En la actual campaña 2017/18 la producción de la oleaginosa caerá, al menos, un 65%. La cosecha, según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, será de 1.198.000 toneladas, 2.183.000 menos que en el ciclo precedente. Esa pérdida, en plata, significa más de 15 mil millones de pesos. DANILO LIMA
La soja, el principal cultivo del país y la provincia, y fuente central de ingresos de los productores y el fisco, transita una de sus peores campañas. La fortísima sequía devastó los lotes e impactó directamente en los rendimientos; ahora, además, las copiosas lluvias de los últimos días han generado graves daños en la calidad comercial del grano. La cosecha, en consecuencia, dejará una producción sustantivamente menor que en la campaña 2016/17 tanto en cantidad como en calidad.
Según reportó la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, a través de su Sistema de Información Agrícola (Siber), cuando se lleva trillado el 73 % del área implantada con soja de primera (unas 670.000 hectáreas de 917.700 sembradas) el rinde promedio provincial se sitúa apenas en 1.100 kg/ha. Hasta el momento, “esto equivale a una caída con respecto al año pasado del 62 % (-1.819 kg/ha)”, precisó el Siber, y recordó que el rendimiento promedio en el ciclo 2016/17 se ubicó en 2.919 kg/ha.
Unas 20.000 hectáreas (el 2% del área), además, directamente podrían no ser cosechadas. Se trata de lotes que padecieron sequía entre enero y marzo –que generó una drástica caída del rendimiento–, por un lado, y lluvias excesivas, asociadas a elevadas temperatura y humedad atmosférica –que impactan la calidad del grano–, por el otro.
De mantenerse las actuales condiciones, la Bolsa entrerriana pronostica que “la producción de soja de primera se posicionaría en alrededor de 987.000 toneladas”, lo que representa una caída interanual del 65 %; es decir, “una merma de aproximadamente 1.833.000 toneladas”, cuando el ciclo 2016/17 tuvo una producción de soja de primera de 2.819.860 toneladas.
La de segunda.
Mientras, el avance en la cosecha de la soja de segunda se ubica en el 37 % del área sembrada (unas 106.000 hectáreas sobre un total implantado de 291.700), reportó el Siber. El rendimiento promedio provincial se ubica en 740 kg/ha, lo cual marca una caída con respecto al año pasado del 69 % (1.674 kg/ha), dado que en el ciclo 2016/17 la soja de segunda tuvo un rinde de 2.414 kg/ha.
Al igual que para la soja de primera, los técnicos de la Bolsa estiman que aproximadamente el 2 % (unas 6.000 hectáreas) del área se perdería debido a la baja expectativa de rindes.
Si se mantienen estas variables (rendimiento y superficie perdida), la producción de soja de segunda se ubicaría en alrededor de 211.000 toneladas, lo cual generaría una caída del 62 % (350.000 toneladas).
De mantenerse estas proyecciones en soja de primera y de segunda, la Bolsa de Cereales de Entre Ríos vaticina una producción en el ciclo 2017/18 de sólo 1.198.000 toneladas. Por lo tanto, “la provincia tendría una pérdida cercana a 2.183.000 toneladas en la producción de soja, es decir un 65 % menos con respecto al ciclo 2016/17”.
Una merma de producción de 2.183.000 toneladas de soja, sobre la base de una cotización de 7.000 $/ha, significa, en plata, una pérdida superior a los 15 mil millones de pesos, o, para decirlo en la moneda que tanto aman los argentinos, unos 650 millones de dólares. Una lágrima.
Y esa lágrima la lloran no sólo “los sojeros” –como despectivamente llaman a los productores quienes jamás produjeron nada– sino también los cientos de ciudades y pueblos que viven del campo, y, sobre todo, el fisco que también verá reducidos sus ingresos.