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El entrerriano Grinman interpeló al Congreso: “Si van a poner palos, vamos a estar muy mal”

El presidente de la Cámara Argentina de Comercio admitió que las reformas estructurales que necesita el país “son dolorosas”. Cree que el Gobierno tiene margen, pero hizo un llamado a la política. “Tenemos que ser confiables para que lleguen las inversiones”, sostuvo. Nahuel Amore

El dirigente empresario Natalio Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), interpeló a los legisladores para que acompañen las reformas estructurales incluidas en la “ley ómnibus” del Gobierno nacional. “Es tremendamente importante el rol del Congreso. Lo que está pasando en estos días son los coletazos normales. Ahora bien, si la política no acompaña, la Argentina no tiene destino”, afirmó a DOS FLORINES.

Para el entrerriano, el Congreso nacional no trae de la gestión pasada una agenda legislativa vinculada a la reactivación económica y la creación del empleo. “Todos trabajaron de espaldas a lo que la sociedad reclamaba. Se dedicaban a legislar con leyes para proteger a políticos que cometieron desprolijidades que no quieren que la Justicia los investigue, pero no hacían nada para mejorar la situación económica y social cuando hay un 50% que la está pasando mal”, planteó.

Por ello, en este nuevo contexto, sugirió que haya un Congreso “que piense en otras cosas”. “No importa que sean o no del mismo palo del partido, sino que simplemente es tratar de entender que la mayoría del pueblo argentino eligió ese modelo que presentó esa plataforma y tienen que colaborar para llevarlo adelante. Ahora, si van a poner palos para destruirlo, realmente vamos a estar muy mal”, enfatizó.

Asimismo, respecto de las políticas de Javier Milei, señaló que “el 56% que lo votó era consciente de lo que hacía y aceptaba ese plan, que es doloroso”. “Hace mucho tiempo vengo diciendo que las reformas estructurales que necesita hacer la Argentina son muy grandes y muy dolorosas, que la gente va a tener que aceptarlas si quiere empezar a construir un país normal porque si no vamos a continuar siendo decadentes un poco todos los días”, afirmó.

Recesión e inflación

Grinman admitió que los efectos de las primeras medidas eran los esperados. “A finales de octubre dije que diciembre y los primeros seis meses de 2024 iban a ser terribles porque no iban a ser de otra manera. Lo que hizo el gobierno que terminó fue un desastre en términos de emisión monetaria con el famoso ‘plan platita’. Y eso iba a repercutir en la inflación; no había posibilidad de que no sucediera”, ratificó, y subrayó que “la emisión descontrolada llenó de papelitos de colores y eso sí o sí va a impactar”.

El empresario considera que Milei “asumió con un porcentaje extraordinario de votos, diciendo las cosas que iba a hacer” y, a diferencia de sus predecesores “no prometió en ningún momento una ‘heladera llena’ y nada por el estilo”.

De todas maneras, aseguró que la crisis no comenzó con Milei. “El proceso recesivo ya se venía observando con nuestras mediciones. La caída de ventas en términos interanuales comenzó con las primeras señales en julio de 2023 y después mes a mes se fue profundizando, hasta llegar a un 13% en diciembre”, afirmó.

Confianza

En otro orden, coincidió con el espíritu del DNU y la “ley ómnibus”, pero “con matices”. “Hay cosas que se tienen que discutir. No cambia nada si los jueces tienen que ir con toga y martillo o si los clubes pueden ser sociedades anónimas. Eso no le cambia la vida ni el progreso al país. Pero después hay un gran porcentaje de reformas que hay que hacerlas, no sólo tributarias, sino laborales, de déficit fiscal, gasto público, emisión monetaria; el orden es fundamental”, diferenció.

Para el dirigente, la Argentina era “un país casi anárquico en el que cuatro personas, quinientas o dos mil te cortaban una calle, avasallando tu derecho”. “El derecho a protesta existe en la Constitución pero mi derecho a circular también. Nadie hacía nada. Todos los gobiernos miraron para otro lado y dejaron que eso ocurriera”, lamentó.

Por ello, resaltó que “un país, para poder crecer, tiene que transformarse en un país confiable, y la confianza pasa por hacer cumplir las leyes”. “En el Código Penal está establecido que no se pueden cortar las calles, la Constitución también. Hay que cumplir las leyes y tenemos que transformarnos en confiables, predecibles, para que lleguen las inversiones necesarias. De lo contrario, no van a llegar”, avisó, y recordó que durante la gestión de Mauricio Macri no se logró la confianza esperada.

Problema cultural

Consultado por el tiempo que tendrá el Gobierno nacional para llevar a cabo sus reformas, respondió: “Creo que tiene margen. La legitimidad del 56% es indiscutible. Va a tener que consensuar, negociar como corresponde a la política en un gobierno democrático. El problema de la Argentina no es económico, sino cultural”.

Respecto de esta última frase, amplió: “Un país que tiene la segunda reserva del mundo de gas, la cuarta reserva de petróleo, la tercera de litio, que tiene agricultura, ganadería, pesca, minerales; no es un país pobre. Lo que pasa es que no se han explotado esos recursos como corresponde, por malas políticas. Por eso estamos como estamos”.

Para el concordiense, el problema está intrincado con “un modelo de país donde se inculcó a gran parte de la población que se puede vivir sin estudiar y sin trabajar porque el Estado lo asiste permanentemente. Está bien que lo asista hasta cierto punto porque no lo puede dejar en indigencia sin comer. Pero tiene que ser por corto plazo hasta que se inserte, inculcando imperiosamente la necesidad de estudiar y de trabajar”.

De todas maneras, se mostró optimista. “Tengo esperanzas de que los argentinos entendamos que esta es una oportunidad más que tenemos de revertir la situación; no es la última oportunidad porque hace años que lo escuchamos. A principios del siglo XX el PBI de la Argentina estaba dentro de los primeros cinco lugares del mundo. Después lo perdimos por las malas decisiones argentinas. Ahora hay una oportunidad, hay que aprovecharla”.

Indemnizaciones en comercio

La Cámara Argentina de Comercio forma parte de las conversaciones con el Gobierno nacional, el Sindicato de Empleados de Comercio y el resto de las entidades empresarias para modificar, entre otros puntos, el sistema de indemnizaciones. Grinman, al respecto, señaló la necesidad de avanzar en el diálogo y llegar a un acuerdo.

—¿Qué cree que pasará con la iniciativa de avanzar en un nuevo sistema de indemnizaciones para el sector de comercio?

—Hubo un proyecto en la década del noventa, durante la presidencia de Menem, de hacer un fondo de cese laboral. Después, a último momento de firmar, algo pasó y no lo firmamos. A mí me parece un proyecto razonable, pero no puede ser generalizable para todas las actividades, porque no se puede comparar la construcción con el comercio. En la Uocra, el obrero sabe la fecha de comienzo y final de la obra. En cambio en el comercio no lo sabe, porque el trabajador empieza y quizá la idea es quedarse toda la vida, salvo que pase algo extraordinario. Es una modalidad distinta. De todas maneras, nos parecería razonable empezar a discutir eso. En la CAC en 2021 armamos un proyecto que lo hablamos de manera informal con el sindicato y estamos avanzando en ese sentido.

—¿Cree que es el contexto ideal para que se apruebe con este nuevo gobierno?

—Lo vamos a comenzar a discutir los próximos días cuando tengamos las reuniones paritarias en enero. Hay que conversarlo, acercar distintas posiciones. No es un tema fácil; aunque nada es fácil en la Argentina. Lo vamos a conversar y me parece que es una posibilidad interesante para explorar.