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Caen las exportaciones, las importaciones crecen más de 35% y hubo déficit comercial por tercer mes consecutivo

Las exportaciones se contrajeron 6,9%, algo que no sucedía desde marzo de 2019 -excluyendo 2020, en plena pandemia- mientras que las importaciones no aflojan. En septiembre, los números serían mejores por el dólar soja, pero el efecto sería transitorio. El Economista

Con importaciones y exportaciones que alcanzaron los US$ 7.837 millones y US$ 7.537 millones respectivamente, el saldo comercial volvió a ser deficitario en agosto -tercer mes consecutivo- y mostró un notable deterioro en términos interanuales.

Las exportaciones, en valor, se contrajeron 6,9%, algo que no sucedía desde marzo de 2019 -excluyendo 2020, en plena pandemia-.

Así, las exportaciones consolidan el deterioro que vienen mostrando hace meses, en donde solamente los altos precios permitían que crezcan en valor. “Así fue como en mayo, junio y julio crecieron en valor pese a la contracción en sus cantidades. Algo que ya no fue suficiente en agosto, mes en el cual la caída de los volúmenes (-16,9%) superó el aumento de los precios (+11,9%)”, agregó abeceb en su análisis de los números del ICA del Indec.

La caída de los valores exportados en agosto se explica por una abrupta contracción de los volúmenes vendidos de productos primarios (-32,2%), traccionada principalmente por las menores exportaciones de porotos de soja. “Si bien la venta de dichos productos fue récord en agosto de 2021 -lo que deja una alta base de comparación-, también parecería estar incidiendo la expectativa que generó -al asumir Sergio Massa- la posibilidad de que se implemente un dólar diferencial favorable para el agro, que podría haber alentado a los exportadores a frenar las ventas al exterior”, detalló el trabajo.

Indicadores.

Por otra parte, si bien el resto de los rubros también mostró bajas en los volúmenes exportados, la suba en sus precios logró compensar esta caída y crecieron -tímidamente- en valor. En números: combustibles y energía subió 6,8%; Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), 5,2% y Manufacturas de Origen Industrial (MOI), 0,7%.

Por otro lado, las importaciones redujeron su ritmo de crecimiento (36,2% en agosto vs. 47,7% en el periodo mayo-julio), aunque principalmente debido a los menores precios. En detalle: el precio de las importaciones subió 15,3% en agosto, y venía de hacerlo a un ritmo promedio de casi 26% mensual en el trimestre previo. En cambio, los volúmenes importados de agosto (+18,2%) estuvieron en línea con el promedio de dicho período (+16,8%).

En su interior, a excepción de las importaciones de combustibles y lubricantes, que crecieron 68,3% en valor únicamente por la suba de 74,9% en precios -sus cantidades se redujeron 3,6%-, el resto de los rubros creció tanto por precios como por volúmenes. Ordenados de mayor a menor, la importación de bienes de capital subió 44,5% -con un notable crecimiento de 43% en sus cantidades-, seguido por piezas y accesorios para bienes de capital (+32,5%), bienes de consumo (+29,5%), bienes intermedios (27,6%) y vehículos automotores de pasajeros (+11%).

“De todas formas, a pesar de que la caída en el valor importado se deba principalmente por menores precios, no debe pasarse por alto que las cantidades importadas parecen estar por encima de lo que demanda el ritmo de expansión de la actividad económica. Esto puede explicarse por una brecha cambiaria que promedió el 114% en agosto, incentivando a adelantar importaciones ante un dólar percibido como ‘barato’”, interpretó abeceb.

Durante los primeros ocho meses del año las exportaciones alcanzaron US$ 59.688 millones y las importaciones, US$ 57.448 millones. Así, el superávit comercial fue de US$ 2.240 millones, 79% menor al acumulado en igual período de 2021.

Perspectivas.

“De cara a septiembre, esperamos una notoria mejora en el saldo comercial producto de un mayor volumen de exportaciones gracias a la implementación del ‘dólar soja’. De hecho, los últimos datos avalan nuestra proyección, dado que en las últimas semanas se denotó una fuerte aceleración en la liquidación de exportaciones por parte del sector agropecuario: se liquidaron más de US$ 4.500 millones por ‘dólar soja’ entre el 6/9 y el 21/9. Consecuentemente, no sólo estimamos que en septiembre se revertirá el déficit comercial que se evidenció en los últimos tres meses, sino que lo más probable es que en el noveno mes del año se alcance el mayor superávit comercial mensual de toda la historia, superando el actual récord de mayo del 2009, cuando el saldo positivo rompió la barrera de los US$ 2.500 millones”, dijeron desde Ecolatina.

