El campo y la industria votaron con un ojo puesto en el 2023
21/11/2021

La contundencia del voto opositor en la provincia deja mucha tela para cortar, especialmente por los sutiles cambios que se advierten. Menos dogmáticos e ideológicos, más libres e informados, sin interpelar a Bordet o las gestiones municipales, en silencio y sin tensiones electorales. El rol de los medios y las nuevas tecnologías en un electorado que quizá, inauguró una nueva era en cuanto a los estímulos del sufragio. Gustavo Sánchez Romero / Especial para Análisis
“Fue un acierto iniciar la campaña haciendo eje en lo nacional y apuntando a Cristina, tratando de polarizar y conectando con las impresiones más básicas y sensibles de la gente durante la pandemia. Con los resultados de las PASO en la mano y viendo que la imagen de Rogelio había crecido mucho y que en todos los departamentos hubo un aluvión, fueron los propios entrerrianos quienes nos empezaron a imponer una agenda provincial con temas como los impuestos, los caminos, el costo de la electricidad y temas cotidianos vinculados la seguridad y el futuro de los jóvenes. Además coincidió que se dio el juicio contra Urribarri y también nos demandaban temas vinculados a la corrupción. Rogelio tuvo la capacidad de conectar con estas demandas comunes, y si miramos cómo empezó la campaña todavía en pandemia y cómo la termina hoy vemos que Frigerio tuvo un gran crecimiento en su propio perfil de candidato que redundó en las urnas”.

Así sintetiza, off the record, un hombre que transitó junto al ahora diputado nacional y hombre fuerte de la provincia el particular, el sorpresivo e innovador proceso que terminó con un rotundo triunfo en 16 departamentos entrerrianos, constituyendo una de las fórmulas que ganaron con una diferencia más holgada en todo el país.
El think thank del ex ministro del Interior de Macri no es tan holgado. Se trata de un puñado de unos 20 técnicos, dirigentes y asesores –entrerrianos y porteños- que se fueron integrando a medida que el tiempo sacaba a la sociedad del letargo infinito que impuso el virus.

Así se fue puliendo la imagen de un hombre que, según dice, apeló al sentido común que le reclamaba al gente en las recorridas y que, fundamentalmente, aprovechó su alto nivel de conocimiento en la provincia y articuló los acuerdos políticos para comprometer a todos dentro Juntos por Entre Ríos, la alianza que sostiene con la UCR.
Claramente fue una elección de medio término en todas sus expresiones y, como no podía ser de otra manera, les cabe las de la ley a la hora del análisis.

Sin embargo, no sólo en la extensión territorial y la contundencia, especialmente en ciudades clave para el peronismo, se pueden encontrar indicadores que definen algunos cambios conceptuales y culturales, propios de un espíritu de época que se encuentra en transición.
Es cierto que en las provincias con un esqueleto articulado desde la agroindustria y las economías regionales se puede advertir una directriz clara acerca de la resultante. Córdoba, Santa Fe, La Pampa, Corrientes y el interior bonaerense, expresaron comportamientos similares.
No es raro, entonces, que Entre Ríos no le vaya ido en saga. Lo distintivo es aquí el campo y la industria votaron por el desarrollista.
Sin embargo, lo más rico de una mirada quizá circule por los canales subterfugios, no tan visibles y palmarios, que encienden un cambio cultural en una provincia personalizando el voto, alejándose de paradigmas ideológicos y viviendo con más naturalidad el tan ramplón como complejo acto de elegir autoridades democráticas.

