EMPRESAS

Una nueva casa de té nació en Paraná y ya apuesta a crecer

Con una inversión inicial de 300 mil pesos, el emprendimiento es un éxito. En sólo tres meses, aseguran que el local les quedó chico. Nahuel Amore

 

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Con una inversión inicial de 300 mil pesos, el emprendimiento es un éxito. En sólo tres meses, aseguran que el local les quedó chico.

Nahuel Amore | Dos Florines

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Emprender en Paraná y en medio de la “tormenta” que vive el país, pareciera ser una utopía. A la sombra de los comercios que cierran o se alejan del centro de la ciudad para bajar costos, un nuevo emprendimiento nació, con la gastronomía y las historias del ayer como carta de presentación. Se trata de “Te acordás de…”, una nueva casa de té que se suma a la oferta de la capital provincial y en tan sólo tres meses ya es un éxito.

Nicolás Strauch, maestro pastelero que se puso al hombro la decisión de invertir junto a su madre y una amiga, habló con Dos Florines y contó detalles de la iniciativa. Con un capital inicial que ronda los 300 mil pesos, el impacto en la gente los sorprendió gratamente y por eso ya apuestan a seguir creciendo y expandirse, a sabiendas de que los tiempos que corren exigen de creatividad y adaptación constantes.

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El local está ubicado estratégicamente en la esquina de Colón y San Juan y ya se impone poco a poco entre los paranaenses que buscan un punto de encuentro en estas mañanas y tardes frías de invierno. A decir de su dueño, ya quedó chico para tanta demanda y la idea es expandirse. No obstante, emprender requiere de templanza para poner sobre la balanza las variables del corto plazo con las expectativas que se proyectan en el horizonte. De igual manera, las cartas están echadas.

DECISIÓN

—¿Por qué decidieron poner una casa de té en Paraná?

—Es una sociedad que empezó con mi mamá y una amiga de ella. La idea surgió de querer emprender algo. Y ya que soy el pastelero, decidimos largarnos y animarnos a abrir una casa de té, que hoy en día están de moda y hacía falta. Desde el año pasado veníamos con el emprendimiento y por suerte pudimos concretarlo a partir de abril.

—¿Hicieron un análisis del mercado?

—Sí, hicimos un relevamiento, visitamos todas las casas de té para ver cómo se manejaban. Sumado a todo eso, yo hace ya siete años que trabajo dentro de lo que es panadería y gastronomía y más o menos sé manejar lo que es el rubro, sean tortas, postres y demás.

—Estudiaste para eso…

—Yo estudié en el IGA para cocinero y después hice varios cursos y talleres sobre pastelería, panadería, cocina y demás.

IMPACTO

—¿Cómo fue la repercusión desde que abrieron?

—La verdad que mucho mejor de lo que esperábamos, gracias a Dios. Los primeros meses nos costó pero la gente se amoldó bastante bien y de a poco va conociendo más el local y vamos haciendo costumbre.

—¿Quién es tu público?

—El público de las casas de té es mayormente la gente grande, que aprovecha la tarde para disfrutar de una buena taza de té y una porción de tortas. Y en el horario de mañana más que nada hoy en día es gente que sale de las oficinas, gente que sale a hacer análisis porque estamos cerca de Nanni.

—Una pista tiraste, pero ¿por qué decidieron elegir este local?

—Buscamos varios locales y encontramos esta esquina que antes se alquilaba. Nos gustó el punto, la cantidad de gente que pasa por acá, que tenés Nanni, Reconocimiento Médico del CGE y una gestoría acá enfrente. Todo sumó para que eligiéramos acá.

INVERSIÓN

—¿Cómo se organizaron desde un principio y hoy cuánta gente trabaja?

—Nos estamos organizando mejor, porque al principio empezamos con poca gente, entre nosotros, familiares nomás; además porque todo cuesta y fue una inversión bastante grande. Pero el público que ha venido nos ha superado y por eso en estos momentos tenemos una moza de mañana y dos de tarde. A la mañana estoy yo de encargado de la pastelería, la cocina y la cafetería y de tarde tenemos una chica que se encarga de la cafetería y otra que trabaja en cocina.