No obstante, agregaron, que la aceleración en la liquidación durante septiembre no es consecuencia de exportaciones mayores a las proyectadas para el año, sino que tiene su origen en la normalización de las ventas de soja por parte de los productores, que en los últimos meses habían enseñado una significativa demora (a finales de agosto estimamos una demora cercana a 6 millones de toneladas).

“Entonces, si bien podrá verse un fuerte incremento en la comparación mensual (más aún para un mes como septiembre en el que suelen reducirse las exportaciones del agro), no se deberían observar grandes desvíos en el agregado anual”, concluyeron.

“Ahora bien, el principal desafío en el frente externo para el Gobierno volverá a aparecer desde octubre, cuando el BCRA deberá continuar acumulando reservas si pretende cumplir con la meta acordada con el FMI pero ya sin las abultadas exportaciones del agro”, dijeron desde Ecolatina.

Barreras.

Bajo ese prisma, se comprende la reciente decisión del Gobierno de extender el endurecimiento a las importaciones para tratar de acumular la mayor cantidad de divisas posible. En conclusión, concluyeron, “gracias a la implementación del dólar soja (que llevará a niveles récord las exportaciones para el próximo mes), la reducción estacional en las importaciones energéticas y la continuidad de las restricciones para el resto de las compras al exterior proyectamos un superávit comercial superior a los US$ 8.000 millones para 2022”.

Con vistas a 2023, dice Ecolatina, el panorama se torna aún más desafiante tanto por factores internos como externos. “Con relación al frente externo, un mayor fortalecimiento del dólar a nivel mundial producto del endurecimiento en la política monetaria de la Fed y los riesgos latentes de una posible recesión a nivel global jugarían claramente en contra de nuestras exportaciones, afectándolas tanto en precios como en cantidades. Sumado a esto, el ámbito local no sería para nada favorable, dado que para la campaña 2022-23 no se descarta la posibilidad de una continuidad en la sequía que vuelva a afectar el volumen de las exportaciones agrícolas, nuestra principal fuente de ingreso de divisas”, dijo Ecolatina.

“El escenario actual es bastante más complejo de lo que se hubiera esperado meses atrás: el saldo comercial ya acumula tres meses consecutivos de déficit, en un contexto en el que los volúmenes de las exportaciones caen, pero las cantidades importadas suben. Todo a pesar de los innumerables parches y el endurecimiento del cepo de los últimos meses”, señaló abeceb.

“En este escenario se encuadra el anuncio del dólar diferencial para el sector sojero, que está mostrando muy buenos frutos (llevan liquidados US$ 5.130 millones en lo que va de septiembre, permitiéndole comprar casi US$ 2.800 millones netos al BCRA), gracias a lo cual el saldo comercial volvería a ser positivo en el corriente mes. Hacia adelante no se descartan incentivos similares para sectores puntuales considerados estratégicos y que puedan aportar divisas, como tampoco un endurecimiento aún mayor del cepo cambiario. Además, habrá que monitorear de cerca la evolución de los términos de intercambio, que, si bien favorecieron al país durante el primer trimestre, vienen mostrando un deterioro constante desde abril”, concluyeron.

Dólar soja.

“Esperamos que las importaciones de combustibles comiencen a marcar menores registros a partir del mes de septiembre, producto de la disminución de la demanda. Dada la escasez de divisas, los controles seguirán para el resto de las importaciones. Este recorte continuará teniendo consecuencias negativas directas sobre la actividad interna y los precios. La buena dinámica relativa que se continúa observando en las exportaciones solo modera este efecto, que con términos de intercambio menos favorables en la primera mitad del año hubiera sido aún peor”, dijeron desde LCG.

“La política del ‘dólar soja’ podrá motivar un incremento de envíos al exterior si se aplica sobre otros sectores, pero esto será un efecto transitorio, ya que se estarían afectando los stocks. En total proyectamos un superávit comercial en torno a los US$ 6.000 millones para este año, 58% inferior al alcanzado en 2021, el cual no terminará de traducirse en un aumento de las reservas internacionales, por el drenaje que existe en otros componentes del balance de pagos (déficit en la balanza de servicios, pago de intereses de deuda pública, y servicios de la deuda privada, etcétera)”, concluyeron.

+1000

Por cuarto mes consecutivo, las importaciones de combustibles se encontraron por encima de US$ 1.000 millones (US$ 1.336 millones en agosto), aunque disminuyeron su participación sobre el total importado hasta 17%. El crecimiento se dio enteramente por un aumento de los precios del 75%, ya que las cantidades se contrajeron en 3,6%. En el acumulado de 8 meses, acumulan un aumento de 175% con US$ 10.201 millones.

Fuente: www.eleconomista.com.ar