El economista dijo que existe una “convertibilidad móvil”, con dólar fortalecido y tasas altas, que permite hacer negocios a sectores exportadores y quienes realicen inversiones financieras en pesos y dólares. Nahuel Amore
Salvador Di Stefano llegó a Paraná en el marco de la Jornada Mercado de Capitales que organizó la firma Leiva Hermanos este miércoles en el Hotel Howard Johnson Mayorazgo. En ese marco, analizó el escenario recesivo que vive el país, aunque aseguró que “hay oasis en el desierto”. En otras palabras, siempre alguien sale fortalecido de la crisis.
Para el economista, la Argentina está ante un nuevo fenómeno económico que definió como de “convertibilidad móvil”, donde se conjuga la política de cero déficit fiscal primario y cero emisión monetaria con bandas de flotación del dólar actualizadas mensualmente en el orden del 3%. Esa ecuación permite anticipar, sin cambios mediante, por dónde andará el tipo de cambio a fin de año.
En este contexto, con una base monetaria estará congelada y la puesta en marcha de la estrategia del Banco Central de licitar Letras de Liquidez (Leliq) para absorber pesos a una tasa al 70% y control del dólar, Di Stefano remarcó que entramos en una etapa de “adelgazar gastos”. “La economía va a ser más pobre”, sostuvo.
En esta línea, indicó que estamos ante una “recesión manifiesta”, por lo cual “los próximos seis meses son un desierto”. Sin embargo, acotó que en ese contexto hay oasis que permitirán hacer negocios. Fundamentalmente, estarán dados por la sostenida suba de tasas y un dólar fortalecido “por mucho tiempo” en torno a los 41 pesos que recupera la competitividad de 2005 y 2009.
Dentro de los sectores que saldrán beneficiados con este esquema apuntó a las exportaciones y las inversiones financieras, sobre todo en pesos. “Nos va a ir muy bien a las economías regionales”, auguró por un lado. Incluso, dijo que esto hará que el interior crezca más que Capital Federal y que las ventas al exterior serán la salida de de la crisis.
Respecto de la economía, aseguró que se dará un escenario que califica como “bola de cristal”, donde permanece cierta cuota de incertidumbre. Cuestionó la imposibilidad de realizar pronósticos, aunque sí se atrevió a afirmar que la actividad sigue en caída, con “dos cosechas y una ilusión” que harán posible en 2019 y 2020 haya signos de recuperación. Respecto de la ilusión, dijo que se trata de términos políticos, donde se arriesgó a decir que el próximo presidente es mujer pero no Cristina.
Ante esta situación, planteó que será oportuno para realizar inversiones en acciones exportadoras o vinculadas a los bancos y las petroleras. También consideró que son atractivos los bonos en dólares y los bonos en pesos ajustados por inflación por las altas tasas de interés que, según estima, se mantendrán en el 60% a fin de año. Incluso, ante una “inflación reprimida”, dijo que es recomendado comprar cosas al contado.
DATOS
– 47% de inflación estima para 2018
– 35% de inflación “residual” para 2019