—Dijiste que fue una inversión grande, lo cual también es una apuesta por Paraná. ¿Cuánto hay que invertir en este rubro?

—Depende mucho de la zona y el local a alquilar, pero hoy en día más o menos para abrir algo bien y como se debe necesitás más o menos 300 mil pesos.

—¿Qué costos requiere una inversión gastronómica de este tipo?

—Más que nada es la cocina, todo lo que son materiales y hornos. Por otro lado tenés las habilitaciones, poner a punto la electricidad, agua, gas y demás.

ESPACIO

—¿Cuántas mesas y sillas tienen?

—En estos momentos tenemos 46 sillas y 20 mesas.

—¿Se puede adaptar el lugar para ampliar esa cantidad?

—La verdad que nos quedó chico para lo que nosotros esperábamos. De igual manera, nos vamos adaptando de acuerdo a la cantidad de gente. Lo que tiene es que las mesas, dependiendo de cuántos vengan por grupo, es que se pueden juntar o separar.

—A la gente no le gusta esperar, ¿cómo manejás eso?

—Lo que pasa que en este tipo de locales nosotros no podemos echar a la gente ni apurarla. La gente viene a disfrutar y a pasar una buena tarde, a charlar con las amigas. Lo que sí tenemos es un tiempo de espera con las reservas. Solamente tenemos un tiempo de 15 o 20 minutos con las reservas porque no queda bien que haya gente parada y las mesas vacías. De todos modos, cuando queda gente parada tenemos algún bocadito para que se sienta a gusto de esperar. Además, las reservas sólo son de lunes a jueves y tampoco lo hacemos cuando son fechas especiales, como el Día del Amigo.

DIFERENCIA

—El boca en boca siempre funciona, pero ¿qué estrategias están teniendo para mostrarse?

—Mi punto de vista es siempre separarme del resto. No me considero mejor, me considero diferente…

—¿Qué los diferencia?

—Yo creo que sobre todo la pastelería. Hoy he logrado llegar personalmente a un punto alto en mi rendimiento laboral y creo que estoy haciendo muy buena pastelería. Sobre todo lo que me interesa es la atención al público. Siempre digo que la pastelería va de la mano con la atención al cliente. Podés tener muy buena pastelería, pero si la atención es mala, no sirve de nada. Y al revés…

—¿Qué ofrecen para diferenciarse?

—Tenemos 12 variedades de tortas y todos los días tenemos tortas o postres sorpresa. Eso no está dentro de la carta sino que se los ofrece las mozas a los clientes. Acá pueden pedir por torta, por porción, por media porción. También tenemos tortas para llevar, café para llevar. Hay también torres mixtas, torres dulces y saladas.

—¿Qué piden los paranaenses?

—Depende el público. Cuando es gente mayor, casi siempre piden porciones de tortas o postres, con algún té. Cuando son más jóvenes, se tiran más para las torres saladas o mixtas, con un café. Si hace un poco de calor, van por los licuados, también tenemos cervezas para ofrecer.

PROYECTOS

—¿Cómo es el trabajo entre socios a la hora de reinventarse constantemente?

—Ellas confían en mí y yo siempre trato de que haya cosas nuevas, de no quedarnos en lo mismo. Por ahí mucha gente que ha venido dos o tres en la semana y siempre encuentra algo diferente para poder probar, para que no tengan lo mismo. La idea es siempre tener algo nuevo y que la gente se sorprenda.

—Con este auge, ¿cómo se proyectan de aquí a fin de año y para lo que siga?

—A fin de año esperamos que esto siga así de la manera que arrancamos. Después ya estoy pensando para el verano, que es la época que más baja la demanda, poder poner algún deck en la vereda para que la gente pueda disfrutar afuera, con los días lindos. Todavía no tenemos decidido a largo plazo qué vamos hacer. Pero si las cosas siguen así, tenemos pensado irnos a un lugar más grande.

—Más allá de estas metas, en lo personal ¿cómo te proyectás en un futuro?

—Siguiendo por este mismo camino, teniendo mi propio negocio. Quiero poder ir más arriba, expandirme más, en otras provincias. Mi idea es poder viajar, conocer otros horizontes, otro tipo de pastelería porque en todos los lugares no es igual, para poder después en algún momento volver a Paraná y explayar todo eso.

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