Diego Coatz, economista Jefe de la Unión Industrial de Entre Ríos, planteó durante la XIII Jornada de la UIER cuáles son las dificultades y desafíos que todavía se presentan para continuar en la fase de recuperación de la economía. Para ello también analizó cómo se comporta el escenario internacional, fundamentalmente con el foco puesto en el repunte que está teniendo Brasil. /
Nahuel Amore | DOS FLORINES
La pregunta por cómo está la economía fue central en la XIII Jornada de la Industria que organizó la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER). En este sentido, el panel que moderó Diego Coatz brindó algunas de las respuestas que los cientos de empresarios presentes esperaban escuchar. “La economía ya arrancó y es muy probable que se continúe en el tiempo”, remarcó.
“Tenemos una situación económica bastante mejor, a pesar de las heterogeneidades.
La macro se empieza a recuperar y vamos a tener un 2018, 2019 y 2020 de crecimiento más sostenido en la medida de que se salga de la trampa del ingreso medio”, aseguró el economista Jefe del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA).
“Los factores que el año pasado tiraban abajo la actividad como el consumo, el cambio de gobierno o el impacto de las tarifas, este año empiezan a cambiar”, planteó. De todos modos, el profesional advirtió que la volatilidad en la Argentina es un elemento de incertidumbre, por lo cual resulta necesario “regenerar el andamiaje público privado”.
Para Coatz, “el mercado se empieza a recuperar y esperamos que pegue la curva”. No obstante, recalcó que esto se da en un marco de heterogeneidad. “El gran desafío es cómo recuperarnos y hacer sostenido este proceso en el mediano plazo, para la industria, la inversión y el empleo”, señaló.
DESAFÍOS. Para consolidar este crecimiento, explicó que “es importante que la inflación siga bajando en el tiempo”, pero alertó que si bien se está usando la tasa de interés para controlarla, “no es la única herramienta para combatirla” y porque además genera “alto costo financiero”. Como complemento, también remarcó que es clave “fomentar la inversión en capital en tecnología para que el crecimiento sea sustentable”.
Bajar los costos es otro de los puntos, a los cuales muchos de los disertantes hicieron hincapié. “En la medida que nos alejamos del puerto de Buenos Aires, los costos logísticos crecen sustancialmente”, planteó como ejemplo y agregó lo que sucede en materia energética. Por todo esto, postuló: “La clave es tener una agenda de competitividad sistémica que lleve los costos a una realidad más razonable”.
EL MUNDO. “El comercio, desde la crisis de Lehman Brothers, está creciendo entre 0 y 2%. El comercio mundial que siempre creció por encima del PBI mundial, en los últimos dos años está creciendo por debajo. Esto nos dice que es un mundo muy desafiante a la hora de agregar valor y exportar”, analizó.
Desde esta perspectiva, indicó que existe una mayor competencia por ganar mercados, más allá de que hay determinadas economías desarrolladas que están recuperándose, como el caso de Alemania y otros países de la Unión Europea. De igual modo, recordó que “las dos estrellas” del comercio internacional siguen siendo India y China.
“Este es un mundo que geoeconómicamente es muy desafiante”, afirmó, y añadió que resulta muy difícil generar empleo de calidad, además de agregar valor para que, países como el nuestro, puedan reducir el déficit comercial con gigantes como China.
BRASIL. El especialista dijo además que Brasil es el segundo desafío más importante para la Argentina. “Es un socio estratégico a largo plazo, pero que a corto plazo en los últimos dos años y medio tuvo la peor recesión, una recesión de magnitud muy relevante que impacta en nuestras exportaciones y mercado de trabajo”, recordó.
No obstante, admitió que “la buena noticia es que se empieza a recuperar, aunque bastante más lento que la Argentina”. “Si bien las exportaciones se recuperan lentamente, el volumen de compra a Brasil crece mucho más rápido. Es decir, estamos ayudando más rápido nosotros a ellos en su recuperación”, analizó. De aquí entonces que resulta también “un desafío para el sector privado porque exige inteligencia comercial para abrir mercados”.