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Ganadería: cada vez preocupa más la resistencia a productos garrapaticidas

La aparición de tropas infestadas en el departamento Victoria encendió luces de alerta en el Senasa y la Fucofa. Se recomendó a los productores el riguroso cumplimiento, en tiempo y forma, de los tratamientos. Alternar los principios activos es clave. Danilo Lima

La aparición de tres focos de garrapata en el departamento Victoria (Laguna del Pescado, Doll y Pajonal) hizo levantar la guardia a los organismos encargados de la lucha contra el ectoparásito –el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y la Fundación de Lucha contra la Fiebre Aftosa (Fucofa)–, al tiempo que puso nuevamente en agenda un problema que se viene acentuando de a poco: la resistencia a los productos garrapaticidas.

Tras la detección de tropas infestadas en campos victorienses, integrantes del Senasa y la Fucofa mantuvieron una reunión con productores para analizar el tema y debatir cuestiones técnicas de aplicación de productos, las medidas de control en relación a los movimientos de animales, los casos reportados y atendidos en la zona afectada y la estrategia sanitaria para la atención de focos de garrapata.

Integrantes de Senasa y Fucofa se reunieron con productores de Victoria para analizar el tema garrapata.

“El control y erradicación de los focos de garrapata causará un beneficio económico directo para el productor y para la ganadería de la provincia teniendo en cuenta que la enfermedad parasitaria tiene un impacto negativo directo sobre su desarrollo; esto ocurre en forma directa por las pérdidas que produce como enfermedad y por la transmisión de hemoparásitos que causan la babesiosis y anaplasmosis y, en forma indirecta, por los gastos que implica el control de la parasitosis y el manejo sobre los establecimientos afectados”, sostuvo Cristian Gómez, coordinador de Sanidad Animal del Centro Regional Entre Ríos del Senasa, tras el encuentro.

Pajonal, el foco más complicado.

De los tres focos, el de Pajonal es el más complicado dado que se trata de “una zona de campos bajos, superficies más amplias, sin alambrados permanentes –solamente boyeros– por lo que los tratamientos se hacen más complicados”, explicó Claudio Álvarez Daneri, el presidente de la Fucofa.

En el lugar hay “hacienda mezclada y surgen algunos problemas” adicionales, remarcó Gabriel Simonato, responsable del Programa Garrapata de la entidad, quien, además, precisó que los campos de Doll y Laguna del Pescado “van a estar relevados de tratamientos”, no así el de Pajonal que “llevará, más o menos, uno año limpiarlo”.

Álvarez Daneri y Simonato, asimismo, remarcaron que durante la reunión con los productores hubo una exhortación y un llamado a la responsabilidad para que se extremen los cuidados cuando llega a esos campos hacienda de otra zona. También se los instó a hacer los tratamientos con alternancia de los productos, para evitar resistencias y mejorar los controles.

Resistencia.

A propósito, la aparición de resistencia a los principios activos de los productos garrapaticidas es un tema no menor que causa preocupación entre productores, veterinarios e integrantes de los organismos vinculados con la sanidad animal.

“La resistencia a los productos es cada vez más fuerte y es uno de los problemas en el que nosotros hacemos mucho hincapié para tratar de que Entre Ríos se mantenga indemne, porque provincias linderas, Corrientes concretamente, son endémicas y tienen más problemas de resistencia que complican los tratamientos”, enfatizó Álvarez Daneri.

Simonato, en este sentido, comentó que en Brasil “el 48% de las muestras de garrapata tiene resistencias, en forma simultánea o alternada, a cinco principios activos de los seis que existen”, mientras en Uruguay es el 28%, lo que dificulta el trabajo. “Nosotros no debemos llegar a ese nivel pero tenemos que estar atentos”, advirtió.

Líneas de acción.

Ante estos riesgos, desde el Senasa recomendaron el riguroso cumplimiento, en tiempo y forma, del programa de tratamientos preacordado, entre las autoridades sanitarias y el productor o titular del establecimiento. Para esto, es necesario contar con instalaciones adecuadas, por lo que es necesario realizar mejoras en las existentes islas, teniendo en cuenta la situación por la que atraviesa el departamento Victoria ante la bajante del río Paraná.

El presidente de la Fucofa, por su parte, resaltó que “nosotros instamos a realizar los tratamientos con los intervalos que corresponden a cada producto” y “recomendamos no usar siempre el mismo garrapaticida sino ir alternándolo –no hacer más de dos tratamientos seguidos con el mismo producto–”. Otra cuestión fundamental, alertó, es tratar toda la hacienda porque “de nada sirve que tratemos un porcentaje de los animales y el resto no, hay que tratar a todo el rodeo”.

– ¿La aparición de estos focos es un retroceso en la lucha contra la garrapata en la provincia, o, por el contrario, no hay que preocuparse tanto?

– Siempre hay que preocuparse porque un foco es un problema, tanto desde el punto de vista sanitario, principalmente, como desde lo económico y lo comercial. Y cuando las cosas se hacen bien, y los productores actúan responsablemente, en menos de un año el foco desaparece.

¿Qué efectos produce la garrapata?

La garrapata por su acción hematófaga (se alimenta de sangre) produce debilitamiento, pérdidas de peso y menor fertilidad –se sabe que animales con infestaciones medias a altas pueden perder entre 40 y 50 litros de sangre y entre 40 y 60 kilos de peso por cabeza y por año–, o mortandades derivadas de las enfermedades que forman el “Complejo Tristeza del Bovino”.

Este ectoparásito no ocasiona pérdidas de mercados internacionales, como sí puede ocurrir con la enfermedad de la fiebre aftosa, pero tiene un impacto económico importante en la producción.

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