Según un informe de la consultora First Capital Group crece la morosidad y el rechazo de cheques por falta de fondos.
Las devaluaciones de la moneda en el último tiempo, las subas de tasas de interés, el incremento de los precios, y la caída del consumo, sumaron incertidumbre y presión sobre la cadena de pagos. Las deudas dentro del sector privado se incrementaron a niveles de 2010. La morosidad se incrementó en todos los segmentos. Finalizado el primer semestre de 2018, la morosidad en el segmento de financiaciones a las familias se incrementó en el orden del 10% interanual. Mientras que rechazo de cheques por falta de fondos se incrementó en el orden del 45% interanual
Las deudas del sector privado (con más de 90 días de atraso – cartera irregular) en el sistema financiero argentino se incrementaron un 2,1% en el primer semestre de 2018. Este nivel de morosidad NO se veía desde el año 2010. Aun así, el ratio de irregularidad se mantiene relativamente estable y en línea con el promedio de los últimos 10 años.
Cuando se segrega la morosidad por grupos de entidades financieras, se observa que desde finales del año 2017, tanto en bancos públicos como privados, la mora se incrementó levemente, mientras que el deterioro de la cartera se evidenció más para las entidades financieras no bancarias que pasaron de una irregularidad de 4,2% a 4,8% de las financiaciones totales, menor que los niveles observados en 2015 pero mayor que los niveles de 2016, que traían aparejados devaluación de 60%, inflación de 40%, caída de salarios reales y recesión económica en 1,8% del PBI.
En las entidades financieras, se incrementó la irregularidad y la incobrabilidad sobre sus carteras de créditos, evidenciándose mayor deterioro para las entidades financieras no bancarias. Si analizamos las pérdidas por incobrabilidad, medidas sobre la cartera de activos, se observa el mismo comportamiento en la evolución del índice. En el caso de las entidades privadas, el ratio se elevó al cabo del primer semestre de 2018 a 1,2%, pero aún en línea con el promedio histórico. Sin embargo, en el caso de las entidades financieras no bancarias el desempeño fue dispar ya que el incremento fue más significativo, la incobrabilidad continúa creciendo desde 2011, ubicándose en niveles actuales del 4% y con perspectivas de continuar con esta tendencia alcista. (Ver Gráfico)
“Si bien los indicadores que tratan de aproximar la probabilidad de impago muestran comportamientos consistentes con un contexto de riesgo de crédito acotado, en términos interanuales, la probabilidad que mide el banco central que un deudor migre de una situación crediticia a otra peor registró un incremento leve en el primer semestre de 2018”, explicó Cristian Traut, Analista de FIRST CAPITAL GROUP.
Familias.
Si analizamos la calidad de cartera en las familias –dicen desde la consultora-, con cierta tendencia ascendente desde 2016, sigue superando al sector corporativo. Respecto a los hogares, se observa mayor endeudamiento y una mayor carga financiera que incrementó la morosidad principalmente en las líneas de financiamiento al consumo pero no se trasladó a los préstamos hipotecarios.
Finalizado el primer semestre de 2018, la irregularidad en el segmento de créditos comerciales se mantuvo en línea con el registro de un año atrás, mientras que el coeficiente que mide la morosidad en el segmento de financiaciones a las familias se incrementó en 0,3%, lo que indica un deterioro del indicador en el orden del 10% interanual.
Medido sobre las financiaciones totales otorgadas a cada segmento, el ratio se ubicó al finalizar el primer semestre 2018 en 3,4% para el segmento de consumo y vivienda y 1,1% para el segmento comercial.
En el segmento de créditos a los hogares, por un lado, se observa un mayor endeudamiento de las familias y esto se traslada en una mayor carga financiera por los servicios de deuda en sus niveles máximos desde 2008.
“En este contexto, se observa un incremento de la morosidad en las familias impulsados principalmente por las líneas de financiamiento al consumo (tarjetas de crédito y personales), mientras que se registró una disminución en el ratio de irregularidad de los préstamos hipotecarios”, explicó Cristian Traut, analista de FIRST CAPITAL GROUP.
Cheques Rechazados.
En el segmento de las empresas, principalmente en las pequeñas y medianas se evidencia un mayor estrés sobre los flujos de caja y las cadenas de pago, con aceleración de cheques rechazados a partir del segundo trimestre.
Cuando se analizan los instrumentos de pagos utilizados por las empresas en la economía, los cheques compensados continúan perdiendo peso gradualmente con el incremento de los medios electrónicos (transferencias inmediatas, banca electrónica y mobile). En términos del PIB, en los últimos 6 años los cheques compensados en cámara redujeron su participación 12% del PBI hasta totalizar 33,3%.
El rechazo de cheques por falta de fondos en relación al total compensado se incrementó en el primer semestre de 2018 medidos en términos reales, es decir, descontando el efecto de la inflación. Medidos en cantidad, se produjo un aumento interanual de 45%, representando el 1,6% de los cheques compensados. Mientras que si se los mide en valores operados, el aumento de los cheques rechazados asciende a 70%, ubicándose en 1,2% del total de cheques compensados en cámara.
“Los problemas del contexto macroeconómico empiezan a vislumbrarse y las perspectivas de menor actividad, mayor incremento de precios y menor poder de compra de los consumidores, sumado a las ventas minoristas con tendencia bajista, aumentarán la presión en el segundo semestre del año, restará monitorear cómo se trasladará al deterioro de la cartera crediticia y la cadena de pagos”, finalizó Traut.