Bordet y Bourdin inauguran un tiempo de filosofía Zen en Entre Ríos
30/10/2022

“Defender la industria” y la “complementariedad”, ejes de la gestión de Bourdin en la UIER que quedó de manifiesto este viernes al celebrar las XVIII Jornadas de la Industria Entrerriana con el leiv motiv “Liderar para transformar. Más de 500 industriales fueron arte y parte de los acuerdos alcanzados que se materializan en decretos y leyes que favorecen al sector fabril y que abren un escenario inédito en la relación entre ambos. Estuvieron Juan José Bahillo y Daniel Funes de Rioja. Crece la figura de Gabriel Bourdin en el mundo empresario y nace un nuevo modo de relacionamiento en un momento crítico para la industrial y el sector privado. Gustavo Sánchez Romero / Dos Florines
A un año de cumplir dos décadas de vida institucional, la Unión Industrial de Entre Ríos y el gobierno provincial, a un año de cambio de gestión, parecen haber encontrado el elixir para sobrellevar estos tiempos turbulentos.
La paradoja quiere que, en medio de una de las crisis más agudas del país y con la industria nacional como centro de las controversias por la inflación, el tipo de cambio y las férreas restricciones a las importaciones, los empresarios de Entre Ríos y los funcionarios de la provincia abrazan el limbo donde cada parte toma lo que necesita, o al menos parte de ello, y no disimulan en exhibirlo públicamente. Cada parte parece estar conforme, también, en dar lo que el momento les está pidiendo.
El esquema no parece intrincado. Por el contrario, podría decirse que funciona de un modo simple.
Gabriel Bourdin, que asumió al frente de la entidad por primera vez en el mes de mayo, y Eduardo Tonutti, que con perfil más bajo sostuvo a la entidad los años en que las diferencias internas arreciaban como un tsunami, encontraron el abracadabra que les abrió la puerta de un deseo tan explícito como negado en el firmamento del sector privado desde la recuperación de la democracia a esta parte: Incidir en las políticas públicas.
Gustavo Bordet, por otro lado, ha encontrado el santo grial que, por naturaleza buscan la dirigencia política, el que despliega orondo a la vista de todos.
Atravesando visceralmente cualquier oposición, el eje discursivo que tanto trabajo les ha costado a sus antecesores ha adquirido forma relevante este viernes cuando los hombres de negocios se agrietaron las manos aplaudiéndolo. Pareció un riguroso y serio stand up ante más de 500 de ellos, mirándolos de frente. Decir, de viva voz, que ha logrado no sólo poner en orden las cuentas públicas, disminuir la nómina de empleados públicos, generar superávit fiscal y, como si fuera poco, construir un reticulado de estímulos al sector privado, lo que debe leerse abiertamente como eliminación de impuestos, no es un libreto que se haya desplegado alguna en la provincia.
Ninguna de las entidades privadas de Entre Ríos, meridianamente, aquellas vinculadas el comercio o servicios, el campo, el Consejo Empresario o los mismísimos foros suprasectoriales que congregan a todos logró este nivel de sintonía entre la órbita pública y la privada.
El gobernador acude a un evento anual con la presencia del presidente de la Unión Industrial Argentina, en un país que se chapotea en su propia desidia, y lo hace casi sin funcionarios que lo secunden e infla el pecho arengando con consensos, complementariedad y desprendimientos. y no duda en bucear en la historia con la convicción que su “modelo” bien puede aplicarse a nivel nacional.


Modelo.
Un médico a la derecha.
Fue más allá. Y de algún modo, propone una fórmula, que, según su lectura de los acontecimientos recientes la usó Raúl Alfonsín con el equilibrio que alcanzó con el lanzamiento del Plan Primavera de 1985, al que pronto le arrancaron todas las flores; la Convertibilidad de 1991 de Carlos Menem que llegó con vigor hasta el segundo semestre de 1998; y la “transversalidad” de Néstor Kirchner en 2003, que murió la fatídica noche del voto no positivo de Julio Cobos.
Pero lo dijo: “Al menos temporariamente brindó certezas y generó unidad detrás de un objetivo”. Ese es camino.
