar al postgrado como forma de retener al alumno; o todavía no lo vemos tan sistematicamente?

-Es interesante. La palabra retener está más vinculada a volver a vincular, hablando en una estrategia de la UCA, especialmente. La idea de que haya tenido un paso por la carrera de grado de origen o que pase por una facultad de la UCA tiene que ser relevante. Te voy a citar a un gran divulgador de los educativo, Ken Robinson (Cambiando paradigmas o Escuelas creativas), que dice que en los últimos años se ha generado una inflación de títulos, expresión que conlleva una carga negativa. Hoy hay una cantidad enrome de universidades, facultades, institutos, talleres, etc, que otorgan una gran cantidad de títulos, y le das una maestría a una persona que antes no lo necesitaba porque le alcanzaba con su título de grado. En esta gran oferta se pierde el valor de la persona, lo importante que puede ser ese valor humano. El tema de generar una oferta relevante en cualquier etapa de la formación de una persona, especialmente en postgrado, después de haberte profesionalizado en una primera etapa, que tengas una opción de la Universidad Católica es muy relevante. Hay etapas donde tiene que ver que te salva lo humano.

-A ver si estoy entendiendo: ¿Está diciendo que el agregado de valor de la oferta académica de la UCA está dado en que hay un componente humano diferencial que lo hace más competitivo?

-Exacto. Esto es así, absolutamente.

-¿Y qué es lo que hace la UCA en materia de preparación para que, en un contexto de inflación de títulos, sus recursos humanos sean un elemento diferenciador?

Hay varios aspectos, algunos bien funcionales y otros como de base. En lo explícito, si vas a un programa de la UCA lo humano es diferenciador, así sea Finanzas o lo que fuere, pero sabrás que si hacés Finanzas, tus decisiones son sistémicas y ellas puedan impactar de un modo negativo y hasta puede que desaparezca una empresa. Sabelo. Sabelo. La eficiencia no es una cuestión solo numérica. Cuando tomas decisiones debes saber que hay métricas y que está lo humano. No dejes esto afuera de la foto. Ese el contenido. Pero también tenemos la modalidad. La virtualidad nos ha resuelto muchas cosas, muchísimas. Yo podría hacer un podcast y que vos los escuches, pero sabemos que la riqueza está en la interacción, y yo prefiero hacer un curso sincrónico que asincrónico. La mayoría de nuestra oferta es sincrónica. Si no podés estar presente la haces virtual, pero en forma sincrónica.

Sentidos.

-Sin embargo, parece haber un marcado sesgo de la UCA hacia el aula híbrida y a una mayor virtualidad…
Sí, porque se incorpora también a las nuevas generaciones. También lo haces asincrónico para no dejar afuera a nadie. Le ofrecés espacios para integrar, y quizá pongo un tutor para que cada tanto puedas ir compartiendo los temas y las cuestiones interactivas. En la Escuela de Negocios la gran mayoría de nuestra oferta es sincrónica, y en algunas cuestiones es hasta obligatorio lo presencial. En el caso de hacer la tesis en tu maestría nunca hacés la tesis sólo con tu tutor. Nosotros tenemos un equipo de tutores que comparten no sólo la clase tradicional sino también la tesis. Le ponen un tutor, con reuniones donde tiene que haber presencialidad y todos interactúan. Se genera un proceso de networking, porque vas a ser colega del que está frente a vos, y te lo vas a cruzar en la vida profesional y ese dato trasciende lo meramente educativo. Está bueno que lo conozca, que no sólo tiene que ver con lo estrictamente académico, sino que lo veas en el break , que charles con él, que compartas otras cosas.

-¿Entiende que las empresas advierten el valor que usted dice que diferencia a UCA?

-Yo creo que sí. A algunas les parece más o menos importante, pero creo que sí. El talento. Lo que sigue siendo determinante para una empresa es el talento de la gente que tiene. No el talento como la capacidad, la creatividad, sino también el talento de hacer interactuar a los talentos. Pasa con los deportes, hay quienes distribuyen el juego dentro de un equipo. La virtud de ese talento es la de hacer interactuar a los otros.

