Martín Schneider, especialista local del mercado cripto, brindó algunas recomendaciones para quienes desembarcan en este ecosistema. Además, se explayó sobre el alcance impositivo a nivel nacional y provincial. Nahuel Amore
En un país con una constante pérdida de valor de su moneda y dificultades para realizar inversiones que permitan cuidar lo poco o mucho que se ahorre, las criptomonedas irrumpieron como una alternativa que gana terreno. El mundo de la economía digital se expande rápidamente y en la Argentina toma fuerza y la delantera en la región.
Según estimaciones extraoficiales, unos dos millones de argentinos abrieron cuentas para operar con criptomonedas y, de ese modo, atar sus inversiones al dólar y escapar de la inflación. Sin embargo, todavía es un mercado en crecimiento y resulta desconocido e incierto para muchos que buscan iniciarse.
A pesar de que persisten ciertos grises en la legislación, se trata de una operatoria que cobra sustento legal en distintas regulaciones, a instancias de un Estado que por ahora encuentra allí otra fuerte de recaudación, incluso Entre Ríos. “Operar criptomoneda en Argentina es absolutamente legal”, sintetizó Martín Schneider, contador especializado de Paraná.
En un mano a mano con DOS FLORINES, el profesional buscó desmitificar algunos preconceptos y dio aclaraciones sobre cómo realizar estas operaciones. Además, brindó algunos consejos para quienes buscan iniciarse en un mercado que, en el mundo, supera los tres billones de dólares entre las más de 17.000 criptomonedas.
En una primera aproximación, aseguró que “es relativamente fácil entrar y salir” de este ecosistema. De todos modos, sugirió que quienes desembarquen allí deben pensar que “es una inversión de mediano o largo plazo, porque es un mercado joven que hay que dar tiempo para que se consolide”.
“Si alguien va a invertir en criptomonedas y va a necesitar el dinero en seis meses o un año, debería buscar otro tipo de inversión porque hay cierta volatilidad”, planteó. Asimismo, el socio de Blockapital recomendó no destinar más allá del 5 o 10% de sus inversiones personales.
Primeros pasos
Las criptomonedas son monedas digitales que utilizan la tecnología descentralizada para asegurar las transacciones. Bitcoin (BTC) o Ether (ETH) son las más conocidas, pero existen otras miles de alternativas que se sustentan en la blockchain, o cadena de bloques, sistema que facilita el proceso de registro y seguimiento de activos en una red de negocios.
“Hay que entender que una inversión en criptomonedas no es apostar ni un juego al azar. Es como cualquier mercado financiero, con sus propias lógicas y, como tal, requiere de estudiarlo, analizarlo y estar informado antes de realizar cualquier inversión en el ecosistema”, expresó Schneider.
En cuanto a la complejidad, aseguró que “no se necesita ser un profesional o venir del área informática para operar en criptomonedas”. “A veces se piensa en eso y la gente tiene esa idea. Pero operar criptomonedas es muy sencillo. Quien alguna vez operó homebanking, operar criptomonedas es muy similar”, sostuvo.
Para dar los primeros pasos, insistió en que resulta clave no precipitarse sino tomarse el tiempo para obtener la mayor información posible para no sucumbir en problemas. “Cuando alguien se inicia, debe informarse para evitar caer en proyectos que prometen un 20 o 30% de interés en dólares mensuales, cosa que no sucede en ninguna inversión financiera del mercado”, aclaró.
En ese sentido, sugirió prestar especial atención a las propuestas tentadoras con ganancias de corto plazo porque seguramente terminan en una estafa. “Están bien marketineadas, asocian a personalidades importantes que la fomentan, por lo cual hay que ser cuidadosos”, acotó.
Operatoria
Consultado por cómo empezar a operar, Schneider destacó primeramente las plataformas argentinas que sirven de intermediarios, denominados brokers locales, que funcionan como una casa de cambio. Ripio, Bitso, Bitex, Buenbit, son algunas de las páginas web o aplicaciones móviles que posibilitan iniciarse en este tipo de inversiones.
“Un usuario se registra, le piden los datos para verificar su cuenta porque hay una normativa que lo exige. Ahí uno transfiere saldo desde una cuenta bancaria y, a partir de allí, compra las criptomonedas que le ofrece el broker”, describió el especialista de modo sintético.
La otra modalidad, también muy conocida, es peer-to-peer (P2P). “Requiere que el usuario tenga un poco más de experiencia, es la cara a cara. Uno se encuentra con una contraparte que quiere comprar o vender y se hace la operación en términos presenciales”, señaló.
