La actividad agropecuaria se derrumbó más de un 35% y esto se hizo sentir en los números de la economía argentina, según confirmó el Indec
La actividad económica se derrumbó en mayo pasado un 5,8% respecto a igual mes de 2017, lo que representa la mayor contracción en la era Macri, según informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
La dato del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) correspondiente al quinto mes del año fue mucho peor al esperado por los analistas. Un sondeo realizado por Reuters proyectaba una contracción del 1,8%.
Fue a causa principalmente del desplome del 35,2% de la actividad agropecuaria producto de la sequía. Además, cayeron fuerte la pesca (-29,2%), y transporte y comunicaciones (-4,9%).
Por su parte, los sectores que tuvieron incidencia positiva sobre el indicador fueron Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (4%), Intermediación financiera (10,8%); y Construcción (4,4%).
Según datos del ente estadístico, la actividad económica disminuyó un 1,4 por ciento respecto al mes previo en la medición desestacionalizada.
La sequía y el salto cambiario
La consultora Ecolatina da cuenta en su informe, que al igual que en abril, el retroceso observado en el EMAE de mayo se respondió en buena medida a un shock exógeno: el impacto de la sequía en la producción agropecuaria. Sin embargo, la fuerte contracción también obedeció a la merma de sectores claves: la producción industrial cayó 1,3% i.a. (tras doce meses consecutivos de expansión); el sector Transporte y comunicaciones se contrajo 4,9% i.a.; y el suministro de electricidad, gas y agua bajó 1,4% i.a.
El EMAE de mayo de 2018 muestra que el enfriamiento del nivel de actividad ya comenzó a extenderse lo largo de la economía local: excluyendo al sector agropecuario, el EMAE hubiese crecido sólo 0,6% i.a. (vs. la expansión del PBI sin agro de 3,5% i.a. del primer cuatrimestre del año)
Ecolatina advierte que el impacto de la sequía fue clave a la hora de explicar la caída de los últimos dos meses, y ya comienza a sentirse el efecto negativo del salto cambiario en el resto de los sectores productivos, cuyo mayor impacto se sentirá en la segunda mitad del año.
En síntesis, el informe de la consultora concluye que “producto de la sequía y el deterioro de la demanda interna (el impacto de la corrida cambiaria sobre la inflación y las tasas de interés desalientan tanto al consumo como a la inversión), el PBI no crecerá en 2018, ubicándose por debajo del rango de expansión de la actividad mencionado en la Carta de Intención con el FMI (0,4% a 1,4%)”.