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La economía del Gobierno de Macri “es estructuralmente insustentable”

El economista y periodista Claudio Scaletta presentó su libro en Paraná, en el que cuestiona las “políticas neoliberales” de Cambiemos, fundamentalmente las que se dan en términos financieros por el crecimiento de la deuda. Si bien no arriesga una fecha para la explosión, visualiza el comienzo de una nueva etapa a partir de la batería de reformas, que configurarán un escenario complejo para los trabajadores y jubilados. “El objetivo estructural es cambiar la distribución del ingreso en Argentina”, advierte, y anticipa la reacción “de los sectores más castigados”. Nahuel Amore / Dos Florines

Claudio Scaletta arribó el miércoles pasado a Paraná para hablar de su libro La Recaída Neoliberal, un ensayo en el que advierte lo que se puede venir en la Argentina a partir de las políticas “estructu-ralmente insustentables” del Gobierno de Mauricio Macri.

De esta manera, fue presentado por el Centro de Análisis de la Realidad Argentina (CARA) como un economista de mirada heterodoxa que desembarcó en un ámbito académico que suele mirar hacia el liberalismo a la hora de formar profesionales.

El salón de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) fue el punto de encuentro, que si bien estuvo lejos de colmar su capacidad, captó la atención de vecinos de la ciudad, entre ellos conocidos nombres de la política local ligada al kirchnerismo como la exintendenta Blanca Osuna, el exministro de Economía provincial Diego Valiero, además del fiscal de Estado Julio Rodríguez Signes y el dirigente gremial Edgardo Massarotti.

El periodista especializado de la redacción de Página 12 dialogó en exclusiva con DOS FLORINES y destacó su interés por explicar la economía “de manera fácil para entender estos procesos”, aunque sin caer en la vulgarización. En sus definiciones, se mostró crítico sobre la transferencia de recursos que configura este modelo y centralizó sus advertencias en la política de endeudamiento que no sólo asume la Nación, sino que se traslada a las provincias y a las familias.

A modo de resumen, señaló que “el libro analiza el shock económico que se produjo en la Argentina a partir de 2015, que implica un verdadero cambio del régimen económico, algo que llamo restauración neoliberal”. En su planteo, además, visualiza el comienzo de una nueva etapa del Gobierno nacional a través de las reformas que están en discusión y que terminarán perjudicando a jubilados y trabajadores.

 

INSUSTENTABILIDAD.

—¿Cuáles son los claves por las cuales advierte que es insustentable la política económica del Gobierno de Macri?

—Es insustentable por dos razones principales. Primero porque depende de la entrada de capitales. Al igual que durante la convertibilidad, como estamos en una situación de déficit de cuenta corriente, el Gobierno necesita para funcionar seguir endeudándose constantemente. Ya fueron más de 100 mil millones de dólares en solamente dos años. En el presupuesto del año pasado, la carga de los servicios de deuda representaba el 6%, este año representa el 10% y el año que viene va a ser el 15%. A esto hay que agregarle el déficit de cuenta corriente: por primera vez después de 15 años tenemos déficit comercial y va a superar probablemente los 8.000 millones de dólares a fin de año. Entonces, la necesidad de dólares de la Argentina es fuerte y lo que frena la economía es cuando se llega a esta situación de dependencia de la entrada de capitales. Esto es una pelota, que no quiere decir que va a explotar mañana, pero en algún momento vas a tener un problema, porque pesa cada vez más en el presupuesto. Esto gobierno pensó que si devaluaba y sacaba impuestos iba a recomponer las exportaciones, lo cual es un error teórico, y eso iba a generar divisas para repagar. Eso no ocurrió. Pero además del frente financiero externo, es insustentable en el frente interno porque los sectores que elige tácitamente son los basados en la explotación de los recursos naturales, que se caracterizan por no generar empleo. En dos años el desempleo aumentó en un 50%, porque pasó del 6 al 9%.

—¿Cree que esto termina de manera similar a 2001?

