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Dicen que es diez veces más poderosa que la soja y ya llegó a Corrientes

El fruto de la palmera Acrocomia totai permite producir 5 mil litros de aceite por hectárea. Buscan crear un polo de producción de biodiesel, aceites y alimentos en Corrientes.

 

En algunos lugares la llaman Coquito, cariñosamente, aunque detrás de ese diminutivo se esconde un fuerte carácter. La palmera nativa Acrocomia totai -tal es su denominación científica- posee un altísimo potencial para la producción de aceites con fines industriales como biodiesel y cosméticos, con un rendimiento diez veces superior al del principal cultivo oleaginoso de la Argentina, la soja, y podría significar una opción productiva y de desarrollo para las provincias del NEA.

“Una vez que la palmera alcanza la madurez productiva, aproximadamente a los seis años, es posible obtener entre 4 y 5 mil litros de aceite por hectárea, mientras la soja genera alrededor de 500 litros en la misma superficie”, informó Diego Wassner, docente de la cátedra de Cultivos Industriales de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), donde se está comenzando a evaluar el germoplasma nativo para impulsar la siembra y el agregado de valor de esta palmera, que en Brasil y Paraguay ya se explota comercialmente con buenos resultados.

Actualmente, la cátedra de Cultivos Industriales de la FAUBA está relevando poblaciones de Acrocomia totai del noreste de la Argentina y comenzando a trabajar en la validación de tecnología agronómica, mediante una iniciativa que también involucra al Ministerio de Agricultura de la Nación (MinAgri), a través de la Dirección de Agroenergía, y un proyecto de Vinculación de la UBA con escuelas medias, financiado por el Ministerio de Educación de la Nación.

“Estamos trabajando intensamente con la Facultad de Agronomía de la UBA para evaluar el potencial de esta palmera bajo nuestras condiciones productivas y la de otras especies vinculadas a la generación de biomasa, como la caña de castilla”, dijo Andrés Leone, técnico de la Dirección de Agroenergía.

Por su parte, Miguel Almada, director de Agroenergía, sostuvo que “estas especies también tienen un gran potencial debido a la posibilidad de aprovechar los residuos biomásicos de su procesamiento para la generación de energía eléctrica y térmica”. Leone añadió que “tiene un potencial muy grande para un esquema de biorrefinería más allá de los biocombustibles, con otros productos que permitan agregar valor al fruto de esta especie nativa”.

En la misma tónica, Wassner detalló que los dos tipos de aceites que se pueden obtener de los frutos de esta palmera pueden ser derivados a la producción de biodiesel y a la industria cosmética, por su alto contenido del ácido graso láurico en las semillas. Los frutos también son aptos para uso alimenticio, tanto animal como humano.

“Estamos proponiendo una nueva opción productiva para las provincias de Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa, donde las condiciones de clima y suelo son aptos para el desarrollo de la palmera Acrocomia totai“, afirmó Wassner.

“En Brasil vienen haciendo investigaciones sobre Acrocomia totai desde hace unos 10 años. En 2013 se realizó allí el primer congreso específicamente enfocado en este tema”, sostuvo el docente de la FAUBA, quien viajó hasta allí para interiorizarse sobre la temática e impulsar el desarrollo en nuestro país.

Esta palmera se explota comercialmente en Paraguay desde hace unas siete décadas, con 15 plantas procesadoras instaladas. “Pero en el último año la producción cayó drásticamente debido a la deforestación de estas palmeras por el avance de la agricultura, vinculada a la soja en ese país”, señaló Wassner.

Escuelas como centros de conocimiento

El proyecto impulsado por la FAUBA también integra el trabajo conjunto con establecimientos de educación media del NEA. “Buscamos trabajar en red e investigar junto a ellos, para que puedan funcionar como centros de generación de conocimiento y que los alumnos sean partícipes de ese proceso”, indicó el investigador.

En este marco, la primera experiencia conjunta se está llevando a cabo con la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) de la localidad de Santa Lucía, ubicada en el departamento de Lavalle, Corrientes. Inés González, directora del establecimiento, consideró que son bienvenidas las alternativas productivas y las novedades tecnológicas que puedan ser incorporadas por pequeños productores.

La escuela está instalada en una región que tradicionalmente se abocó a la industria del tabaco, pero que en las últimas décadas se volcó a la horticultura. Estos cambios productivos, acompañados de un nuevo paquete tecnológico, desplazan a muchos pequeños productores, quienes hoy necesitan alternativas viables de producción para la escala de sus establecimientos.

González apunta a formar a sus estudiantes con conocimientos integrales de la agronomía: “Entendemos que un técnico agropecuario tiene que tener una visión amplia de las distintas alternativas que se puedan desarrollar en su zona”.

Wassner destacó que la producción de aceite a partir de la palmera puede ser una buena opción para estos productores. “La tecnología de procesamiento es sencilla. Incluso si no se abren canales comerciales para la bioenergía, los frutos pueden servir para alimentar el ganado vacuno o se pueden exportar sin procesar a Paraguay”, dijo.

Además, la palmera puede compartir el espacio con una actividad ganadera o incluso la horticultura. “Esta cuestión es fundamental para generar una matriz productiva con mayor diversidad biológica y estabilidad económica”, indicó el investigador. Asimismo, respecto de la posibilidad de capacitar a los estudiantes, concluyó que la iniciativa también podría servir para generar una salida laboral cuando egresen, en la producción de plantines a gran escala y en las labores asociadas a la cosecha y procesamiento de sus frutos, por ejemplo.

Fuente: Sobre La Tierra

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