Seggiaro analizó la crisis porcina y pidió “ser muy cautelosos”
22/12/2018
El economista, convocado por la Cámara de Productores Porcinos, brindó un análisis de la situación del sector durante este año y las proyecciones para 2019. Dos Florines
La Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (Capper) invitó al economista Carlos Seggiaro para analizar en qué situación se encuentra el sector y las perspectivas que comienzan a trazarse de cara al año que viene. En el marco de la última reunión de comisión, realizada en el Salón Coopar de Aranguren, Seggiaro hizo hincapié en la cautela con la que deben manejarse de aquí a los próximos meses.
“Hay que ser muy cautelosos en términos de decisiones”, remarcó en varias oportunidades Seggiaro, ante un auditorio que convocó a los socios de Capper. “Se vienen tiempos difíciles”, sintetizó, y planteó sobre todo que el sector se verá perjudicado por el mercado interno recesivo, al menos hasta abril o mayo, con caída del consumo y precios contenidos por una menor demanda que hará perder rentabilidad.
En su análisis anticipó un tema no menor en el plano geopolítico internacional. “El factor de riesgo es Brasil”, sostuvo, en relación a la llegada de Jair Bolsonaro a la Presidencia del vecino país, que podría reestructurar los acuerdos comerciales con la Argentina y por el cual el sector porcino nacional podría salir perdiendo en dicha negociación
Recesión.
Seggiaro advirtió que “el proceso recesivo va a seguir su curso en los próximos meses” y que, de no haber algún cambio brusco, podría tocar su piso a fin del segundo trimestre de 2019. “Entre mayo y junio la economía va a dejar de caer. Simplemente va a dejar de caer y va a empezar un proceso de recuperación muy discreto”, auguró.
No obstante, en este contexto, subrayó que el mercado interno va a seguir golpeado, sobre todo por la pérdida del poder adquisitivo de la sociedad que “no se va a detener”. En este sentido, respecto del sector porcino, indicó que probablemente se venderán menos cerdos si uno compara los próximos meses en términos interanuales.
Otro aspecto relevante del escenario que se viene es que la recesión se da en el marco de una política de ajuste determinada por el Gobierno nacional, en sintonía con los condicionamientos impuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Asimismo, dijo que persistirá la inflación alta y continuará un factor que afecta a los sectores productivos: las altas de interés “estratosféricas” que rompen las cadenas de pagos.
Dólar.
Por otro lado, el economista consideró que el tipo de cambio real tenderá a mantenerse alto, fundamentalmente porque la evolución en los últimos dos años se dio con un dólar barato, que posibilitó una “lluvia de importaciones de cerdos”. “Argentina tiene que tener un dólar alto, gane quien gane las elecciones. Son condicionamientos que se han generado”, planteó.
En este contexto, se preguntó qué negocios van a ser más atractivos a otros, por lo cual apuntó a las cadenas de valor vinculadas a las exportaciones. “Los sectores que miren exportación, van a estar subidos a un tren más agradable”, ratificó. En esta línea, apuntó que “aquellos que operan para el mercado interno, van a estar más complicados”, por lo que sugirió a los productores porcinos “empezar a discutir otras estrategias”.
Expectativas.
Con el ajuste fiscal planteado por Nación en acuerdo con las provincias, que mixtura baja del gasto y suba de la presión impositiva, Seggiaro resaltó que además de la caída del consumo, también se dará una disminución de la inversión en sintonía con el ajuste del gasto público. Por su parte, se espera que las exportaciones se dinamicen aunque lentamente, y que las importaciones se derrumben (como ya sucede actualmente) por el dólar alto y la recesión.
Desde una mirada que calificó como más optimista, la hipótesis para 2019 es la de una recuperación progresiva de la actividad PBI hacia fines del segundo trimestre, con equilibrio de cuentas externas, tendencia al equilibrio de las cuentas fiscales, disminución de la inflación, un tipo de cambio competitivo y tasas de interés decrecientes pero no a la velocidad que los sectores empresarios necesitan.
De todos modos, también alertó que esta hipótesis se puede romper si se produce en algún momento del año que viene una nueva explosión cambiaria. “Con un golpe devaluatorio, el escenario sería peor”, anticipó. Sobre esto, explicó que la variación del tipo de cambio no sólo está sujeta a factores técnicos y de expectativas de los inversionistas, sino también a aspectos políticos, elementalmente en relación a las elecciones.
Producción.
En relación a las perspectivas para la cadena porcina con este escenario, Seggiaro reconoció que no tiene la misma capacidad de exportación que sí cuentan las otras carnes, sobre todo avícola y vacuna, lo cual coloca al sector en una situación de debilidad para afrontar lo que se viene.
Por otro lado, puso en duda los procesos de expansión para los productores de cerdos en el mismo eslabón primario. Concretamente, dijo que tienen un “menor margen de maniobra para jugar en este nuevo escenario por las oportunidades de exportación”, lo cual obliga a proyectar el negocio desde otra mirada en términos de inversiones.
“El sector ha vivido un proceso de sobreinversión”, cuestionó, por lo que directamente sugirió no ampliar la cantidad de madres, pensando en el costo de oportunidad. “El proceso de inversión debe ir por las cadenas de valor. No es un momento para avanzar en la cadena primaria”, afirmó, y apuntó a la necesidad de llevar a cabo un proceso de integración vertical y horizontal.
Brasil.
Seggiaro, en su disertación para los productores de cerdos de la provincia, hizo un párrafo aparte respecto de la nueva relación bilateral de la Argentina con Brasil a partir de que asuma Jair Bolsonaro la Presidencia del vecino país. Según anticipó son claves las declaraciones de la futura ministra de Agricultura, Tereza Correa, que planteó abrirse a nuevos mercados y abandonar el Mercosur.
Para el economista, dijo que se presenta un riesgo para la cadena de la carne de cerdo en el proceso de negociación, ya que históricamente “la pieza de cambio terminó siendo el sector porcino”. Por ello, subrayó: “Si el sector está atento, va a evitar un mal mayor”.
“Lo que se viene va a ser un proceso de negociación muy duro para la Argentina”, advirtió, y comparó a Bolsonaro con figura de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos. “Brasil va a intentar hacer lo mismo con la Argentina”, alertó.
Desde esta perspectiva, planteó que “el sector porcino tiene que estar muy atento porque puede volver a ser una pieza de cambio en alguna negociación por alguna otra cosa. Si el sector no está organizado, puede pagar las consecuencias”. “Hay que estar atentos. Percibo que Brasil va a tener una relación más agresiva con Argentina”, insistió.