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Profesionalizar la empresa: una firma paranaense acordó su protocolo familiar

Los cinco integrantes de la familia propietaria de las sederías Manet y Rolando de Paraná sellaron su protocolo. “Nos sirvió para fortalecer la empresa y la familia”, destacó Alejandro Vitas, socio de la firma de la capital entrerriana. Gabriel Schamne

Dicen que la misa del domingo es sagrada para los cristianos, pero no por el sentido sacro en sí, sino porque no se puede faltar y debe respetarse a raja tabla. Por ese camino de santidad también va el asado dominical, como momento de unión de los integrantes de la familia y de fraternidad entre los presentes. No obstante, en ocasiones puede volverse un espacio de discusión y conflicto, cuando se utiliza como ámbito anclado al trabajo y a la empresa. Es por esto que en la actualidad las empresas familiares apuestan cada vez mas a la asesoría de profesionales que generen espacios asignados para ciertos temas y que no afecten otros momentos de la convivencia cotidiana.

En este marco, el 30 de noviembre pasado, la familia Vitas, propietaria de las sederías Manet y Rolando de Paraná, firmó su protocolo familiar. Se trata de un documento formado por 72 preguntas donde se acuerda cómo se va a relacionar la familia con la empresa, a la que adhirieron los padres y sus tres hijos. “Para nosotros significó un desafío y sirvió para fortalecer a la empresa y a la familia”, sintetizó Alejandro Vitas, uno de los dueños de la firma, en diálogo con la Redacción de DOS FLORINES.

El proceso fue llevado a cabo bajo el asesoramiento de Ceferino Sain, licenciado en Comunicación Social y consultor de Empresas familiares de la capital entrerriana. En relación a esto, Vitas explicó que no habían trabajado nunca con este tipo de asesoramiento externo, pero que conocían de qué se trataba. “Hacía varios años que veníamos hablando de encarar lo del protocolo familiar. Nos interpeló mucho y hoy nos vemos más unidos y fuertes”, aseguró.

A su vez, explicó que están contentos con el proceso y que en el mismo hubo dos etapas bien marcadas. “La primera etapa (pre pandemia) fue más difícil. Romper el hielo y tomar decisiones a futuro, tanto para la familia como para la empresa, te demanda mucho tiempo y esfuerzo. En la segunda etapa (post pandemia) ya sabíamos de qué hablábamos y qué pretendíamos”, distinguió. Asimismo, el empresario indicó que hubo cambios durante la pandemia que allanaron la visión a futuro de todos los integrantes de la empresa familiar.

“La principal razón por la que encaramos el proyecto es porque nuestros hijos están creciendo y queríamos acordar algunos temas sin personalizarlos en alguno de ellos”, añadió el comerciante. Además, indicó que resolver ciertas cuestiones evitaría conflictos en el largo plazo, pero que, a la vez, no estaban seguros de coincidir con facilidad en puntos trascendentales de la empresa.

El protocolo familiar fue firmado por los padres y sus tres hijos.

Profesionalizar la empresa

Ceferino Sain, director del Instituto Argentino de la Empresa Familiar, se refirió a la importancia que tiene actualmente la creación de distintos ámbitos dentro de las entidades mediante un proceso de consultoría. “El protocolo familiar es el último paso del camino y responde a problemas propios de una empresa que ha crecido”, expuso.

A su vez, el profesional explicó que en la empresa de la familia Vitas lo que se logró fue la creación del Consejo familiar, conformado por familiares dueños de la empresa. “Es un espacio destinado a debatir cuestiones del trabajo y lograr una visión compartida para evitar intereses distintos que desunan a la familia”, manifestó.

“En estos ámbitos cada familia establece las reglas por consenso y lo importante es que son acuerdos que deben sostenerse en el tiempo”, subrayó el especialista. De esta manera, sostuvo que iniciativas de esta índole favorecen a la “profesionalización” de las empresas familiares.

Mirar al frente

Al igual que toda la actividad comercial de la ciudad, las sederías Manet y Rolando no fueron ajenas a los problemas que generó la pandemia entre 2020 y gran parte de 2021. Al ser consultado sobre esto, Vitas señaló que “fueron momentos muy duros”. “La cuarentena eterna nos golpeó a todos”, admitió.

En relación a esto, agregó que surgió la necesidad de reorganizar procesos de trabajo y que fue “de gran ayuda” contar con un gran equipo laboral. “Fueron momentos difíciles pero crecimos como empresa, siempre tirando todos para el mismo lado”, remarcó a DOS FLORINES.

No obstante, el entrevistado explicó que la decisión de llevar a cabo el proceso de consultoría fue independiente de la situación económica del país. “Es importante en la medida que uno quiera ser una familia empresaria”, manifestó.

Por último, avisó que la firma entrerriana planifica seguir creciendo en 2022. “Tenemos tres proyectos principales para el año que viene, siempre pensando en crecer, respetando lo que somos y lo que hemos construido. Sabemos dónde queremos estar dentro de cinco años y estamos trabajando día a día para ello”, concluyó.