PORTADA SHOWROOM INMOBILIARIO

Inflación y dólar encienden “luces rojas” y paralizan la construcción, según Weiss

El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción alertó por las distorsiones que existen en el sector, con aumentos en rubros que alcanzan el 100%. Además, alertó por el efecto “Wait and see” del salto del dólar, sin contar la incertidumbre que despertó la renuncia del ministro Guzmán. Nahuel Amore

La industria de la construcción viene atravesando desde el año pasado un camino de recuperación, sobre todo movilizada por la inyección de capital que realiza el Estado a través de viviendas, caminos y otras obras públicas. En tanto, la inversión privada pareciera que sigue durmiendo la siesta y son los pequeños ahorristas los que compensan el nivel de actividad, aunque de modo más precarizado.

Así lo entiende Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), quien brindó una mirada general sobre la dinámica del sector y puso particular énfasis en los signos de alerta que irrumpen en este escenario. Precisamente, en un mano a mano con DOS FLORINES, puso la lupa sobre el descontrolado proceso inflacionario y los repentinos aumentos en el dólar blue y los dólares financieros que abren interrogantes entre los jugadores de esta cadena. Todo ello, sin contar que tras esta entrevista renunció el ministro Martín Guzmán y abrió nuevas preguntas sobre el devenir del gobierno y su política económica.

Según Weiss, estas dos variables golpean a la industria de la construcción desde el momento en que encienden “luces amarillas y rojas”. Del grado de incertidumbre dependerán las decisiones que tomen quienes estén dispuestos a invertir. De hecho, el empresario no dudó en advertir que el sector está frente a un nuevo parate de la actividad hasta tanto se reacomoden los factores macroeconómicos que dependen primordialmente del círculo más próximo al presidente Alberto Fernández.

“Las cosas empiezan a tener un precio más relacionado a la incertidumbre y no tanto con la real estructura de costos”, admitió en relación a la remarcación de precios frente al salto del dólar. De todas maneras, no dejó de subrayar que, según su punto de vista, “la raíz de todos los males no es el dólar, sino el peso”. Frente a esta pérdida de valor de la moneda, cree que el país se enfrenta a una “enfermedad endémica” que no encuentra en el horizonte un atisbo de solución.

Disparidades

—¿Cómo evalúa el presente de la construcción en sus distintos rubros, tras la salida de la pandemia y frente a los problemas económicos del momento?

—En junio de 2020, en plena pandemia, la obra pública estuvo exenta del decreto de confinamiento y no paró a pesar de los altibajos. Incluso, hoy sigue traccionando fuerte y fue uno de los motivos del crecimiento el año pasado. Además, motivo de la pandemia y simultáneamente ante una brecha dólar/peso, fue favorable para invertir en la industria con la construcción y refacción de viviendas, con aquellos que pintan la casa o la mejoran, pasando por aquellos que construyen una casa en un lote en las afueras de las ciudades. Todo eso traccionó mucho y sigue traccionando la actividad. En cambio, la actividad de la obra privada grande sigue estando más tranquila, tanto de edificios grandes para departamentos como inversión en fábricas.

—¿Por qué cayó la inversión de grandes obras privadas?

—Desde el punto de vista de fábricas, para englobar gran parte de la actividad, con todas estas incertidumbres que hay dando vueltas en el país desde hace un tiempo atrás, la inversión ha bajado sustancialmente, con lo cual no hay nuevas fábricas o grandes ampliaciones. Siempre algo hay, pero en términos generales no está muy demandado el sector. Y, por otro lado, los edificios para departamentos que hacen al mercado inmobiliario, está muy tranquilo porque los inversores, que son gran parte de los que dinamizaban el mercado, se han retirado porque no hay negocio ni para comprar para alquilar o comprar en pozo y revender el día de mañana el producto terminado. No hay mercado, no hay demanda, entonces ese sector está muy tranquilo.

—¿Quiere decir que el nivel de actividad está sostenida fundamentalmente por el sector público y los pequeños ahorristas que construyen sus casas?

—Básicamente son los sectores que están traccionando, pero empiezan a haber señales, luces amarillas, por no decir rojas en algunos casos, frente a la inflación. Todos los aumentos desmedidos de precios complican seriamente la marcha de las obras públicas dado que tienen un sistema de redeterminación de precios que tratan de mantener los contratos en valores reales.

Se construirán nuevos edificios para dos escuelas de Paraná | MPIyS
Según Gustavo Weiss, la obra pública “sigue traccionando fuerte” la actividad.

Inflación

—¿El promedio de aumentos en la construcción sigue la línea del 60% promedio del Indec o es superior?

—Estos años pasados, el aumento de costos de la construcción ha superado bastante al aumento del costo de vida. El año pasado la inflación superó apenas el 50% y en la construcción llegó al 70%. Es decir, el costo de la construcción, cuando está muy demandado, aumenta por encima del costo de vida general.

—¿Cuáles son los rubros donde sienten el impacto del proceso inflacionario?

