La histórica zapatería proyecta una caída de ventas de hasta 20% y se reacomoda con un nuevo modelo de negocio, que competirá con precios y calidad. Algunos locales trabajan a pérdida. Nahuel Amore
Calzados Beter es uno de los comercios con más historia en Paraná, cuyo crecimiento y expansión les permitió llegar a tener hoy 22 puntos de facturación y 111 empleados. Pero en medio de la crisis que castiga a las ventas y deja saldos inmovilizados, la tradicional zapatería se reacomoda y lanza un nuevo nicho de negocio para la empresa, aunque conocido para los consumidores de estos tiempos: un outlet.
Con el objetivo de liquidar los stocks que cada vez más se acumulan y hacer frente a la situación crítica que atraviesa la ciudad, la provincia y el país, la empresa familiar con más de un siglo en la capital entrerriana define los últimos detalles para inaugurar en los próximos días un nuevo local en la esquina de la Peatonal San Martín y Perú, donde hasta hace pocos meses funcionaba una conocida juguetería.
“El outlet surgió por una cuestión económica de la situación del momento. Nos estamos encontrando con stocks de mercadería quieta que hoy tiene un costo muy importante. Por eso, la idea fue sacar lo que prácticamente tenemos quieto y no lo movemos. Además, la crisis hizo un excesivo stock de mercadería, porque hubo una merma en las ventas”, aseguró Fernando Benítez, uno de los socios, en una entrevista a DOS FLORINES.
En este sentido, Beter ya alquiló el local a una conocida familia dueña del inmueble, comenzó con los preparativos y hasta colocó el cartel que anticipa su llegada. La intención es abrir definitivamente “a mediados o finales de la semana que viene”, aunque admiten que se retrasó más de lo previsto porque en estos días coincidió con el Día de la Madre. De todos modos, el outlet no implicará por el momento nuevos puestos de trabajo, sino un “reacomodo” del personal que ya cuenta la empresa.
FORMATO.
Consultado respecto de las particularidades del nuevo formato de negocio, Benítez analizó: “El outlet es discontinuo, no es con mercadería de segunda, aunque hay excepciones de alguna ropa que nosotros liquidamos. Cuando el outlet pasa a ser un negocio, se plantea de otra forma y se compra directamente mercadería discontinuada. Actualmente, es para movilizar esa mercadería que no tiene rotación y es preferible liquidarla y no tenerla en los estantes”.
Una de las características del negocio, si la intención es dar “salida” a esos productos, es justamente tentar a los clientes con precios y promociones que se ajusten más a sus bolsillos. A esto, lo tienen claro: “Hay una realidad de la gente, que su sueldo no hace que llegue a fin de mes, entonces va postergando la compra de un calzado, o si compraba dos pares ahora solo compra uno, o empieza a buscar ofertas. Nosotros estamos buscando ese nicho, con mercadería de calidad. La idea del outlet es tener lo mismo de los negocios, ofreciendo un producto de calidad quizá a un 50% menos en plena temporada”. Incluso, en esta competencia y necesidad de achicar el stock, se atreven a decir que “no tiene límite”.
“Si al outlet lo hacés como negocio, podés comprar mercadería discontinuada muy barata y tenés rentabilidad. Pero si no, es para sacar mercadería. Cuando lo querés hacer, la sacás a cualquier costo. Capaz que te costó 100 pesos sin impuestos y, si la tenés que sacar al 80% del valor original, la tenés que sacar. Hay que buscar el precio que es tentador para la gente. Uno no se fija si pierde o gana”, reconoció.
VENTAS.
—¿Cuánto cayeron las ventas y qué proyecciones realizan?
—Hasta agosto, nosotros habíamos logrado volver a las ventas de 2015 -que lo tomamos como pico porque fue el año de mejor ventas- con una sucursal más en los barrios. Pero eso se dio con una gran pérdida de rentabilidad. Posterior a agosto, las ventas se resintieron muchísimo. Agosto estuvo quizá como las ventas de entre 2015 y 2017. Pero septiembre ya se notó la merma y creo que octubre va a terminar con un 10% menos. Y calculo que las ventas van a andar entre un 15 y 20% menos hasta marzo del año que viene, por lo menos hasta diciembre seguro.
—¿Esto fue motivo para decidirse a lanzar el outlet o es un proyecto que vienen planeando desde hace un tiempo?