Territorios.
En una recorrida por referentes de distintos sectores de la actividad económica, en general, hay una coincidencia en todas las opiniones que hay “un hartazgo” de un modo de gobernar; que primó una nueva “forma de demandar a la política en general”; que fue un “voto más personal, sin presiones y no tan ideológico”, pero especialmente que se advirtió una necesidad que fue más allá del necesario equilibrio parlamentario que algún sector puede buscar al hora de consolidar su elección. Se trató, para muchos, de votar pensando en la expectativa de “proyectar una fuerza que se instale de cara al 2023 con posibilidades”, expresaron, más o menos y con matices, todos los consultados.
Con esto, dirigentes, protagonistas y líderes de la provincia proponen mirar la base de seriedad del electorado entrerriano el domingo, e ir más allá de lo que aparece a la luz del día. Es decir que si bien puede aparece como un voto protesta o reactivo a los errores del gobierno nacional o provincial, en rigor -aseguran quienes conocen tanto por diablos y pero también por viejos el corazón del interior profundo- “los industriales y los productores vieron la posibilidad de plantear un cambio real, y lo van perfilando para la gobernación”.
Al menos así lo expresó el titular de una industria muy fuerte en Entre Ríos. Ese mismo empresario reflexionó en primera persona: “Hemos encontrado un candidato racional, sereno, con un discurso de apertura y desarrollo y como si fuera poco no tiene prontuario. Tiene que aparecer un verdadero cisne negro para que en el futuro esta tendencia se modifique porque el sector privado necesita un cambio significativo para cambiar el rumbo”.
En este sentido, un hombre con incidencia en las instituciones empresarias de la provincia le dio una vuelta política a su análisis pero en la misma dirección.
“Me da la sensación que le vino muy bien las PASO a Frigerio porque le dio visibilidad provincial y permitió mostrarlo como un candidato que no tiene compromisos con Macri, con el Peronismo y propone proyecto hacia adelante. Es notable que haya ganado del modo que lo hizo. Hay muchas ciudades como Victoria o Diamante, donde no hay tantas industrias y el sector público tiene mucha incidencia, donde la diferencia fue profunda. Creo que haber superado esta interna también lo legitima con el Radicalismo”, describió ante la consulta de Análisis.
Claramente fue una elección anodina, sosa, sin la fricción de otras oportunidades, especialmente luego de las PASO.
En Entre Ríos no hubo una interpelación a la gestión de Bordet –que de hecho tiene mejor imagen positiva que la diferencia que le sacó Frigerio- e incluso hubo ciudades donde se les reconoce al intendente buenas gestiones como en Concepción del Uruguay, Gualeguaychú o Paraná. Pero aun así las diferencias fueron abismales.
No hubo grandes ejes de debate que pudieran influir en el voto. Ni obra pública, ni corrupción, ni seguridad o pobreza. Todo indica que se trata de un cambio en el espíritu de época que amerita un análisis más profundo para interpretarla.
El mundo de las cooperativas y mutuales, muchas vinculadas al campo, también votaron por un cambio en la provincia, aunque esto es conocido por el peronismo que no puede entrar cada vez que el calendario propone una fecha electoral.
Un referente ineludible del sector rural ve en la gestión de Bordet algún dejo de responsabilidad en el resultado. “Es claro que hubo falta de diálogo y en el campo siempre vimos cierta tibieza en la gestión provincial, sin un horizonte claro. Por eso creo que no sólo se votó pensando en los legisladores sino que se quiere un gobierno más firme para 2023. Yo no sé hoy si Frigerio representa lo que el campo necesita, pero ante el hartazgo a una forma de gobernar, él está abriendo el juego y es lo que necesitamos. De allí que a muchos radicales de paladar negro no les guste como candidato. Es cierto que es un voto más descontracturado, sin tanta bajada de línea, pero también hay que mirar lo que pasó en todas las provincias agropecuarias para ver que hay un mensaje más amplio”, definió el dirigente.

Oscilaciones.
Es cierto que poco se habló de Bordet y de Bahillo en la campaña de Juntos por Entre Ríos. Quizá el foco estuvo más puesto en frenar el “avasallamiento kirchnerista”, y encontrar una salida al “atraso que tiene Entre Ríos”.
Consultado acerca de su visión acerca de la provincia, el cercano asesor de Rogelio Frigerio opera como su exégeta y lo define: “Él tiene el chip desarrollista, está en su naturaleza. Quiere poner a la provincia en otra dimensión, en una senda parecida a la de Santa Fe y Córdoba y no se explica cómo llegamos a este punto de atraso. Él habla de desarrollar puertos, potenciar las rutas, las obras de infraestructura, no tenemos riego, ve un atraso increíble, si hay algo que lo desvela es cómo puede poner a la provincia de pie”, describió.
Frigerio “pegó buena onda” con el campo. Uno alto dirigente de proyección nacional aseguró que “Rogelio es un tipo que dentro de todo no está tan mal visto y con nosotros fue claro en las reuniones que tuvimos. Después hay que verlo en la cancha, pero por ahora habla de la Ley Mochila y otros aspectos que nos ponen en sintonía”, destacó.
Por otro lado, y exceptuando un inocultable desencuentro con el apellido Etchevehere, Gustavo Bordet no ha tenido una relación esquiva con los sectores productivos. Más o menos lubricada, supo encontrar a través de su espada en el Ministerio de Producción, canales para establecer ámbitos, aunque del otro lado del mostrador entienden que no fueron muy productivos.
Esto lo reflejó el martes, en una entrevista pública, el presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos, Leandro Garciandía, quien aseguró que “el Gobierno deberá evaluar profundamente” los motivos de semejante manifestación popular en las urnas, en tanto que aseguró que si bien trabajaron mancomunadamente con el gobernador, “hubiésemos preferido que le imprima un poco más de velocidad a las políticas”.
Un colega suyo de la comisión directiva de la UIER fue un poco más allá y dijo que se discutió puertas adentro cómo posicionarnos públicamente porque “me parece que fuimos bastante contemplativos” todo este tiempo.
Los empresarios, industriales y productores se muestran con expectativas más mundanas con respecto a los dos años que restan de la actual gestión, y tienen ya un ojo puesto en 2023.
No hubo euforia ni festejos desmedidos, a pesar de lo rotundo de los guarismos. Rogelio Frigerio se consolidó en el vector político de un escenario novedoso donde hubo cambios en la forma en que sociedad se paró frente a la elección y frente a la política.
El peronismo deberá encontrar la forma de absorber el impacto, reconvertir su discurso y encontrar candidatos más afines a la sensibilidad de la epidermis popular. Todo dependerá, en gran modo, de cómo se redefina el escenario nacional, especialmente dónde encontrará el presidente Alberto Fernández la plataforma de su gobernabilidad, y qué hará Cristina Fernández con su futuro y cómo impactará esto en los distintos territorios en general y en Entre Ríos en particular. Lo que sí parece bastante visible es que el eje Concordia-Paraná como garantía de gobierno entró en crisis terminal.
Hoy todos miran a Frigerio y lo ven con gran potencial: Haz recorrido un largo camino muchacho.

