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Entre Ríos paga en agosto U$S 65 millones de la deuda y posterga su renegociación

Uriel Brupbacher, segundo en el Ministerio de Hacienda, detalló el esquema financiero que deben afrontar en tiempos complejos. Advirtió por la fuerte caída de ingresos, aunque confía en que el piso ya se tocó y las cuentas tenderán al equilibrio. Explicó cómo hacen para pagar sueldos a término. Nahuel Amore

Entre Ríos cancelará en agosto el segundo vencimiento del año de la deuda en dólares que la administración de Rogelio Frigerio heredó de Gustavo Bordet. Son 65 millones de dólares que debe desembolsar la Provincia para honrar su compromiso externo, tras el pago que se efectuó en febrero.

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Uriel Brupbacher, secretario de Presupuesto y Finanzas de Entre Ríos, confirmó a DOS FLORINES que el pago se hará efectivo, para lo cual tendrán un período de compra de dólares oficiales. De esa manera, el Gobierno deja de lado en esta coyuntura la opción de reestructurar la deuda como se deslizó en el inicio de la gestión.

Está hecha la reserva para el pago y empezamos la semana del 29 de julio a hacer la compra de los dólares. El Banco Central nos autoriza a comprar el 20% del total por día, por lo cual en cinco días estaremos realizando la compra para saldar los 65 millones de dólares”, contó el funcionario, quien en entrevista con DOS FLORINES detalló la ingeniería financiera que deben sostener.

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Para pagar este vencimiento de deuda en moneda estadounidense, el Gobierno de Entre Ríos usará parte de los créditos en pesos que viene usando para apalancarse en este y otros temas clave de la administración pública, en medio de un déficit financiero que se agravó con la recesión en el país.

“El dinero es fungible y al ser una única caja, lo vamos trabajando. No es que tomamos una deuda para esto o aquello, sino que nos manejamos con todas las herramientas que nos dé el mercado. Algunas son para financiar obra pública. Estamos trabajando con algunos préstamos de Banco Nación y todo lo que el mercado ofrezca a buenas tasas”, explicó.

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Según Brupbacher, la renegociación de este compromiso con acreedores externos se dará “cuando la macro mejore y el posicionamiento del país en los mercados internacionales tenga otra perspectiva”. “Hoy con tasas altas, con los soberanos que no tienen buenos rendimientos, un riesgo país alto, es difícil sentarse a negociar con mejores cláusulas que las que tenés”, admitió.

En otras palabras, las variables macro que dependen de la gestión de Javier Milei están en peores condiciones a las previstas, por lo cual es más conveniente honrar el acuerdo vigente. “Sentarse a negociar con peores cláusulas no tiene sentido. Es preferible hacer el esfuerzo, pagar y por lo menos evaluar en febrero qué es lo que el mercado acepta”, sostuvo el número dos del Ministerio de Hacienda y Finanzas que lidera Julio Panceri.

Frente a este escenario, argumentó: “Vamos atados fundamentalmente al éxito de la Nación. Los bonos nuestros están siempre por debajo del soberano. Cuando Nación logre mejores tasas, podemos acoplarnos detrás de ellos y empezar a charlar en otros términos. Hoy no tiene sentido porque estaríamos renegociando deuda a peores condiciones”.

Emisión de Letras ER 2024

Los números todavía no cierran en cero. Las finanzas de Entre Ríos son deficitarias y es por ello que la búsqueda de financiamiento es constante para cubrir distintos frentes, aunque aún dista de ser alarmante. De todas maneras, ante eventualidades que puede imponer el escenario incierto del país, se creó el Programa de Letras ER 2024.

En relación a este decreto, argumentó: “Venimos trabajando en varias herramientas financieras. Desde la simple toma de los adelantos transitorios del agente financiero hasta esta herramienta que es la emisión de Letras. Pero esta emisión es solamente un esquema que tenemos armado por las dudas. Hoy no están dadas las condiciones del mercado”.

Asimismo, aclaró: “Han salido varias provincias a colocar Letras y sinceramente con muy poco éxito. No son atractivos para el mercado. No tiene sentido que salgamos, pero sí hay que tenerlas por las dudas. Ante la situación compleja del país no podemos ser ajenos; el desacople financiero puede venir en cualquier momento, entonces tenés que tenerlas. Pero no es para utilizarlas”.

Consultado al respecto, reconoció que es un posible auxilio, pero aclaró que “sólo si se necesita”. “Si lo necesitás de un día para otro, con nuestra burocracia te lleva a hacer un decreto, que lo firme el gobernador y se nos puede ir una semana. Por ello, tenemos la herramienta por las dudas, sin fecha de utilización”, agregó.