—En algunos rubros puntuales, los aumentos han sido realmente muy, muy grandes. El asfalto de las obras viales, las piedras, el transporte incluso antes del problema del gasoil… Todo eso aumentó mucho más; en algunos casos trepó el 100%.

—¿Qué sucede hoy con rubros como el acero, que son importados?

—El acero aumentó mucho y más ahora todavía por los problemas que ocasionó la guerra, a lo que se suman los inconvenientes por las importaciones. Gran parte del acero o de elementos de acero son importados, con lo cual arrastra el problema del acceso a las divisas. Cuando uno compra un producto que tiene insumos importados, el proveedor no sabe a qué valor lo va a reponer, entonces se cubre con precios. Las cosas empiezan a tener un precio más relacionado a la incertidumbre y no tanto con la real estructura de costos.

Ventajas del armazón de acero en la construcción | Jn Aceros
El acero ha sido uno de los rubros que más aumentó sus precios por ser mayormente importado.

Dólar

—¿Cómo incide en esta coyuntura el salto del dólar?

—El salto del dólar tiene dos efectos: una positiva y una negativa. La positiva es que aquel que se está construyendo una casa o lo está por hacer y tiene dólares, el salto lo beneficia. Hoy con dólares compra más ladrillos que hace un mes atrás. En cambio, para la actividad en general y sobre todo los grandes proyectos, estas turbulencias del dólar paralizan la actividad. Es decir, si había un grupo de inversores esperando para empezar o cerrar un proyecto, estos aumentos de la divisa paralizan las decisiones, se paraliza la actividad.

—¿Cree que ese freno ya se siente en estos momentos con los inversores?

—Efectivamente. Cada vez que hay un cimbronazo en el dólar dice: “No, pará”. Aquí se usa la famosa frase en inglés “Wait and see”, que significa “Espero y veo”. Esto es lo que ocurre con los cimbronazos financieros.

—¿Qué le piden al Gobierno nacional para sostener el ritmo de actividad y evitar que estas variables frenen la actividad?

—Lamentablemente el problema del dólar excede la construcción. Es un tema de macroeconomía que afecta a todas las industrias en general, el comercio y la gente. Nos excede. La raíz de todos los males no es el dólar, es el peso. La moneda argentina ha dejado de ser un resguardo de valor para transformarse en un papel que nadie quiere tener en el bolsillo. Eso ocurre porque hay un déficit fiscal gigantesco que hace que toda la macroeconomía esté distorsionada. Esto es un tema de alta política. Si bien entre empresarios tenemos posiciones unidas, en definitiva es un problema que la política tendrá que tratar de solucionarlo algún día. Yo ya no sé si me voy a morir en una Argentina con baja inflación. Uno empieza a descreer que eso pueda ocurrir. Parece que la inflación en Argentina, a diferencia de lo que ocurre en otros países, es una enfermedad endémica que nunca la vamos a sacar de encima.

La construcción sigue arriba pero enfrenta precios volátiles y falta de  personal capacitado | Perfil

Cambios

—Los empresarios del sector vienen advirtiendo en este contexto por la falta de personal capacitado, ¿qué proponen para revertir la escasez de mano de obra calificada?

—Nosotros hace tiempo que venimos con problemas de mano de obra calificada. Nos faltan ingenieros, capataces, técnicos, gente con experiencia. Es típico de los momentos en los que hay un pico en el nivel de actividad. No es un tema sencillo, ya que nuestra actividad tiene altos picos de demanda y simultáneamente en las crisis tienen altos picos de caída y eso nos afecta.

—¿Cómo lo explica?

—La construcción reacciona a los ciclos económicos: cuando la economía general crece 3%, nosotros crecemos 10%; pero cuando decrece 3%, nosotros también decrecemos un 10%. Estos grandes saltos hacen que en las épocas malas mucha gente más capacitada empiece a dedicarse a otras cosas y después es difícil que vuelvan al sector. Por otro lado, tenemos problemas con las escuelas técnicas y con las universidades porque los chicos no siguen las carreras de ingeniería civil que necesitamos, por lo tanto se generan muy pocos ingenieros a lo largo del año. Tenemos 140 becas dadas en distintas universidades del país para fomentar el estudio, pero son muy pocas. Hay un problema de generación de nuevos profesionales y los viejos se van a otras actividades.

—¿Hay una puja entre empresas por quedarse con los talentos?

—Sí, pero entre empresas tratamos de mantener el “Fair play”, de no robarnos entre nosotros. Pero inevitablemente hay traspaso de gente de un lado a otro, no solamente por temas salariales, sino también por otros motivos, como pueden ser geográficos, que hacen a la rotación del personal.

—¿Qué análisis realiza del impulso de los distintos sistemas constructivos frente al tradicional en este escenario? ¿Se vuelve a elegir el ladrillo? —En volumen en todo el país, el ladrillo tradicional sigue siendo demandado por el sólo hecho de que hay más fábricas de ladrillos y por un tema de costumbre. De cualquier forma, empiezan a haber alternativas que poco a poco se van imponiendo y son superadoras, con mejor coeficiente térmico. El ladrillo es algo ya antiguo, aunque sí sigue demandando fuertemente.