Aunque cueste creerlo, esto sucede en Entre Ríos. Un partido de tenis donde se juega al fondo, donde nadie quiere errores no forzados y no hay intenciones de un drop que deje al otro lejos del juego.
En tiempo de grietas y profundas distancias emerge un mundo eslabonado desde la complementariedad y el consenso. Algo anodino y moroso para la vertiginosidad que nos toca vivir hoy por hoy en todas las dimensiones de la vida cotidiana, y ni hablar de lo que ha sido nuestro pequeño mundo en los últimos 20 años.
Pero nadie podrá quitarle su carácter virtuoso, al menos para los actores en juego. Bordet y Bourdin parecen navegar en una embarcación para dos guiados por una confianza inédita.
Algo similar pasa en la relación con la Comuna. Desde Asempi (Asociación de Empresas del Parque Industrial), Gabriel Bourdin fue tejiendo un esquema de relacionamiento con el poder de una manera especial -él mismo se jacta de no tener ningún mojón en el camino que lo vincule en negocios con el Estado- donde logra avanzar en sus objetivos haciendo valer el peso de la industria provincial en el producto bruto geográfico, la generación de empleo y, sobre todo, el valor de la representación social. El grupo de empresas del Parque Industrial nunca ha encontrado un Estado municipal conteste como en estos tres años.
Intuitivo, sereno, reflexivo y hábil en el sutil manejo de las relaciones, este empresario de 57 años, que lidera junto a su hermano una gran compañía, ha construido desde su sensibilidad autodidacta -los aportes académicos los consiguió de grande- parece haber equiparado los métodos y técnicas de la política y que no queda claro quién está detrás del retablo guionando a los muñecos.
La bienvenida de la viceintendenta Andrea Zoff a los presentes en el XVIII Jornada de la Indusria de Entre Ríos “Liderar para Transformar” -el intendente Adán Bahl no se encuentra en la ciudad- fue más que un balance ante el poder económica de la ciudad. Se trató de una hoja de ruta que la gestión municipal tiene previsto desplegar ante los ojos del electorado cuando le toque presentar su propuesta firme de aquí a unos meses, cuando se busque mantener las cartas credenciales del Municipio.
En fin, tiempos raros de relaciones con sentidos semióticos complejos, pero que se mantienen prescindentes de la lluvia de lava de la política nacional. Un nuevo tiempo, se inaugura una nueva filosofía entre el Estado y la industria.
En fin…. Cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras.
Espíritu.
Bourdin y Bordet acaban de inauguran la filosofía Zen en las relaciones políticas de Entre Ríos. Es una relación pletórica de “B”, donde por lo menos cinco acuden al mismo centro. Hay que agregar a Bah, Ballay -que también estaba fuera del país- y Bahillo, que llegó de Buenos Aires y estuvo a punto a arrastrar a Sergio Massa al primer piso del Centro Provincial de Convenciones, en el Parque Urquiza. Finalmente el superministro optó por no venir. Quizá lo hizo presintiendo que representa todo lo que el momento no necesita, y su presencia y la de Daniel Funes de Rioja (presidente de la Unión Industrial Argentina) hubiese nacionalizado un encuentro que no desconoció los problemas que “paran a la industria”, pero ante la imposibilidad de incidir en la real politik desde estos arrabales del abrazo fraterno.
En la semana Bordet estuvo con Bourdin en Buenos Aires en un evento del Banco Nación y también visitó a Massa en Tigre, con quien comparte, entre otras cosas, la pasión por el club de fútbol.
Juan José Bahillo, secretario de Agricultura de su ministerio, también habló la posibilidad de su llegada. Quizá no son tiempos de innecesaria exposición.
Si el powerpoint que presentó el consultor Jorge Giacobbe fue durísimo con Sergio al mostrar que en los estudios y focus group que realiza el mapa de palabras que utiliza el universo consultado lo sintetiza como “Panqueque”, la bienvenida de los industriales no hubiese sido tan generosa.
Existe mucho malestar en Entre Ríos por la ausencia de dólares para importar y hay procesos de industrias que están realmente comprometidos.
