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Tres amigos sub 30 crearon una hamburguesería en un garaje y ahora abren su local en Paraná

Los socios de Sheldon dan un paso más: abren las puertas del local ya no sólo para tomar pedidos sino para atender hasta 120 comensales. “Optamos por el camino más largo y que prevalezca la amistad”, aseguró Giuliano Lódolo, quien reveló la historia que los une. Nahuel Amore

Franco Bonacci, Julián García y Giuliano Lódolo son tres amigos sub 30 de San Benito que crearon Sheldon, la hamburguesería que nació en un garaje hace tres años y medio, y este miércoles 15 de noviembre abre sus puertas al público en Belgrano 42 de Paraná. El proyecto, que pegó fuerte en época de pandemia y fue creciendo a través de diferentes estrategias de mercado, les significa un aprendizaje constante sobre cómo emprender y no morir en el intento.

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El emprendimiento comenzó a rodar el 8 de febrero de 2020 de la mano de Franco y Julián que le dieron el primer impulso cuando estudiaban gastronomía. Ambos arrancaron con la producción en la cochera de la abuela de uno de ellos y, al poco tiempo, sumaron a Giuliano, otro amigo del barrio, con quien encararon y sostienen el recorrido. Desde ese momento decidieron ponerle un nombre pregnante a la marca, que rinde homenaje a Sheldon Cooper, el personaje protagonista de la serie estadounidense The Big Bang Theory.

Al mes y medio les llegó la pandemia de Covid-19 que, lejos de desmotivarlos, los catapultó a un escenario desconocido. “Fue un golpe bastante duro porque se potenció todo sin tener experiencia con una hamburguesería y el delivery”, recordó Giuliano, quien destacó además que la primera tanda fueron 24 hamburguesas y que el aprendizaje los obligó a mejorar sobre todo en la logística y la atención por distintos canales.

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Si hay algo que también tuvieron en claro desde el primer momento los tres jóvenes es que esta movida gastronómica en particular llegaba para quedarse. “La cultura hamburguesera iba arrancando con colegas que trabajan muy bien en la ciudad y fue así que decidimos emprender viaje”, reseñó, en entrevista con DOS FLORINES. Asimismo, dio cuenta también de que el desafío está ahora en el formato, a la luz de nuevos locales que amplían la oferta en Paraná, para todos los gustos.

Decidir para crecer

Salir de San Benito fue otra importante decisión en el historial de Sheldon y el desembarco en la capital entrerriana fue clave. “Llegamos a Paraná porque el dueño de un bar de calle Córdoba nos pidió asociarnos. Ahí aprendimos lo que era llegar al mundo de Paraná, además de que teníamos la casa central en San Benito”, señaló Giuliano, y acotó que durante ese período trabajaron a la par con el delivery.

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No obstante, los cambios los impulsaron a buscar un espacio propio, aunque en una etapa inicial lo hicieron con pedidos a domicilio y para llevar. “Por cuestiones laborales y de números decidimos emprender solos nuestro viaje. En ese entonces apostamos todo por Paraná, cerramos la sucursal de San Benito y nos abocamos ciento por ciento a este local de calle Belgrano. Hace casi dos años que estamos acá, invirtiendo fuertemente desde diciembre del año pasado”, contó.

Finalmente, no se conformaron y decidieron encarar otro paso importante: abrir y atender al público allí mismo. La apuesta, que está a punto de salir a la luz, implicó nuevas inversiones en mobiliario, equipamiento y hasta rediseño y branding de marca gracias al trabajo de Bruno Peresutti. Para ello, ya pusieron a prueba todos los engranajes de la maquinaria para salir a la cancha preparados para el nuevo desafío.

Consultado por cómo se dio el click, se explayó: “No hay una hamburguesería en Paraná. No conocemos un lugar físico que se dedique ciento por ciento a la hamburguesa artesanal, más allá de las grandes cadenas. Este estilo de hamburguesa lo trabajan muchos colegas pero con delibery o take away. La idea es trabajar con el mismo formato, pero agregarle la posibilidad de consumirlo en nuestro local, que sea la misma que consume en su hogar”.

Asimismo, señaló que tendrán una capacidad de 120 personas sentadas y ampliarán la carta para otros paladares.  “Las expectativas son todas. Las vemos en comentarios de amigos, familiares y clientes, en redes sociales que nos escriben comentarios y esperan la apertura. Creemos que va a ser con mucha convocatoria y nos estamos preparando para el 15 de noviembre dar lo mejor”, anticipó.

Aprender a emprender

Los amigos saben que emprender no es para cualquiera y los obliga a estar siempre despiertos, para evaluar pros y contras a cada paso y más aún en tiempos tan complejos como inciertos. No obstante, también destacan que la experiencia es lo que configura el aprendizaje. “Desde el primer paso que dimos hasta llegar a esto nos hace sentir privilegiados y estamos muy contentos del logro que se ha hecho en tres años. Llegar a Belgrano 42 ya fue una locura porque salimos de San Benito. Y ahora, de un garaje a un local propio, es totalmente una locura increíble”, sintetizó el joven de 29 años.

Desde esa perspectiva, enfatizó, se busca que “las decisiones sean bien pensadas, con tiempo y tengan resultados eficaces”. “Hemos tenido errores, pero hemos aprendido. Si estamos donde estamos es porque fueron más las decisiones correctas que las erróneas. Fuimos aprendiendo”, sostuvo.

En esa cultura emprendedora, la reinversión es un proceso que juntos hicieron carne desde el minuto cero. “Mes a mes fuimos invirtiendo, de acuerdo a las ventas que tuvimos”, subrayó Giuliano, quien reveló que hay en mente nuevos proyectos. “Vamos a ir paso a paso. Primero queremos establecernos con esta nueva modalidad y después ir encarando otros proyectos. La idea es seguir abriendo sucursales”, anunció a DOS FLORINES.

Por otro lado, consultado respecto de la conducta financiera, aseguró que no tuvieron apalancamiento. “Una vez pensamos en sumar una cuarta persona que viniera con dinero, lo cual era el camino más fácil. Eso iba a permitir que la inauguración no fuese el 15 de noviembre, sino antes. Decidimos optar por el camino más largo y más difícil y que prevalezca la amistad”, reflexionó.

Finalmente, como si fuera un balance de este vertiginoso camino, cerró: “Es difícil tomar decisiones porque, si es errónea, genera un gasto y afecta a la hamburguesería. A medida que hacemos las ventas y va creciendo, vamos invirtiendo de a poco, paso a paso, sin apresuramos. Siempre somos conscientes de lo que tenemos porque este emprendimiento es un hijo para nosotros y lo cuidamos”.

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