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El IEE y los motivos por los que sigue alta la inflación

El Instituto de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Córdoba asegura que hubo avances, pero la inflación no se controla.

El Instituto de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Córdoba presentó un informe por el cual se analiza la estrategia de control de la inflación de parte del Gobierno nacional se asegura que “hubo avances importantes en relación a eliminar las distorsiones que se observan desde hace casi dos décadas que han derivado en un proceso de inflación crónica para nuestro país: atraso cambiario, tarifas congeladas y un excesivo déficit fiscal financiado con emisión monetaria”.

En este marco el reconocido organismo asegura que en relación al primero de estos componentes distorsivos, entre 2003 y 2015 se generó un atraso del tipo de cambio real (que disminuyó un 56%), con mayor intensidad desde el comienzo de esta década, en donde los controles cambiarios para contener precios se volvieron usuales; como es de esperar, este proceso concluyó con un déficit de cuenta corriente insostenible. Las correcciones de estos atrasos se dan de manera brusca, y por los efectos indeseables que esto genera sobre los niveles de precios, evitar la excesiva apreciación ayuda a disminuir la inflación en el largo plazo. Desde 2015, esta situación se revirtió parcialmente, con un aumento del tipo de cambio real del 58%, por lo que evitar nuevas apreciaciones espurias permitiría eliminar esta fuente de distorsiones macroeconómicas.

Desequilibrios.

El paper avanza con otra fuente de desequilibrios y allí pondera al congelamiento de las tarifas de los servicios públicos. “Tomando por caso a la energía eléctrica, entre 2001 y 2015 se vivió el proceso más extenso y pronunciado de los últimos 75 año de retraso en las tarifas que derivó en un crecimiento exagerado de los subsidios para mantener esta situación, que alcanzaron el 2,8% del PBI en 2014. Esta situación también se vio mejorada, dado que los subsidios a la energía disminuyeron a la mitad de la cifra alcanzada en términos del producto durante 2014”, prescriben los especialistas de la BCC.

Esta dinámica creciente de subsidios y gasto público derivó en un excesivo aumento del déficit fiscal primario del gobierno nacional, que alcanzó alrededor de 4 puntos del PBI en 2015; este déficit era financiado por el Banco Central con una emisión monetaria que exacerbó el proceso inflacionario vigente. En 2019, incluso considerando el desvío permitido en el acuerdo con el FMI de la meta fiscal, el déficit fiscal primario será prácticamente eliminado; sumando esto a que desde mitad de 2018 el BCRA dejó de financiar al gobierno nacional, esto significará en el largo plazo la eliminación del principal causante de la inflación en Argentina.

A pesar de estos importantes esfuerzos -continúa afirmando el informe-, como se observó en los meses de enero y febrero persistieron presiones inflacionarias que muy probablemente continuarán en mayor o menor medida en los próximos meses. Dos factores se destacan en este contexto.

Tarifas.

Por un lado, necesaria readecuación tarifaria llevó a que los precios regulados aumenten persistentemente por encima del resto de los precios de la economía en los últimos tres años, y aun así, queda un importante margen para corregir estas distorsiones. Mientras que a finales de 2015 el precio mayorista solamente llegó a cubrir el 12% del costo de generación eléctrica, en la actualidad este porcentaje es de 65%. Si bien es cierto que esto implica que aún resta un aumento del 50% del precio mayorista para terminar de cerrar la brecha, dado que no es el único componente de la tarifa eléctrica, en la provincia de Córdoba implicaría solamente un aumento del 16% en el precio final afrontado por los consumidores residenciales, por lo que gran parte del impacto de la readecuación ya se completó.

Por otro lado, sigue afirmando, algo que también habría impactado en la inflación del primer bimestre es la reactivación del traslado a precios de la depreciación del peso que comenzó en abril del año previo. Si bien ese traspaso fue menor al 50%, la tenue recuperación económica que comenzó en diciembre de 2018 podría haber reactivado lentamente el traspaso a precios que no se vio completado en el año previo.

“Las expectativas marcan que habría una moderación de la inflación en los próximos meses. A pesar de que se corrigieron desequilibrios y distorsiones de precios muy relevantes para la evolución en el largo plazo de la inflación, persiste una inercia propia de los desequilibrios macroeconómicos que están siendo resueltos. La política monetaria más restrictiva ayudará a acelerar ese proceso de desinflación para que se comiencen a ver lo antes posible los efectos de estas mejoras estructurales en nuestra economía”, finaliza el trabajo del IEE.

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