La empresaria entrerriana advirtió por las dificultades que afronta el sector privado no proveedor del Estado. Con una mirada crítica, se pregunta qué plan tiene el Gobierno para promover el crecimiento real y revertir los indicadores de pobreza. Nahuel Amore
Patricia Popelka, socia y gerente general de Elevadores Neumáticos SA, realizó un balance de 2021 y reconoció el proceso virtuoso hacia el interior de la fábrica paranaense. La clave, aseguró, se debe a que es una empresa con perfil exportador, que sigue reinvirtiendo para sostener su competitividad y por el trabajo profesional de sus más de 70 empleados. Sin embargo, al mismo tiempo, cuestionó los obstáculos que deben sobrepasar “puertas afuera”, motivo por el cual apuntó contra el rol del Estado para darles previsibilidad.
“Para la empresa, el año en ventas, fabricación y crecimiento, como un trabajo hacia adentro, ha sido muy bueno. Incluso, estamos certificando ISO y estimamos que a principios del año que viene contaremos con la certificación. Además, hemos aumentado levemente nuestra plantilla de personal, con varios profesionales dentro de nuestro staff”, valoró, en entrevista con DOS FLORINES.
Desde esa mirada, resaltó que a pesar de los nuevos desafíos que presentó el escenario nacional e internacional, en ENSA pudieron no sólo aumentar ventas sino que apostaron por realizar una “mejora en la organización interna” y avanzar hacia el desarrollo de su producto con planes permanentes de I+D. “Estamos invirtiendo en la compra de maquinaria muy costosa para las dos líneas que manufacturamos, el aluminio y el policarbonato”, destacó.
De todos modos, la dirigente empresaria no dejó remarcar que una cosa es lo que sucede “de la puerta de la fábrica hacia adentro, que ha sido un año muy bueno por el trabajo interno y el compromiso de nuestra gente que es excelente; ahora, de la puerta hacia fuera, es otra la historia”. En ese sentido, puso el foco en la pérdida de rentabilidad constante y preocupante que sufre el sector privado para seguir funcionando.
Puertas adentro
“El mercado internacional ha mostrado cierta ralentización. Veníamos con una tasa de crecimiento que no se ha sostenido. El año pasado de pandemia, que fue muy crítico, habíamos replicado los números de 2019 y fue un muy buen resultado por habernos podido sostener. Pero hasta 2019 veníamos con una tasa de crecimiento importante en nuestras exportaciones que, este año, bajó respecto del año pasado. Es decir, tuvimos un 2019 muy bueno, un 2020 que fue igual a 2019 y un 2021 que fue levemente mejor al 2020”, sintetizó.
Así, evidenció la tendencia que provocó el Covid-19. “Hemos notado un crecimiento interesante del mercado interno. De igual modo, exportamos el 90% de lo que fabricamos. La participación de la facturación local, aunque haya mostrado una mejora interesante, no es lo que nos mueve la aguja. Se condice con este festival de consumo por distintas razones. Hay gente que se quedó en su casa y ha querido mejorarla o hay gente que tiene pesos y se los quiere sacar de encima con cualquier bien que esté con insumos en dólares”, analizó.
En este contexto, anticipó que el comportamiento de la demanda nacional se tendrá en cuenta para el futuro de la empresa. “Es un dato interesante que pensamos seguir explotando. Tenemos un plan de expansión para el año que viene en el mercado local con un programa completo. Estamos tratando de tener una distribución en alguno de los países latinoamericanos que han estado relegados del esquema comercial. Nos ha impulsado a tomar algunas acciones que hasta ahora no habían sido tenidas en cuenta”, explicó.
Puertas afuera
Por ser una empresa exportadora que se nutre de insumos importados, Popelka advirtió por el impacto de la brecha cambiaria que en 2021 trepó al 100%. “Si bien no todos los insumos en Argentina subieron al nivel del dólar blue, tenemos subas del hierro de hasta un 80% en dólares, además de subas muy significativas del policarbonato que es importado y del aluminio. Incluso, la logística se ha triplicado”, apuntó.
La empresaria reconoce que hay factores internacionales que impactaron en la estructura costos, pero al mismo tiempo indicó que la ecuación se complejiza dentro del país. “Uno calcula que los distribuidores locales están siguiendo mucho más de cerca el dólar blue que el oficial. Pero seguimos cobrando todas nuestras facturaciones al dólar oficial”, sostuvo.
—¿El costo lo asumen con una quita de rentabilidad?
—Exactamente, lo estamos pagando con nuestra rentabilidad. Uno de nuestros proveedores importantes locales nos planteó un aumento en dólares del 30%. ¿Cómo hacemos para seguir vendiendo a los mismos valores en dólares que vendemos hace años? Cambiar una lista en dólares en el primer mundo no es tarea sencilla y, de hecho, no lo podemos hacer. Eso hace que estemos pagando con nuestra rentabilidad el diferencial del tipo de cambio de insumos, que siguen más el blue que el oficial, mientras nosotros seguimos cobrando por el oficial.
—¿Cómo impacta esta situación en la toma de decisiones?