—Hay una visión de caricatura respecto de la insustentabilidad de la economía macrista que dice que estamos a la vuelta de 2001 y el helicóptero. Pero digo que es de caricatura porque pertenece al micromundo de las redes sociales. Ningún economista serio va a plantear que estamos en una situación explosiva. La Argentina tomó el 20% de la deuda que se ofreció en el mercado mundial, pero representa el 0,4% de las exportaciones. Hay algo raro ahí. Y lo que se empieza a ver en la prensa internacional es que se advierte que no se le puede seguir prestando a la Argentina al nivel que se le presta. Internamente algunos hablan de que no importa, que podemos seguir endeudándonos porque la relación deuda PBI todavía sigue siendo baja. Pero hay que preguntar baja en términos de qué otros países y que es a tasas de casi dos dígitos. Lo que tenemos que mirar es el peso de los servicios. Además, el modelo de apertura financiera que elegimos nos hace muy dependientes de los ciclos financieros externos, por lo cual es muy vulnerable a cualquier cambio que haya. Podemos llegar a tener una variación del tipo de cambio que va a hacer que varíe el peso de la deuda sobre el PBI. Creo que ya es peligrosa la relación.

En síntesis: la insustentabilidad no es algo que uno le pueda poner fecha, no es que vamos a tener una explosión dentro de un año o de dos, es estructuralmente insustentable. Sabemos que el camino es para otro lado, es hacer lo contrario, es desarrollarse, transformar la estructura productiva, aumentar las exportaciones y/o sustituir las importaciones para no tener este problema de la dependencia de divisas, generarlas y decidir el nivel del tipo de cambio.

 

REFORMAS.

—¿Cómo analiza las reformas que se impulsan?

—Podríamos ya, luego de las elecciones de medio término, hablar de dos momentos o grandes períodos del régimen macrista. El primero ya lo vivimos, que fue el de las transformaciones estructurales a través de esas cuatro medidas, que para la mayoría de la población tuvieron un impacto. Pero si sos un trabajador formal, que en 2016 el salario te bajó entre 6 y 10% –dependiendo si sos del sector público o privado–, no te das cuenta todavía de que estás en una situación crítica. Además, en esta batalla por el sentido puede haber ocurrido que creas que es el resultado necesario del ajuste macroeconómico que había que hacer por la herencia que recibiste del gobierno anterior. Y en esta segunda etapa que comienza, van a empezar medidas que la población se va a dar cuenta que van por ella. Evidentemente los regímenes neoliberales suelen presentarse a sí mismos como que combaten los déficits y el endeudamiento, cuando en la realidad concreta de la historia son todo lo contrario, que los aumentan. De hecho, este gobierno ya lo hizo. El objetivo estructural es cambiar la distribución del ingreso en la Argentina, porque la creencia de mainstream económico es que para que la economía mejore tenés que mejorar las condiciones microeconómicas de las empresas, bajarle costos. Entonces, en la primera etapa no tuviste todavía un shock que lo haya sentido la población, por la poca pérdida que tuviste porque todavía tenías resto por la herencia recibida, que no era pasada sino de desendeudamiento y bajo desempleo. Ahora sí la población va a empezar a sentir eso a través de estas medidas. Como el objetivo es achicar el Estado, hay que ponerlo en una situación de déficit para ajustarlo. Y como le empieza a pesar cada vez más el pago de intereses de deuda, lo que viene ahora es desfinanciar a la Anses para pagar la deuda con la plata de los jubilados. Pero no solamente eso, va a haber una redistribución territorial; con la plata de las provincias se va a financiar el Fondo del Conurbano, por ejemplo. Las redistribuciones de recursos son espaciales, entre clases sociales, entre sectores económicos, pero también intertemporales porque cuando te endeudás estás disponiendo de ingresos futuros y cuando estás haciendo entrar en déficit el Fondo de Garantía de Sustentabilidad estás apropiándote de recursos pasados.

—Pero estas políticas tienen el aval de todos los gobernadores. ¿La billetera le termina ganando a las provincias porque no tienen margen de maniobra?

—La respuesta es compleja y se puede hacer desde una forma técnica o una estructural, pero voy a responder de la segunda manera. El margen de acción que tiene un gobernador provincial no es muy distinto al de un administrador de empresa, porque no puede hacer política económica, sino administrar ingresos y gastos; muy distinto a un gobierno nacional. Normalmente, si analizás los ciclos económicos, en las provincias y en las familias se reproducen los ciclos nacionales. Durante todo el período de desendeudamiento desde 2005, también se estableció un período de desendeudamiento de las provincias y también de las familias que estaban endeudadas del período anterior. Ahora, también esta situación de reendeudamiento a nivel nacional se reproduce en las provincias a las cuales el Estado nacional las compele a tomar deuda porque los dólares quedan en el Banco Central y a las provincias les dan pesos. Además, esto se reproduce en las familias a través de un montón de vías, como los préstamos personales, los créditos UVA, las tarjetas de crédito, las cuotas para pagar las comidas, etcétera. Entonces, endeudaste a esa gente, reprodujiste el voto cuota y naturalmente es un voto conservador que le va a tener miedo a cualquier cambio de escenario macroeconómico.

