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La reforma laboral para la industria debe ser por sectores, según Kosacoff

“Hoy tenemos algunos contratos de trabajo que son de un país que no existe más”, justificó el economista en Paraná. Nahuel Amore

El economista Bernardo Kosacoff desembarcó este lunes en Paraná para disertar en el marco del Día de la Industria, ante un grupo de estudiantes, profesionales y empresarios de la provincia. La Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) fue el espacio en el que, desde una mirada académica, reflexionó sobre los desafíos de la industria nacional y entrerriana en un mundo globalizado, sin desconocer tampoco la historia que arrastra el país.

En ese contexto, DOS FLORINES lo consultó por un tema latente que es parte de la discusión postergada que nace desde la actividad privada productiva y que busca instalarse nuevamente en la esfera pública: la reforma laboral. Al respecto, hizo hincapié en la necesidad de que haya negociaciones sectoriales para encontrar soluciones a problemas particulares, pero bajo el común denominador de la legislación. El objetivo, según recalcó, es lograr mayor inclusión al mercado laboral de una gran masa de trabajadores informales, incluso de aquellos que no han experimentado la “cultura del trabajo”.

“La reforma laboral debe ser muy enfocada y ver los problemas estrictos que hay en cada sector y actividad. Debe ser discutida con los sindicatos y las empresas”, sostuvo. En esta línea, ratificó que “cada sector hay que discutirlo” y lograr consensos, contemplando que hay intereses distintos entre los actores. “Lo que es posible con el acuerdo es que cada uno cede cosas, pero a su vez está notablemente mejor”, aclaró.

Para comprender su planteo, dio un ejemplo: “En el sector textil de confección hay 200 mil personas. Ahí tenés que tender a la formalidad. Pero la solución que vas a tener ahí no puede ser la misma que discutas con la gente que está trabajando en Neuquén con el petróleo no convencional”.

Regulaciones

Kosacoff dio cuenta que el punto neurálgico es la legislación laboral creada durante otro modelo económico que no contempla las nuevas formas de empleo. “Hoy tenemos algunos contratos de trabajo que son de un país que no existe más y que apuntan a algunos privilegios y cosas extrañas, pero que excluye a la gente que está afuera”, afirmó.
En este sentido, insistió en que “el problema central que tiene la Argentina son muchas normas regulatorias y marcos de mercado de trabajo que son de hace 40 años para atrás y no tienen nada que ver con la realidad actual”.

De todos modos, para evitar los errores del pasado, analizó: “Las reformas laborales que se hicieron en la Argentina, cuando caía el 40% de la ocupación industrial, lo que se pensaba era en el marco regulatorio que tenía el mercado de trabajo y es ahí donde recibieron los contratos basuras y todo lo demás. No se creó más trabajo, sino más informalidad”.

En relación a esta experiencia, subrayó que “ese tipo de cosas no sirve para nada”. No obstante, postuló: “Ahora hay otras cosas en el mercado de trabajo que obviamente hay que negociar. Que en una fábrica haya 15% de ausentismo, es un costo para la empresa absolutamente notable”.

Inclusión

Durante su disertación, el exdirector en Argentina de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se explayó sobre la importancia que adquieren los sectores industriales sobre el resto en cuanto a la generación de mano de obra. “La industria es de vital importancia porque es donde podés crear mayor empleo formal y, al mismo tiempo, con la producción simultánea de unir servicios, lo que hacés es la calificación permanente del trabajador y es donde vas a desarrollar las habilidades y capacidades”, expresó.

Por ello, planteó que es clave desarrollar políticas públicas sustentables que estimulen el desarrollo de la industria, entendiendo justamente la posibilidad inclusión laboral de quienes están fuera del sistema. “La gente que está afuera, hay una gran heterogeneidad. Hay gente que ya es la tercera generación que no trabaja, ni el abuelo ni el padre, pero que vive sin una cultura de trabajo que va a llevar mucho tiempo recuperarse”, manifestó.

De todas formas, reconoció que “hay capacidades que no se están aprovechando”, muchas de las cuales tienen limitaciones normativas. “Más de la mitad de esa gente que está afuera, es gente que tiene aspiraciones, que quieren llevar sus chicos al colegio, quieren seguir trabajando y tiene rápida capacidad para aprender cosas”, sostuvo.

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