Ley de Alquileres: Armándola sugirió dos cambios y pidió “poner el país a funcionar”

El referente inmobiliario de Entre Ríos expuso en el debate federal de comisión de la Cámara Baja de la Nación. Advirtió por el índice y los plazos y aclaró: “El problema no pasa por los inquilinos, no pasa por los propietarios, no pasa por las inmobiliarias”. Dos Florines

José María Armándola, en representación del Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios de Entre Ríos, formó parte de las exposiciones que se dieron este martes durante la reunión federal de Comisión de Legislación General de la Cámara de Diputados de la Nación para reformar nuevamente la Ley de Alquileres. En ese marco, si bien sugirió cambios en el índice de actualización y los plazos de contratación, sobre todo puso el foco en los problemas macroeconómicos de fondo que quitan estabilidad y previsibilidad.

“En un país que no tenga inflación, que se genere la debida rentabilidad para quien invierte y el trabajador cobre lo que tenga que cobrar, qué importancia tiene que contratemos a dos años, tres años, cuatro años si tenemos estabilidad; qué importancia tendría hablar de ajuste si no tuviéramos inflación”, expresó Armándola, quien recordó que estas advertencias fueron planteadas en 2018: “No nos escucharon”, sostuvo.

En esa línea, enfatizó: “Señores, acá el problema pasa por otro lado: no pasa por los inquilinos, no pasa por los propietarios, no pasa por las inmobiliarias. Tenemos que poner el país a funcionar y en eso hago una pregunta a quien corresponda”.

Plazo

En coincidencia con el resto de los colegios inmobiliarios del país, Armándola sugirió que “el índice y el plazo no resultaron y fue lo que generó la gran desconfianza; y todos sabemos que la economía funciona en base a confianza”. “En el resto de la ley todos coincidimos de que la ley ha sido positiva, que tiene cosas muy buenas”, reconoció.

Respecto de los plazos, reflexionó sobre la inestabilidad del país. “Contratar en Argentina a tres años es contratar en un ámbito como se define a los países que tienen una economía VICA, que es volátil y ambigua”, sostuvo, y remarcó que saber “qué va a pasar de aquí a tres años en un país como el nuestro, diría que es prácticamente imposible y no se generan las bases para que las partes se sientan con confianza a negociar”.

Asimismo, cuestionó que “desde nuestros escritorios jamás decidimos pedir ampliaciones de plazo más allá de los dos años que se venían contratando”. Incluso, señaló que muchos de los contratos van más allá de la cuestión económica. “A veces se extienden por dos, cinco, diez o veinte años. Hay relaciones locativas que se extienden por tiempo prácticamente indeterminado cuando la relación es buena”, afirmó, y ratificó su postura por la inestabilidad macro que provoca inconvenientes a la hora de definir plazos.

Índice

En este nuevo contexto, indicó que “el inquilino tiene que pagar con un índice que hoy está predeterminado” y que se excede de su capacidad de pago. Reconoció de hecho que les “resulta desfavorable” ante el proceso inflacionario. “Es inaplicable”, dijo.

A su entender, la vigencia de la reglamentación del Código Civil y Comercial en 2015 había resultado más conveniente para las partes. “Con esa norma estábamos totalmente de acuerdo porque estaba funcionando perfectamente bien”, dijo Armándola.

En cambio, con la nueva ley, el índice definido terminó por superar los valores que tenían previsto aumentar, aseguró: “Cuando se sancionó esta lay hicimos un ejercicio y aplicamos los índices de un año para atrás y nos daba más del 10% de lo que veníamos aplicando en nuestros contratos”, planteó.

Por ello, Armándola insistió: “Creo que tenemos que poner la lupa en lo realmente importante. De esto no tienen la culpa los inquilinos que todos sabemos que no solo los salarios han caído en su poder adquisitivo enormemente, sino que todas las actividades en general, sean profesionales, de productores, industriales, han caído de una manera fenomenal. Hoy estamos un 30% por debajo de hace cinco o seis años atrás. Entonces, claro que resulta difícil pagarlo, pero también estamos pasando por el mismo motivo en la rentabilidad más baja en la historia de los inmuebles”.