El flamante presidente de la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos reconoció que hay una reactivación del sector. “Va a ayudar para sostener el precio del capón”, destacó. Nahuel Amore
En el Día de la Industria del Chacinado que se celebra este 30 de agosto, Sebastián Bouzada, presidente de la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (Capper), destacó el “potencial” del sector. En diálogo con DOS FLORINES, anticipó que “tiene un camino largo para seguir creciendo” debido a que todavía sigue siendo bajo el consumo per cápita en comparación con otros países.
Para el empresario, las perspectivas “son enormes, porque el consumo de chacinados es bajísimo”. “Si mirás la cantidad de kilos consumidos en Argentina, teniendo cuidado con las estadísticas, se habla de que consumen entre 400 y 600 gramos de jamón crudo por habitante. En España se consumen ocho kilos”, analizó.
Desde esa perspectiva, remarcó: “El potencial que tenemos en seguir creciendo es gigantesco. Esto va atado al crecimiento del consumo de carne porcina que, a pesar del crecimiento que tuvo y llegó a rondar los 17 kilos, tenemos que llegar tranquilamente 25 kilos de carne de cerdo por habitante”.
Reactivación
En otro orden, Bouzada reconoció que la venta de chacinados repuntó, en sintonía con las flexibilidades dispuestas por los gobiernos atento al mejoramiento de la situación epidemiológica y del avance del plan de vacunación. Esto permite que se recupere la demanda perdida en cuarentena y mejoren los valores de comercialización.
“Este año el primer semestre no fue bueno, sino bastante duro. Recién se empezó a ver una reactivación de la industria hace un mes, atado con la reactivación de la hotelería, restaurantes y bares que traccionan mucho la cadena de chacinados. Se nota el movimiento cuando todo el canal industrial mayorista empieza con los pedidos”, explicó.
Asimismo, recordó que también se está viendo una reactivación “por el ciclo natural de consumo de los chacinados que sucede siempre en estos meses del año”. “Se sostiene la demanda hasta las fiestas y luego empieza a caer en marzo. Se dan ambas situaciones”, indicó.
Del mismo modo, señaló que “repercute de manera instantánea en el precio que se paga”. “Mientras el mercado siga creciendo, independientemente de la estacionalidad del consumo, va a ayudar al productor porque va a sostener el precio del capón”, afirmó, en comunicación con DOS FLORINES.
Importancia para el productor
El titular de Capper apuntó que la industria chacinadora es para el productor “un canal importantísimo, uno de los más grandes”. “Todo lo que es paleta y jamón va destinado a la industria. Si bien se realiza una promoción focalizada en el consumo de frescos y el consumidor lo ha adoptado, son cortes que mayoritariamente van a la industria. De una media res de 46 kilos, entre 15 o 17 kilos son del jamón y la paleta. Por eso, es una pata importante para el productor y para la cadena”, argumentó.
En ese sentido, analizó el efecto que tiene para el eslabón primario cuando ocurre un freno en la demanda. “Donde se traba el canal industrial, se empieza a complicar para el productor porque generalmente empiezan a sobrar capones; con eso viene aparejada la caída del precio. Por eso, el canal industrial de chacinados es muy importante”, aseguró.
Consultado por las mejoras en los procesos productivos, reflexionó: “Siguen existiendo los emprendimientos locales y zonales que están buenos para la atomización; hay que cuidar y defender porque es un valor. De todos modos, tenés industrias enormes que producen chacinados de calidad excepcional. Se han hecho muchas inversiones para ir mejorando”.
En esa línea, explicó que estas mejoras van de la mano con “una inversión grande en las granjas en cuanto genética durante los últimos años que repercute en la calidad de elaborados”. “Argentina tiene que seguir creciendo en variedad y calidad. Si bien va atado al poder adquisitivo, la industria chacinadora tiene un camino largo para seguir creciendo y un potencial muy grande”, finalizó.
