AL DÍA

La mirada política se ancló otra vez en la grieta y sus dos modelos

“Democracia vs autoritarismo”, insistió Laura Di Marco, en el XIV Foro del CEER, sobre lo que se juega en estas elecciones. Nahuel Amore

Una vez más, la grieta fue la principal construcción discursiva que minó el análisis político durante el Foro Anual organizado por el Consejo Empresario de Entre Ríos (CEER). En su 14° edición, fue Laura Di Marco, periodista y escritora, quien tomó el concepto para hablar otra vez sobre los dos modelos, “democracia versus autoritarismo”, que se ponen en juego durante la contienda presidencial que este año se vuelve a plantear polarizada. “Lo que creo que se juega en estas elecciones son dos modelos, económicos y políticos”, resumió.

Nada nuevo bajo el frío sol que este martes por la siesta volvió a alumbrar entre las nubes, tras los fuertes vientos que limpiaron el “veranito” del comienzo del invierno. Ante un auditorio repleto en el Centro Provincial de Convenciones, la disertante insistió con trilladas categorías de análisis que, en síntesis, parecieran profundizar aún más las divisiones y dejar lejos las reflexiones sobre cómo delinear puntos de consenso que sanen las diferencias y conduzcan hacia los nuevos tiempos que demandan, incluso, los empresarios.

Di Marco se explayó sobre las “dos Argentinas” y “una grieta que es válida, porque hay dos proyectos de país, con dos miradas”, que incluso se da en términos culturales. Al respecto, especificó: “Se juega el capitalismo (Macri-Pichetto) versus una mirada anticapitalista, que la encarna el binomio de Cristina Kirchner, por lo menos de un capitalismo más prebendario, de amigos, de una sociedad más cerrada”.

Democracia vs autoritarismo

La periodista mostró un cuadro con pares opositores, prácticamente sin puntos de conexión, divididos por la grieta. En este sentido, se refirió al modelo democrático como un esquema abierto al mercado, de capitalismo moderno y de una Argentina exportadora y de progreso. Por el otro lado, advirtió sobre el populismo, con una propuesta de “menos mercado, anticapitalismo, un mercado interno con intervencionismo estatal y una condena a la idea de progreso”.

Párrafo aparte merece la “modernización de las normas laborales” del modelo democrático, donde Di Marco dejó a la vista su postura. “En realidad hay en la Argentina un enorme sector que no puede incorporarse al mercado de trabajo porque hay un mundo que ha cambiado, que es distinto al de hace 50 años atrás, que es de donde teníamos nuestras leyes laborales, que eran muy buenas y hoy no, y es necesario modernizarlas para justamente poder debatir este nuevo modelo de país si es que lo queremos”, expresó

Asimismo, por un lado también ubicó a la diversidad y el pluralismo, el respeto al periodismo profesional, la inserción en el mundo y el equilibrio fiscal. Y por otro lado de la grieta, hizo hincapié en la “lógica del amigo-enemigo que el populismo propone” y recordó que el kirchnerismo leyó a Ernesto Laclau para su construcción política. De ese mismo lado, también cuestionó las relaciones internacionales con países como Venezuela, además de que está presente la idea de “vivir por encima de las posibilidades”.

En este mismo paraguas, comparó los modelos a través de lo que representan la figura de Lionel Messi y María Luján Rey, por un lado, y Diego Maradona y Hugo Moyano, por otro; estos últimos ubicados en la vereda de “la Argentina de la prepotencia, de la extorsión”.

Fracaso

Di Marco planteó en su exposición algunos aspectos vinculados a los problemas estructurales del país y los fracasos de los modelos económicos. En esta línea, señaló que estas dificultades radican en un tema cultural, que generan constantemente una pérdida de expectativas y un paso rápido de la ilusión al desencanto. De todos modos, señaló que la Argentina es resiliente y siempre salimos fortalecidos en la adversidad.

Esto le dio pie también para repensar lo que llamó el ADN del fracaso del país. “El problema de la Argentina es que no nos ponemos de acuerdo, no logramos hacer acuerdos fundamentales, que esto es lo que le pasa a estos dos modelos de país, donde está el odio también presente. No pueden hacer acuerdos sobre valores comunes que se conviertan en sustentables”, aseguró.

Además, respecto de estas características del fracaso, remarcó sobre la baja autoestima que se construye popularmente sobre el destino del país y condenó la cultura de la trampa y la mentira, con el ejemplo de la intervención en las estadísticas oficiales del Indec. También se refirió a la constante sospecha que se genera sobre el éxito y, particularmente, la mirada negativa sobre la prosperidad económica, con especial atención en los empresarios.

En sus críticas al ADN del fracaso, sin necesidad de dar nombre propios, puntualizó las prácticas de “patoterismo, la fe en soluciones mágicas, la intolerancia a los procesos, la soberbia y la cultura netamente extractiva”.

In-conclusiones

En sus definiciones, Di Marco volvió a la idea de que no sólo haya un cambio, sino una transformación, con un sentido, con propósito, primero dentro de cada uno, para poder salir de esos fracasos. No es menor que en su exposición insistiera con los paradigmas culturales que sustentan estas miradas.
En este contexto, en sus conclusiones dio cuenta de cómo podría jugar la grieta –a su entender- teniendo en cuenta las críticas que hizo al kirchnerismo y la pérdida de credibilidad en Cambiemos. “La desilusión de un sector de la sociedad con Macri –y la baja intención de voto y la evaluación de gestión registrados en el primer semestre- no perforaron el deseo de la gente de seguir creyendo en que finalmente vamos a salir adelante, más allá de un candidato en particular”, afirmó.

Pero la gran pregunta pendiente, inconclusa por el poco desarrollo que tuvo, es si hay modelos alternativos o posibilidades de encuentro, reflexiones que apenas llegaron ante la intervención del público. “La política nos ha llevado a creer que son modelos enfrentados y que no puede integrarse lo mejor de cada uno. Eso nos pasa como sociedad, al pensar que no hay ninguna verdad al otro lado de la grieta. Creo que hay zonas oscuras de los dos lados y hay muy buenas cosas para incorporar, para integrar. Para eso hacen falta hacer acuerdos, ponernos de acuerdo sobre lo que es importante. Pero si creo que del otro lado está la oscuridad, todo lo malo, lo que no sirve, es muy difícil que haga un acuerdo con ese sector”, finalizó.

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