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Enojado, Bordet no fue a Crespo; ¿Se equivocó el campo?

El Gobernador decidió no asistir a la jornada empresaria y el decreto por las pulverizaciones ingresó en zona de incertidumbre. Gustavo Sánchez Romero

En tiempos de definiciones, políticas y económicas, Gustavo Bordet era esperado con ansiedad en la tercera jornada denominada “Hacia el Desarrollo de una Entre Ríos Sostenible” que impulsan el Estado y las entidades empresarias de la provincia en busca de concretar una agencia de promoción de inversiones y exportaciones.

De hecho su nombre y el del secretario de Producción provincial fueron anunciados en la grilla de disertantes que promocionaron las cinco entidades provinciales que forman el pack del scrum que empuja la iniciativa.

Sin embargo, se coló en la jornada del viernes una convocatoria realizada por la Mesa de Enlace provincial para “entregar un petitorio” al Gobernador cuando éste se aproximara a la Capital de la Avicultura a participar del encuentro.

Es que los productores vienen conversando hace meses con el Ejecutivo provincial en medio de la controversia que con intransigencia vienen planteando sectores ambientales acerca de la pulverización de agroquímicos en los campos entrerrianos.

El Gobierno no adhiere a la posición exaltada de estos sectores “verdes” y buscó desde el primer momento una solución salomónica que no perjudicara al sistema productivo dado que –como adelantó Danilo Lima en DOS FLORINES– significaría resignar más de 7.000 millones de pesos en la campaña y tendría consecuencias económicas para toda la provincia. Los sectores ambientalistas se mostraron infranqueables en su posición, incluso denostando con fuerza en redes sociales cualquier posición que entre en disidencia con sus fundamentos, incluidos los artículos periodísticos como el citado en este sitio de noticias.

Este diálogo entre el campo y Bordet generó expectativas en los productores rurales, pero en los últimos días los tiempos del sector agropecuario no coincidieron con los del Gobierno, y eso generó algo de ansiedad en momentos de trilla, siembra y planificación de la próxima campaña.

De allí que en un movimiento que –aseguran sus dirigentes– no tuvo intenciones de generar malestar ni presiones, la Mesa de Enlace convocó a una concentración en la intersección de las rutas 12 y 131 –en la rotonda de Crespo– para entregar un petitorio al Gobernador.

Malestar.

“Las bases nos presionan. Están angustiados y necesitan definiciones. Hay casos que son dramáticos como el de las escuelas agrotécnicas que viven de su propio producido y no están pudiendo sembrar y se quedan sin ingresos. Además sólo era un pedido que pretendía agilizar el proceso”, expresó a DOS FLORINES un importante dirigente agropecuario que estuvo presente en las jornadas de Crespo e iba y venía hacia el lugar donde había unos 50 productores que finalmente se volvieron a sus casas sin poder hacer efectivo el pedido.

Pero no fue una posición unánime y generó diferencias al seno del sector. De hecho, Juan Diego Etchevehere –como era de prever en su doble condición de dirigente de la Sociedad Rural y presidente del CEER– y Néstor Luciani, presidente de la Bolsa de Cereales, quedaron embretados y tomaron posición contraria a esta movilización. De hecho, la ganancia de estos dirigentes estaba en que Bordet cerrara el evento y brindara anuncios con respecto a la agencia de inversiones, y no tanto en que se encuentre abordado por el tema de las pulverizaciones. Inclusive, dicen que dicen, hubo denodados intentos internos y debates calientes para que la movilización de productores no se produjera, cosa que recién tuvo voto favorable sobre las 16 del viernes.

La participación del Gobierno en el evento quedó en manos de Santiago Escales Migliore, el funcionario de las exportaciones entrerrianas que cumplió un digno papel, salvando la situación como pudo. Sin embargo, hubo cierto malestar con Álvaro Gabás, que seguramente en anuencia con el gobernador, decidió no asistir.

Bordet se molestó con esta movilización, según confirmaron fuentes confiables de la Casa Gris, y la prueba de esto fue una larga saga de llamados a los ruralistas.

Las llamadas fueron hechas por Álvaro Gabás tratando de desactivar el acto y expresando, por interpósita persona, el alto malestar que generó en Bordet la posibilidad de un abordaje, justo donde yacen los dos grandes pollos crespenses en el acceso a la ciudad.

¿Firmado?

De acuerdo a lo expresado por algunos dirigentes del sector y periodistas especializados –aunque no le consta a este cronista– el decreto sobre pulverizaciones ya está firmado por el Ejecutivo provincial y sólo estaría esperando el momento oportuno para su publicación. La aceptación de un petitorio a horas de esto hubiese sido un contratiempo con consecuencias políticas inasibles para el Gobierno. ¿Acaso Bordet no hubiese quedado vulnerable a las presiones sectoriales si se publica un decreto contrario a las expectativas de los ambientalistas? ¿Cómo se hubiese leído en términos semióticos una foto del Gobernador rodeado del campo exigiendo premura y definiciones?

Este análisis fue central en la jornada en el Salón Medusa al conocerse la idea que Bordet no se haría presente. Y a esta altura es innegable el malestar oficial.

También es cierto que los productores requieren de certezas. “Si es como dicen muchos que el decreto está firmado y que sólo es cuestión de tiempo por qué no recibimos aunque sea un mensajito de whatsapp pidiendo paciencia, para que nosotros tuviéramos un argumento para hablar con los productores. Yo le aseguro que la presión que estamos teniendo es muy fuerte y a veces vemos que este tiempo es vital y pasa sin que tengamos respuestas”, le confió a DOS FLORINES un dirigente que no estaba muy seguro de hacer o no la convocatoria.

Firmado o no, ahora este decreto se ha convertido en una papa caliente para el Gobernador.

Sin embargo, no podrá evitar el costo que le generará, cualesquiera sean los sentidos que el mismo tome.

Como dijo un empresario, algo de paradoja hay en este intríngulis. “Pensar que la mayoría de las escuelas rurales fueron emplazadas en campos que donaron los productores para apostar por la educación de los niños rurales en zonas inhóspitas”, recordó el hombre durante el evento.

Lo peor que le puede pasar al debate, central para la provincia, es que quede atrapado entre dos fundamentalismos. Hay uno que está claro. El otro lado, quizá, haya pecado de ansiedad empiojando las circunstancias e imitando erráticamente la posición antagónica. Probablemente, de ambos lados, estén faltando puentes para evitar estos desacoples, y no son precisamente los que puede construir Vialidad.

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