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Economía del conocimiento: empresarios entrerrianos celebran la ley, pero son cautos con la aplicación

Pablo Menna, Agustín Arias y Matías Ruiz opinan sobre la normativa que, luego de varias idas y vueltas, tuvo aprobación definitiva en Diputados, con modificaciones propuestas por el Senado. Nahuel Amore

Luego de varias marchas y contramarchas, se aprobó este jueves de madrugada la Ley de Economía del Conocimiento. Se trata de una herramienta nacional que regula a la industria del software y otros sectores afines, a la vez que establece una serie de beneficios impositivos, fiscales y financieros segmentados, con el foco puesto en las pequeñas y medianas empresas.

La normativa se votó por mayoría en Diputados de la Nación, luego de las modificaciones que introdujo el Senado. Justamente, las principales diferencias que buscaron saldar desde el Recinto que preside Cristina Fernández de Kirchner apuntaban a focalizar los beneficios en las pymes y evitar de ese modo que accedan a ello las grandes marcas como Mercado Libre o Globant. En otras palabras, la puja de intereses fue el principal motivo que dilató los tiempos y llenó el camino de dudas.

La nueva Ley de Economía del Conocimiento viene a reemplazar la norma que se había aprobado al final del gobierno de Mauricio Macri y que a principios de 2020 fue suspendida. En un contexto de pandemia, la iniciativa se volvió a demorar, con discrepancias entre los diferentes actores del sector respecto de los alcances y polémicas sobre los cambios promovidos por el kirchnerismo, hasta que finalmente este jueves obtuvo luz verde.

Sin dudas, la ley llega en un momento sensible del país por la falta de dólares. El Gobierno está expectante por la generación de divisas y la industria vinculada a los servicios del conocimiento son una fuente potencial. No obstante, en medio de restricciones cambiarias y una brecha cada vez más grande, en el sector, al igual que el campo, se niegan a liquidar los verdes al precio oficial, lo que en la práctica está provocando demoras en los plazos de pago e, incluso, situaciones de informalidad para escaparla a la presión tributaria.

En este contexto y para saber cómo impactará la ley -que tendrá vigencia desde el 1° de enero de 2020 para las empresas adherentes y hasta el día 31 de diciembre de 2029-, DOS FLORINES abrió el micrófono para que los empresarios locales brinden su mirada. En términos generales, coinciden en celebrar la sanción definitiva, aunque no dejan de plantear que será necesario aguardar a su reglamentación y aplicación para conocer cómo se terminará plasmando el texto en la práctica.

Pablo Menna, Integral Software

“Nos inunda una enorme alegría. Hemos dado una larga pelea para que se le dé continuidad a la Ley de Software, que transformó a la industria desde 2004. Después de 15 años, la industria hoy genera más de 1.600 millones de dólares de balanza comercial positiva. Entonces, que esta nueva ley, más amplia, le dé continuidad, previsibilidad y estabilidad fiscal al software, nos pone muy contentos”, opinó el empresario.

Menna recordó que para esta nueva ley hubo un trabajo impulsado desde la Cessi (Cámara de la Industria Argentina del Software) en conjunto con la Red Federal de Polos y Cluster. “Hemos trabajado incansablemente con nuestros legisladores nacionales como para convencerlos de la importancia que tiene para el crecimiento del país la transformación tecnológica. En representación de la industria a la que pertenezco, se ha hecho un enorme esfuerzo y estamos contentos por este paso”, sostuvo.

De todas maneras, también señaló que “falta un enorme trabajo para lograr que esta ley quede vigente, aplicable, que tiene que ver con la promulgación presidencial, las resoluciones ministeriales, la reglamentación y, por último, los aplicativos de AFIP para que realmente entre en vigencia. Nos queda un largo camino por delante y esperemos concretarlo este año, para dar continuidad fiscal y que se empalme con la ley anterior”.

Por otro lado, Menna también reflexionó que la Ley de Economía del Conocimiento “abre un abanico de oportunidades para que otros sectores pueden transformar realmente la economía de nuestro país y región”. En esa línea, puso el foco en el potencial de Entre Ríos. “Nos falta transformar eso en divisas, que vamos a lograr si trabajamos mancomunadamente. Tenemos un semillero enorme de profesionales que salen de las universidades y tenemos que lograr que se queden en la provincia. La ley abre esa ventana de oportunidades”, afirmó.

Agustín Arias, Argeniss Software

El joven Project Manager de la empresa paranaense de software, destacó la aprobación de la norma tras las demoras que tuvo. “En principio se da punto final para esta odisea que llevó mucho tiempo, con idas y venidas, desde la aprobación del Gobierno anterior y luego la suspensión de la norma que se terminó de complicar con la pandemia”, sostuvo.

En esa línea, destacó: “Por ese punto, estamos contentos de que finalmente se haya resuelto. Evidentemente, los senadores tenían otra postura respecto de las grandes empresas, para favorecer más a las pymes y que los beneficios no alcancen tanto a las grandes empresas”.

De todas maneras, puso paréntesis sobre cómo se terminará aplicando en la práctica. “Habrá que ver la promulgación, que es importante. De todos modos, es un paso necesario, más para quienes la estaban esperando. Más allá de algunos detalles que se podrían haber mejorado, está bueno que se haya aprobado y luego se verá”, afirmó, en comunicación con DOS FLORINES.

Matías Ruiz, Gestinnova

“Estamos muy contentos y entusiasmados con que finalmente, después de tantos idas y vueltas, se apruebe la ley, independientemente de algunas observaciones que hubiésemos preferido que se aprueben del texto anterior en Diputados. Ahora lo que estamos pugnando es para que se promulgue rápidamente y se desarrollen las normativas, resoluciones y aplicativos necesarios para que se ponga en funcionamiento”, sostuvo el empresario.

Por otro lado, el presidente del Polo Tecnológico del Paraná también marcó la certidumbre que genera la norma. “Para el sector del software, hace 10 meses que hay una incertidumbre muy grande porque son empresas que ya venían con el régimen anterior de la Ley de Software. Estas empresas son las que más nerviosas estuvieron porque entienden que ya tenían en sus evaluaciones estos beneficios y de un segundo a otro se los sacaron sin una referencia de cuándo podían volver. Ahora, esa incertidumbre se acaba, pero como toda normativa, falta ponerla en los papeles, que sea operativa”, reflexionó.

Asimismo, Ruiz señaló la novedad que trae la ley para otros sectores tecnológicos. “Si bien ya existen algunos mecanismos de promoción, pero no uno integral como este. Hay muchas expectativas ahí”, remarcó. En esa línea, apuntó que ahora el desafío es local. “Lo que se abre ahora es un espacio de competencia por los territorios. ¿Por qué una empresa tiene que venir a Paraná y no a Santa Fe, Rosario, Córdoba, Bahía Blanca, Mendoza o el exterior?”, se preguntó.

Desde esta perspectiva, concluyó: “Esta ley no es todo. Es una base importante, pero no todo. Tenemos que trabajar localmente entre gobiernos, empresas, instituciones de ciencia y tecnología y universidades para atraer estos talentos. Estamos formando excelentes profesionales y tenemos que hacer que esos talentos se transformen en trabajo, tan necesario en Argentina”.

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