—Uno se cansa de ver la baja valoración que se tiene del sector privado no proveedor del Estado. Tenemos que lidiar con una realidad en la que resignás márgenes, incluso mejorando nuestra línea interna. Una máquina sale 150 mil dólares y para comprarla tenés que tener rentabilidad porque no podés ir a un banco. Por eso, cuando escucho que dicen ‘que paguen los que más ganan’, ¿quiénes son? Si no tenemos rentabilidad, no podemos hacer las mejoras que necesitamos para competir, tanto con India que está teniendo una fábrica de ascensores muy parecida a la nuestra, como con China que ya tiene patentadas piezas de nuestro ascensor; por lo menos Estados Unidos está con una pelea comercial y nos da un poco de aire porque, de lo contrario, tendríamos a los chinos vendiendo a precios más competitivos que los nuestros. Si no se entiende eso, es porque no se entiende nada.
—Por lo visto, no cree que el gobierno lo entienda. ¿Y la sociedad?
—Como país tenemos que decidir quién creemos que va a traccionar el desarrollo del país. Pero no estoy viendo que la sociedad en su conjunto tenga claro que sea el sector privado no proveedor del Estado el único que puede traccionar un desarrollo de verdad. ¿Cómo hacemos para que desde la industria nacional invirtamos y compremos maquinarias para tecnificarnos con una realidad como esta? Es absolutamente imposible. Incluso, creo que en ese discurso de grieta de alguna manera se identifica como el único sector privado al agroindustrial y que está signado como el enemigo y a los que hay que exprimir. ¿Y los demás? ¿Pensamos exportar algo o la industria nacional que queremos es protegida para vender a precios siderales? ¿Esa es la industria que queremos sostener?
Críticas al Estado
La presidenta de ENSA valoró que la firma está pudiendo conseguir las aprobaciones para realizar las correspondientes transferencias al exterior que permitan adquirir los insumos importados. No obstante, acotó que ello es posible no sólo porque exportan la mayor parte de la producción sino por un importante desgaste administrativo. “Hemos podido cursar los pagos, con muchas restricciones y trabas administrativas”, sostuvo.
Sobre este punto, cuestionó que están teniendo dificultades con la tramitación aduanera para las exportaciones. “Está complicado. Generalmente es muy difícil encontrar con quien hablar para allanar los temores que pudieran haber. Hay un sector público que trabaja en Aduana que generalmente tiene un desapego de su tarea para que el sector privado pueda concretar una exportación que es sorprendente”, se quejó.
Popelka aprovechó la oportunidad para advertir por la burocracia argentina y la falta de interés para agilizar trámites. “Se percibe que no hay un interés real en facilitarle cosas al sector privado. Lo único que se ve es una lucha por poder político”, disparó.
En otro orden, alertó por la falta de financiamiento productivo, que se encarece en momentos de elevado riesgo país. “El país está pagando ya los platos rotos. Hay inconsistencias y temo que a esos discursos sesgados con fines políticos la sociedad en su conjunto los crea y los haga propios. Nos resulta difícil a nosotros mostrar otras realidades, qué le pasa al sector y por qué somos un valor social. Pareciera que somos los enemigos. ¿Estaría mejor la Argentina si nosotros no existiéramos?”, se preguntó.
Empleo
Según estadísticas oficiales y de consultoras privadas, el trabajo industrial reincorporó el empleo perdido en pandemia y comenzó a recuperar indicadores previos al Covid-19. Consultada por esta situación y las perspectivas para 2022, la empresaria entrerriana sostuvo que dependerá de cada sector. “No se puede generalizar”, acotó.
Desde su propia experiencia, puso en valor la incorporación de personal en ENSA y además anticipó: “Si podemos cumplir el plan de producción trazado para el año que viene, estaremos incorporando algunos puestos más”.
No obstante, aclaró: “Nosotros somos una empresa netamente exportadora. Para las empresas que no exportan es muy diferente y varía de acuerdo a cada sector. Quienes no están con protecciones arancelarias importantes o con algún tipo de prebenda por el Estado, creo que va a ser muy complicado”.
Por otro lado, Popelka reconoció que existe en la economía argentina “un rebote que es cierto y real”. Pero al mismo tiempo, planteó que “la recuperación de puestos de trabajo del sector privado no es todavía una realidad y la reversión de los diez puntos de aumento de la pobreza, tampoco se han visto”.
Sobre este punto, interpeló al Gobierno: “Que me digan cuál es el plan que tienen para que esa gente que cayó en la pobreza y no estaba pueda volver al estadio anterior. Tampoco se escucha nada concreto. Los bonos para las fiestas no sacan a nadie de una situación de absoluta indefensión”.
Finalmente, expresó: “Es necesario un plan real para que la gente que está tanto en el sector público con sueldos deprimidos y como los que están con planes, puedan mejorar y salir de esa situación. ¿Cómo va a hacer la Argentina para la gente que está en esas bandas más carenciadas tenga posibilidad de tener un trabajo digno? La verdad es que no se ve. Tampoco es digno tener un puesto en el sector público en el que no se hace nada”.