Bourdin lo sabe. El mismo recibe a diario las quejas de los socios para activar mecanismos que abran el juego antes de desangrarse. En el fondo, Bourdin, Bordet, Bahl, Bahillo son el jamón del sandwich entre los extremos compuestos por las necesidades y las respuestas. No los une el amor.
El campo también había preparado sus huestes para recibirlo con demandas si pisaba suelo en las barrancas de la margen izquierda del río Paraná.
Con el diario del lunes, y ante los objetivos del Gobierno provincial y la UIER, la ausencia de Massa fue una buena decisión -de quien la haya tomado- y todos terminaron cerca de las 17 del viernes con la paz espiritual de un pequeño saltamontes.
En lo más alto de la entidad fabril entrerriana, con todo, dudan que alguna vez haya figurado en la agenda de Massa pasar un rato por esta ciudad. Para algunos industriales fue una picardía lanzada sobre el programa del evento desde el Ministerio de Agricultura de la Nación. La presencia y el discurso de Bahillo sonaron un tanto extemporáneos.
Así las cosas, todo salió como lo planificaron. Después de todo, este sistema filosófico budista busca la iluiminación celestial y se sostiene en la metafísica utilizando técnicas lógicas como las paradojas y el ejercicio físico. Bourdin y Bordet lo vienen declamando desde hace algunos años. Han recorrido un largo camino, muchachos.


Reclamos.
Funes de Rioja y Bahillo entendieron el juego y no estaban dispuestos a hacer olas. El primero hizo un recorrido por el libro blanco de la entidad nacional y expresó la necesidad de salir de las brechas del país, brechas que, dijo, no se dan en los países desarrollados habituados a convivir con las diferencias. “Ellos tienen claro políticas de integración y se privilegian las políticas de Estado, nosotros nos preocupamos por exaltar la brecha por la brecha misma. Es necesairo encontrar modelos y hablar para construir modelos económicos y sociales con visión de futuro”.
Habló el titular de la UIA de repudiar la violencia por todos los medios, pidió ponderar a sectores como la minería, la construcción, la economía del conocimiento y el turismo como ejes de desarrollo y pidió “al gobierno no parar la industria”. Reconoció que la Argentina no ha generado nuevos líderes y debemos formalos entre todos, con un marcado sentido autocrítico.
Bahillo prefirió apoyarse en datos y acciones del Gobierno nacional, pero también hizo hincapié en un esquema de relaciones virtuosas con el sector privado y apostó por incrementar las exportaciones primarias y sostener un esquema a largo plazo para hacer crecer el volumen de exportaciones manufactureras, aunque no pudo evitar contextualizar el momento con la guerra entre Rusia y Ucrania, de lo que dice que le hizo perder a la Argentina más de 5 mil millones de dólares en los nueve meses que está activa.
Desde la comisión de la Unión Industrial de Entre Ríos eligieron un formato más bien corto y contundente para el regreso a la presencialidad. El consultor Jorge Giacobbe dejó un transparente mapa de sensaciones y expectativas políticas de la sociedad con sus últimos estudios, brindando un panorama muy concreto; Marcelo Paladino abrió el juego para una mirada panorámica e integral sobre el rol de la empresa en la sociedad -preocupación permanente de Bourdin-; y Martín Redrado dejó su huella con la realidad económica tan compleja como inasible, abriendo un cúmulo de sentimientos encontrados. Pero lo que más impacto del esquema fue la presentación de un puñado de jóvenes industriales que mostraron desarrollos innovadores, valientes y con gran proyección.
Un detalle acerca de la capacidad emprendedora de quienes cuentan con grandes estructuras y los que crecen desde su garage.
“Fue el mejor de los eventos que realizó la UIER”, dijo uno de los industriales que emigró de la entidad cuando se produjo el violento cisma entre gerentes e industriales regalando un elogio del que no suele dar cuenta habitualmente.
Lejos quedó eso en el tiempo, hoy son días de renovación, y se advierte en la nueva composición de la comision directiva.