Los cambios propios y los modos de un rockstar
Según sus propios soldados, Rogelio Frigerio encontró la fórmula que lo llevó al éxito a partir de entender cómo “cambió la percepción del entrerriano sobre la política de lo que había sido hasta ahora. El uso de la tecnología y la libertad con que se mueve la gente más informada, con más conocimiento, eso lo hace más libre. Rogelio advirtió esto. Hoy se ven cambios radicales, y había lugares donde ni siquiera podías fiscalizar como en Concordia y hoy los resultados son elocuentes, donde ganamos por 21 puntos. Los taparon con plata, la publicidad fue abrumadora, y sin embargo la gente hizo lo que quiso. En aquellas ciudades con gran preeminencia del Estado es donde Rogelio hizo mejor elección. Ese es el cambio fundamental”, describe la fuente que ayuda a este cronista a interpretar el proceso.
El equipo que acompaña al candidato desde Entre Ríos asegura –en coincidencia con muchos consultados- que nunca “se vio un nivel de hartazgo de una forma de hacer política como actualmente”. Sin embargo, prescriben que la democratización de la comunidad hizo evolucionar a la política.
En este marco, entienden que el propio Frigerio debió iniciar un proceso de adaptación y reconocimiento de sí mismo para encarar su experiencia electoral que, al menos por ahora, resultó exitosa.
“Desde que comenzamos a caminar para las PASO, sin los chicos en las escuelas, todavía con barbijo y con el turismo muerto que nos golpeó a todo, el crecimiento de Frigerio fue notable. Parece frío, desalmado, pero tiene una conexión increíble con la gente. A veces parece un rockstar al que hay que sacarle la gente de encima. Es increíble, mirado desde Entre Ríos, la fortaleza que te dan los medios nacionales”, expresa el asesor que describe el proceso.
Dice la fuente que ayudó mucho al crecimiento de su imagen la poca relevancia que tiene la gestión de Bordet en la provincia, aunque la suya es alta. “La gente venía y le hablaba de la droga, de sus hijos sin futuro, del narcomenudeo y de cómo en los pueblos del interior los narcos se hacían una panzada. Como que el gobierno no lo ve, no los escucha y no da respuesta. Fue un apoyo mostrarse con Roncaglia (Néstor) que es un hombre de Entre Ríos, con experiencia y que da una imagen de seguridad”, entiende.
En una entrevista radial concedida al periodista Antonio Tardelli, en FM Litoral, este martes, se le consultó acerca de cómo había articulado su discurso para llegar a lo que el entrerriano esperaba escuchar.
-“El kirchnerismo les decía que vamos a la vida que queremos vivir y los argentinos y los entrerrianos les dijeron que no era esa la vida que aspiraban. Querían un gobierno que luche contra la inseguridad, contra las drogas, que sea transparente, que rinda cuentas. Eso fue lo que le dijeron las urnas. Yo no sé cuál fue el secreto. Yo siento un enorme agradecimiento por el cariño que he recibido en la provincia. Que la gente pasándola tan mal tenga esa confianza en que se puede apostar a otra cosa, que no debemos vivir más de esta manera, me conmueve. Yo propuse lo que la gente estaba pidiendo: que priorice el sentido común más que las ideologías o los intereses de los partidos políticos. Seguramente arraigué mucho en ese sentimiento”, sentenció.
Fuente: www.analisisdigital.com.ar