Por otro lado, distinguió que hay otras plataformas internacionales que ofrecen este tipo de operatorias, donde hacen de garantía cuando se da a distancia. “Una persona transfiere las criptomonedas a la plataforma, el otro transfiere el efectivo a la cuenta y, cuando están ambas cosas, es la plataforma la que hace el intercambio”, indicó a DOS FLORINES.
Impuestos
Ante los mantos de dudas, el profesional fue contundente: “Operar criptomoneda en Argentina es absolutamente legal porque no está prohibido en ninguna ley. Todas las operaciones son legales. Hay que decirlo porque muchas veces se asocia con operaciones ilícitas, pero a esto hay que desmitificarlo”.
Acto seguido, aclaró que en nuestro país no existe una regulación específica sobre criptomonedas, sino que distintos organismos han ido emitiendo comunicaciones y resoluciones al respecto que le dan entidad. El Banco Central indicó que no es una moneda de curso legal; la Unidad de Información Financiera (UIF) advirtió que los activos digitales son de alto riesgo; en tanto, la Comisión Nacional de Valores (CNV) dijo que los usuarios deben tener especial cuidado.
No obstante, Schneider destacó que la última reforma tributaria durante la gestión de Mauricio Macri incorporó a las ganancias que uno obtiene por la venta o enajenación de criptomonedas y las grava con un 15%. “En términos prácticos significa que si una persona compra 1.000 pesos en criptomonedas y cuando las vende se encuentra con que vale 1.500 pesos, debe tributar un 15% por esa ganancia de 500 pesos. Solamente la paga cuando vende la criptomoneda”, explicó.
En cuanto al impuesto de Bienes Personales, el contador dijo que “hay posiciones encontradas, aunque siempre prima el criterio profesional del contador cuando tenga que liquidar esa carga impositiva”. “Algunos dicen que es un activo financiero y otros dicen que es un activo intangible. Son parte de los grises en nuestro país”, reconoció, y acotó que por ser un intangible, no está alcanzado por IVA.
Por otro lado, señaló que algunas provincias empezaron a gravar las operaciones con criptomonedas. Entre Ríos, a partir de la modificación de su Código Fiscal desde el 1 de enero de 2022, y según el art. 158 inc) f, dispone para la actividad de compraventa de monedas digitales una alícuota del 4% sobre la base imponible especial que surge de la diferencia entre su precio de venta y el de compra.
Diversificarse
“Los grandes administradores de fondos de capital como JP Morgan, son los mismos que hace cuatro años decían que las criptomonedas eran una burbujas y hoy son los mismos que se lo recomiendan a sus inversores para incorporar a sus carteras. De hecho, el Bank of América emitió un informe donde dice que Bitcoin fue la mejor inversión de la década”.
De este modo, Martín Schneider reforzó la idea de legitimidad que comienzan a ganar las monedas digitales. Incluso, en base a estas afirmaciones, indicó que se sostiene la misma lógica de diversificarse y poner los huevos en distintas canastas.
La recomendación es destinar “hasta un 5 o 10% del total de inversiones pensando en el mediano y largo para su maduración”. “Esto implica que cualquier inversor pequeño no vaya a vender su casa o su auto o sacar un crédito para comprar criptomonedas”, enfatizó.
Sobre este punto, lamentó que hay gente que lo hizo y se han sumó en estafas piramidales por las cuales perdieron todo. “Eso no tiene nada que ver con invertir en criptomonedas. Son estafadores que usan la criptomonedas para delinquir. Incluso, en Paraná hay un montón dando vueltas, como las ganancias deportivas o el oro. Son golondrinas que llegan y estafan a la gente”, alertó.
Desde esa línea, consideró invertir en cripto es como invertir en acciones: requiere del mismo profesionalismo y mismo nivel de conocimiento. La realidad es que cualquier asalariado puede estar en ese mundo, en cambio en el bursátil no cualquiera puede entrar.
Así pues, afirmó que “el ecosistema de criptomonedas democratiza las finanzas, es decir, pone al alcance de cualquier inversor herramientas que antes no estaban a su alcance”. “Con una aplicación podés invertir 100 o 1.000 pesos, no hay ningún monto mínimo. No es necesario comprar un bitcoin entero, sino una parte”, añadió.
Finalmente, el especialista revalorizó el crecimiento de la economía digital y planteó que merece otra mirada por parte del Estado, teniendo en cuenta que durante la pandemia, mientras la mayoría de las actividades estuvieron paralizadas y perdieron personal, la tecnología blockchain fue la única que siguió generando empleo.