El diputado nacional Marcelo Casaretto y algunos funcionarios del ex Ministerio de Producción provincial, Esteban Vitor y el concejal Maximiliano Paulín del PRO y un par de precandidatos de Juntos a la intendencia de Paraná fue la reducida representación dirigencial política que tuvo la tarde paranaense.
No estaba el foco puesto allí, evidentemente.
El espíritu de armonía pudo reflejarse en un detalle nimio: Bordet asintió muchas veces con la cabeza, en señal de aprobación, cada vez que Bourdin enfatizaba párrafos de su discurso.
“La Argentina atraviesa por una crisis compleja. Una crisis de crecimiento, pero también una crisis de gestión, y por ende, una crisis de liderazgo.
Hace más de una década que el Producto Interno Bruto se encuentra estancado, el empleo está amesetado y la inversión directa sobre la economía exhibe uno de los indicadores más bajos de la historia. La inflación horada los ingresos, y cada vez más argentinos ingresan a las indeseables categorías de pobreza e indigencia, con el dolor y desasogiego que ello implica. Pero no sólo eso. La inestabilidad desequilibra cualquier organización de las empresas, que cada vez tienen mas inconvenientes para tomar decisiones virtuosas que nos pongan a todos en el definitivo camino del crecimiento”, asestó el empresario en un tramo de su alocución.
En otro tramo, lo que pudo entenderse como una diferenciación del reciente encuentro de Idea en Mar del Plata, Gabriel Bourdin dijo expresarlo firme y claro al asegurar que “las industrias ya cedimos. Cedemos todo el tiempo”, para continuar diciendo que no son como empresas entes asépticos; y que están imbuidos de los problemas que atraviesan todos, y es esa un punto común con los otros actores la sociedad.
“Soportamos la carga tributaria que hace cada vez más difícil la operación estructural, pero también los problemas que nos pegan de frente y dificultan las operaciones coyunturales. Muchas empresas requerimos por la naturaleza de nuestros procesos importar insumos clave para la transformación de la materia prima, y vivimos con el corazón en la boca porque la incertidumbre está a la orden del día. Miles de empleos directos e indirectos dependen de ello. Y a veces no logramos entender los criterios que se aplican y que a veces desconciertan”.
El titular de Petropack ve con preocupación este tema por la recurrente demanda de sus pares y fue a este punto durante distintos tramos de su discurso que abarcó varios temas vinculados al rol del industrial en una sociedad atribulada, el compromiso de la entidad en varios frentes y al superación del Covid 19 con una actitud proactiva y, especialmente, el modo en que se articula el nuevo relacionamiento con el Estado. A muchos colegas les asusta, y van con la nariz tapada a esta intersección, pero él mismo brindó los motivos .
“La historia está plagada de dicotomías. Las divisiones no suman. Debemos sostener y promover la complementariedad entre generaciones, entre cadenas productivas y entre pensamientos políticos para salir fortalecidos.
En Entre Ríos hemos apostado a articulaciones virtuosas con un trabajo sincrónico entre el gobierno provincial y la Unión Industrial que ponen el crecimiento del empleo y el desarrollo provincial por encima de cualquier sesgo, y esa no deja de ser una buena noticia. Tender puentes, construir consensos, apostar al diálogo fue algo más que consignas. los resultados así lo expresan. El Programa de Promoción del Empleo Industrial Entrerriano que instrumentó el Ejecutivo provincial hace apenas dos meses, el proyecto de ley sobre promoción industrial o el trabajo coordinado que vienen haciendo nuestros equipos técnicos y los del gobierno en el tema áreas y parques industriales de la provincia hablan de que estamos haciendo cosas a favor del desarollo de la provincia, para beneficio de todos. El aporte que el Estado provincial realiza a la creación de nuevo empleo industrial registrado es el punto de inicio de un círculo virtuoso que mira al futuro con inteligencia y optimismo. Es que al disponer fondos para que las Pymes industriales de Entre Ríos puedan generar nuevos puestos de trabajo impacta positivamente en las arcas nacionales, que por los mecanismos de transferencia vuelven en parte a la provincia.