 

NUEVA ETAPA.

—¿Qué opina de quienes dicen que la economía no influyó en estas elecciones, sino la idea de enterrar al kirchnerismo?

—Creo que la economía sí influyó en el resultado de las elecciones, porque hubo un shock de ajuste de condiciones macro en el primer año, que fue cuando se produjo una caída del producto en torno al 3%, pero este año ya no hubo caída, sino un relativo estancamiento con algo de crecimiento. Eso quiere decir que el Gobierno acudió a mecanismos que impulsaron la demanda, como por ejemplo lo que ocurrió en materia de créditos, que si bien es déficit futuro, es aumento de la demanda instantánea. Los créditos UVA, más el aumento de alguna inversión pública en obras de infraestructura, también impulsaron la construcción. Por lo tanto, se impulsó la demanda y se llegó a un momento de las elecciones con una sensación de bonanza. Entonces, esto provocó una suerte de disputa por el sentido. Lo malo que vivimos el año pasado o el ajuste era necesario por el cambio y la pesada herencia, mientras que lo que estamos viendo este año es que el modelo está mostrando resultados y los ciudadanos ven que los indicadores repuntan.

—En esta segunda etapa, ¿qué va a sentir el ciudadano a partir de ahora?

—A partir de ahora, el argumento de la pesada herencia ya no va a correr más, las culpas para atrás ya no se podrán trasladar tan fácilmente. Por eso el Gobierno insiste con otra dimensión, que es la criminalización de la política, manteniendo la idea de que los de antes eran todos chorros. Ahora, estas medidas como la reducción de las jubilaciones, la pérdida de derechos laborales, van a ser cosas concretas que los trabajadores y los jubilados en peor situación van a empezar a sentir de manera más intensa que lo que se sintió hasta ahora, por lo que van a articular el conflicto social. Ya vemos algunas expresiones. Lo que pasa es que el bloque histórico que sostiene a este gobierno es muy amplio, tiene a la cúpula sindical, a la embajada estadounidense, a todas las cámaras empresarias, prácticamente no hay sector en la Argentina que no lo esté respaldando. Y la reacción imagino que surgirá de los sectores más castigados, desde las bases de algunos sindicatos.

 

 

Las cuatro políticas neoliberales

El economista Claudio Scaletta consideró que el Gobierno de Mauricio Macri aplicó en su primera etapa de gestión cuatro medidas económicas que por su naturaleza se constituyen en políticas neoliberales. “Rápidamente, fueron la eliminación de las retenciones, la dolarización de las tarifas, la redistribución regresiva del ingreso –es decir, la baja de la participación del salario en el total del ingreso– y el reendeudamiento”, aseguró, en diálogo con DOS FLORINES.

 

 

¿Deuda para qué?

Claudio Scaletta centraliza su análisis de insustentabilidad de la economía de Cambiemos a partir de la apertura financiera de endeudamiento externo, que se traslada a las provincias y hasta incluso a las familias. Al respecto, este cronista le consultó si considera a la deuda como algo malo en sí mismo o si depende de para qué se usa.

“En la pregunta está la respuesta. Cuando llegás a una situación de restricción externa en la cual las exportaciones no te alcanzan para pagar las obligaciones internacionales, no te queda otra que endeudarte. Podés endeudarte a corto plazo solamente para salir de esa situación de coyuntura, pero como la restricción externa es un fenómeno cíclico de la economía argentina, lo que tenés que hacer es transformar la estructura productiva, esto quiere decir, exportar más o sustituir importaciones”, planteó.

En este sentido, agregó que tomar deuda “tiene que ser para generar las divisas para pagar la deuda”. Sin embargo, advirtió: “Este Gobierno no está tomando deuda para eso, sino para sostener un tipo de cambio ficticio que favorece el ahorro en divisas, la formación de activos externos que vulgarmente se llama fuga de capitales”. En este sentido, concluyó que la libre circulación de capitales y mercancía responde al poder de las multinacionales. “Por eso la apertura económica, por eso la apertura financiera, por eso esto es neoliberalismo”, subrayó.

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