-¿Qué pasa con el rigor académico en general y cómo evalúa este punto en la oferta de la UCA?

-Está bueno hablar de esto porque hay dos conceptos que me interesan mucho: lo académico y lo profesional. En lo que tiene que ver con la Escuela de Negocios importa lo profesional además de lo académico; porque lo académico está más vinculado a lo teórico y lo profesional a lo práctico, y tiene que estar muy relacionado esto. Y después hay mucha gente que confunde exigencia con excelencia, y para mí la excelencia está mas relacionada con la trayectoria y con el prestigio.

-¿Cómo se conjugan las necesidades de las empresas, que a veces critican el nivel de los profesionales, con la ética y la responsabilidad de los planes que debe proponer una universidad a la sociedad?

-Muchas veces suceden esas cuestiones, y yo, que me he dedicado muchos años al marketing, sé que el posicionamiento es muy importante. No es sólo lo que la gente dice de vos, sino lo que quieres que la gente diga de vos. Entonces tenés que ir manejando estas cosas desde la oferta. A veces están relacionado la excelencia con la exigencia. Mirá que se dice tal o cual cosa… Entonces paremos un poco y miremos el concepto de excelencia. Yo te puedo tomar un examen más complejo y exigible. ¿Te va a hacer mejor profesional a la hora de la toma de decisiones? Y entonces aquí aparece el factor humano. Puedo hacer el mejor alumno con la mayor exigencia, pero no el mejor promedio es el mejor profesional. Por ahí tu promedio no te determina como profesional cuando manejas personal. A veces está asociado con “tomar exámenes fáciles”, o “te recibís porque pagás”.

Vos podés dejar que digan eso de vos, podés parar y ajustar los exámenes para cambiar el posicionamiento o le agregás cuestiones que no sólo terminan en la hoja de examen. La cuestión humana parece que no es importante y algunos dicen: “No me importa que sea mala persona, si rindió bien los exámenes y es un buen profesional me alcanza”. No creemos que sea así. No es que la cuestión de la ética es menos importante y no es hereditaria. Hay que construirlo. No viene genéticamente determinada.

-Si Dios atiende en Buenos Aires, Santo Tomás de Aquino montó su oficina en Puerto Madero. ¿Es igual la oferta en CABA que en el interior?

-Universidades católicas hay en casi todas la provincias. la UCA es la que tiene reconocimiento pontificio. Pero aún así, es la universidad de mayor representación federal con cuatro sedes. No hay cuatro sedes de otras universidades privadas en otras ciudades. incluso las públicas son locales. UNER, UNL, Rosario. No es tan común que las universidades estén federalizadas. No es un problema de Argentina, es mundial ya que están muy localizadas. Nosotros garantizamos la misma calidad académica para las carreras similares en cualquiera de nuestras sedes. Lo bueno que vos podés aprovechar la idea de lo global o más integrado sin perder la idea de lo local. Lo Universitario también tenés que tener esa presencia local para la educación.

-¿Qué está pasando la accesiblidad de la clase media a los postgrados en un momento tan complicado de la economía?

-La UCA es una de las más accesibles del país. Y en nivel postgrados mucho más. La matrícula está creciendo, pero nosotros igual mantenemos cupos, pero eso tiene que ver con la calidad educativa. Podríamos hacer una maestría para 60 personas. Nosotros no podemos meter más de 28 alumnos en una maestría. Tenemos siete postgrados, un MBA con cinco ediciones de 28 alumnos cada una, para tener más cercanía. En el postgrado en Finanzas estamos haciendo la quinta edición. De otro modo es mucho más rentable, pero perdés calidad educativa. Articulamos mucho con el interior. Paraná tiene cosas muy buenas que se pueden llevar a otras facultades. Hay que aprovechar lo mejor de cada una de las sedes y hacerlo extensivo a todo el país.