Las industrias crecen, hay más empleo, se estimula el consumo y el mercado interno, el Estado se fortalece y nuestros jóvenes recuperan el sentimiento de que en su ciudad, en su pueblo, hay una oportunidad esperándolo”, sentenció.
Con los porotos en la mano es difícil un debate interno en otro sentido. Bourdin le ha sacado al Estado provincial estrategias que son presentadas como políticas públicas. Sin embargo fueron fruto de arduas negociaciones con los hombres de Bordet que deben disponer algunos cientos de millones para generar unos 1500 puestos de empleos privados y abre una agenda. El espíritu zen vende el esquema donde se superan antinomias y se avanza más allá de las brechas con un modelo win-win. Bordet puede ingresar a estos foros con una disciplicencia que bien podría avergonzar al meme de Guillermo Francella anunciado que estamos ante una hermosa mañana. ¿No es cierto?

Proyección.
El sector empresarial aún no pudo recuperarse del golpe que significó la pandemia para la saga de encuentros y estrategias de las entidades del sector.
La militancia en el empresariado está deprimida. El Consejo Empresario de Entre Ríos ha perdido fuerzas en sus participaciones públicas, y los foros de empresarios y profesionales que actuaron durante mucho tiempo como un contrapoder en Entre Ríos hoy están desarticulados.
La incidencia política menguada favorece al Gobierno, al que poca gracia le hacen declaraciones o fotos cuestionando el rumbo de la gestión.
Eso no está sucediendo y, por el contrario, desde los ámbitos oficiales -provincial y municipal- se desovillan acciones y discursos que no encuentran oposición para su despliegue social. Equilibrio, obra pública, ordenamiento en los recursos humanos estatales, créditos con tasas subsidias -aunque la mayoría no se toman por el costo final leonino- estímulos fiscales… son algunas de las variables que cruzan el espacio simbólico que se yergue entre la política y el mundo empresario.
Sin embargo Entre Ríos sigue estando en la Argentina, con todo lo que ello implica.
Pero no parece que haya margen para algo distinto hoy por hoy. Incluso el campo -o algunos de sus pilares más refractarios- parece haber equivocado la estrategia al atacar los acuerdos entre los industriales y Bordet, y algunos aseguran que la fortaleza política del gobernador entrerriano le permite, incluso, esperarlos con la alfombra roja para comenzar a discutir algún programa que los favorezca.
Con la salida de Bahillo, Hugo Ballay se sienta sobre el cofre y gruñe ante cualquier cercanía. Sin embargo, cerca de Bordet aseguran que algún margen hay para extender la benevolencia oficial.
Bourdin es hoy el muchachito de la película y quizá pueda convertirse en la punta de lanza que recupere el protagonismo privado y saque a los empresarios del repliegue.
No obstante, su mira parece apuntar a otro lado. Asistimos a un desequilibrio en el campo empresario donde se posicionan los industriales más fuertes con estrategias gremiales y sectoriales, y ya poco se habla de aquellos valores universales que tienen que ver con la proyección sistémica, el integración regional o la suma común a un capital social que piense en valores generales.
Esto no es culpa de Bourdin ni de la UIER.
Es la consecuencia de una dinámica distinta, con realidades complejas en los últimos años, y con errores de las entidades que fueron perdiendo peso específico en las articulaciones sociales. En su estrategia discursiva, la oposición política tampoco hace pie en desnudar al gobierno en sus debilidades y se llena de vaguedades e indefiniciones.
Bordet eligió a Bourdin para la nueva vinculación y éste no dejó pasar la oportunidad, que es en definitiva, de lo que se trata. De estar ahí cuando el arquero da rebotes.
Los sectores empresarios y el gobierno presentaron una nueva plataforma de vinculación, y ya nada será lo mismo, al menos hasta el recambio de diciembre de 2023.
“Si en el Siglo XIX, para Juan Bautista Alberdi “Gobernar es poblar”, para los líderes del Siglo XX “Gobernar es dar trabajo”; en el siglo XXI, para la nueva dirigencia, “liderar es transformar” para salir del atolladero”, precisó el empresario en un tramo de su discurso.
Cosas veredes, Sancho….

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