Sueldos a término, descalce financiero

Brupbacher reconoció que los ingresos públicos siguen descalzados de las principales erogaciones que deben afrontar los primeros días del mes debido a la incidencia de la masa salarial en la estructura de gastos. Para ello, confirmó que se recurre a deuda de corto plazo que genera un costo financiero importante a la caja provincial.

Generalmente los ingresos de la Provincia están en la segunda quincena del mes, cuando vencen la mayoría de los impuestos nacionales y provinciales. En un momento pedimos para los tres últimos tramos –del cronograma de pagos– y ahora nos manejamos con el último tramo y en algunos casos se pidió para los dos últimos tramos”, destacó.

Sobre este tema, advirtió por el precio que paga el Estado para abonar los sueldos a término. “Lo utilizamos como herramienta de financiamiento de corto, que no deja de ser un gasto para la Provincia. En la paritaria siempre lo manifiesto, porque parece que no tiene costo pagar los sueldos los primeros días. En el año vamos gastando 1.380 millones de pesos en intereses por esos adelantos”, puntualizó a DOS FLORINES.

En esa misma línea, valoró el esfuerzo: “Una cosa es tener el cronograma de pagos y estirarlo en diez días, que quizá se llega a pagar con la recaudación o lo que ingresa de coparticipación, pero para no afectar a quienes tienen que pagar el alquiler o le vence la tarjeta de crédito, lo calzamos en seis días y tiene su costo”.

Para el funcionario, es difícil proyectar cuándo se terminarán de calzar los ingresos y gastos del país por un problema aún más grave: “Se está desplomando más que la recaudación propia, la coparticipación en hasta un 20%. Es muy difícil proyectar porque va atado a la recaudación nacional. Sabemos que la economía no ha arrancado, que sigue muy compleja. Estamos cerca de alcanzar el equilibrio, pero esto puede variar, por lo cual no lo puedo asegurar”, sostuvo.

Finalmente, consultado por el alivio que podría traer Ganancias, evaluó: “En la medida que se estabilicen los impuestos al consumo, como IVA e Ingresos Brutos, mejoraría porque es un ingreso extra el que tenemos proyectado. Pero se ha desplomado la actividad económica, lo cual hace que caigan los ingresos de coparticipación, sobre todo por IVA, y se nota”.

Turbulencias de la gestión

—¿Cómo evaluaría la primera etapa de la gestión en materia financiera?

—La situación era compleja porque levantábamos una baldosa y encontrábamos alguna orden de pago o certificado que no estaba contemplado en el pasivo. Eso hizo el desorden del principio de no saber cuánto debíamos. Al no tenerlo claro, es difícil programar el pago y sentarse a charlar fundamentalmente con los contratistas. Los gastos de funcionamiento se ordenaron rápido, pero nos llevó un montón de tiempo ordenar la obra pública. Había licitaciones hechas con adelantos transitorios, pero obras que en el tiempo no se iban a poder cumplir por cómo estaban planteadas.

—Eso implicó un freno fuerte de las obras. ¿Qué criterio primó en ese orden?

—Llegamos a esta situación luego de regularizar con convenios con los contratistas y préstamos que se hicieron con el agente financiero. Con la mayoría acordamos una curva de inversión bastante chata, pero pagable en el tiempo. Ya sabemos cuánto dinero desembolsar mes a mes. Después obviamente tenés la variable de la recaudación y coparticipación porque depende de cuánto ponga el contribuyente en los impuestos. Pero por lo menos quedó calzado cuánto gastar aproximadamente. Esa situación cambió en los primeros seis meses. El desorden de pagos que había al inicio hoy lo tenemos ordenado y con proyecciones y curva de inversión y gastos medianamente manejables.

—¿Creen que es previsible en este contexto?

—Sí, es previsible en este semestre y nos provoca algún ahorro. Si en esta curva de inversión chata tenemos previsto invertir tanto por mes, no estamos pagando intereses sin sentido. Tenemos previsto ir cumpliendo en tiempo y forma con lo que se va certificando. Eso te da previsibilidad y tranquilidad de ir definiendo el ritmo de obras. En ese sentido, estamos mucho más ordenados.

—¿Lo peor ya pasó?

—La turbulencia hoy nos la está generando la coparticipación. Es casi el 70% de los ingresos de la Provincia y es una variable que viene cayendo un 25% el mes pasado y un 20% este mes. Entendemos que estamos cerca del piso y no tendríamos que ir para abajo, pero son variables que no manejamos. Somos cautos. Por eso también las curvas de inversión son hasta lastimosas porque son muy chatas, de muy poca inversión. Preferimos eso y aprovechar si se genera un colchón. Es mucho más fácil decirle a una empresa, con cursas de inversión baja, que paren 15 días y retomamos luego y no llegar a un cuello de botella sin pagar y neutralizar las obras por meses como sucedió. Eso es mucho más costoso para las empresas y genera gastos improductivos más altos. Vamos soltando dinero a medida que va entrando.

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