—El outlet en realidad lo venimos barajando hace cuatro o cinco años. Lo hemos postergado por una cuestión de inversión en expandirnos. En estos años, abrimos negocios en los barrios, que son muy importantes y nos llevó mucha plata en capacitar a la gente, además abrimos dos negocios en Gualeguaychú, independientemente de todas las reformas que realizamos en los mismos negocios que ya teníamos y la inversión en computación. Como a las liquidaciones las venimos realizando en los negocios, más o menos lo postergábamos. Pero cada vez, sea por crisis o mayor estructura, se generan más saldos. Entonces, decidimos abrir acá, aunque este negocio el día que lo cerremos lo vamos a trasladar a otro lugar. Los outlet no tienen que estar en el centro, sino que por lo general tienen que estar fuera del radio céntrico.
—¿Y por qué lo instalan en la Peatonal San Martín?
—Porque tenemos el local acá, estamos pagando un alquiler, lo tenemos desocupado y queremos aprovecharlo. Pero en realidad, se instalan fuera del radio céntrico para que no compitan con los mismos negocios.
—¿Y hasta cuándo lo sostendrán en esa esquina?
—Es una cuestión de lo que dure la economía, cuando empiece a crecer. Si esto sigue así, lo vamos a seguir manteniendo hasta el año que viene, por lo menos hasta que cambie la economía, que se note que haya un poco más de consumo, que la gente pueda consumir un poco más.
CRISIS.
La crisis golpea fuerte al comercio, sobre todo por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios medios. Beter no está exento de este contexto y por eso los esfuerzos están puestos en sostenerse: “Hoy estamos en un período de estancamiento. Realmente, estamos tratando de cuidar las fuentes de trabajo más que nada, y mantenernos. Hoy los negocios no están siendo rentables. Es más, todo este año, a pesar de que veníamos bien con las ventas, venimos inyectándole plata a los negocios, que no cierran”.
Benítez, sin pretender caer en la crítica liviana, apuntó a la política económica de la administración de Mauricio Macri que poco a poco desincentiva el consumo. “El rubro de indumentaria ha sido muy castigado -fuera de la parte política- desde que tomamos como punto este Gobierno. Ha sido un rubro muy perjudicado, porque venimos retrasados. Hubo otros rubros que anduvieron bien, pero no el nuestro. El costo de la mercadería no ha seguido los índices de inflación, por consiguiente es a pérdida de rentabilidad”, analizó.
Ante la consulta de este cronista, reconoció que algunas sucursales trabajan a pérdida. “Hoy estamos sosteniendo algunos locales con otros locales”, explicó. De todos modos, negó que quieran cerrarlos. “Nosotros tenemos una política, que la continuamos y les enseño a mis hijos, de que la empresa la miramos a nivel general y no a los negocios en particular, además de mantener las fuentes de trabajo. A pesar de todas las situaciones, seguimos pagando los sueldos el último día del mes y respetando los convenios de trabajo”, sostuvo.
Desde esta perspectiva, amplió: “Es cierto que no hay negocio que se sostenga trabajando a pérdida, pero nos ha pasado de tener que atravesar otras, que a veces las crisis son relativamente cortas y vos tomás una decisión de reestructurar tu empresa, hacer despidos y achicar gastos, pero resulta que la crisis es por tres o cuatro meses y empezás de vuelta a crecer. Tiene un costo muy alto, ya sea económico y humano, echar gente porque te costó tiempo prepararlo”.
En esta línea, a pesar de los vaivenes económicos que desafían a los comercios, desde la firma paranaense destacaron que siguen siendo la misma empresa familiar, que en la actualidad trabaja la cuarta generación “con la misma convicción de sus fundadores, pensando en el servicio al cliente, con honestidad, respeto a los trabajadores e invirtiendo únicamente en el medio que nos rodea”.
Adaptarse a los cambios
Desde su nacimiento, Calzados Beter siempre pisó fuerte en la Peatonal San Martín de Paraná, lo que le permitió ganar terreno, crecer y competir de igual a igual con importantes firmas nacionales que han desembarcado en la ciudad. De todos modos, en los últimos años también tuvo que ir a adaptándose a las transformaciones sociales y culturales de los paranaenses, por lo que decidió apostar por radicarse en los barrios más populares.
“Eso ha tenido muy buena recepción de parte de los clientes y se han logrado clientes nuevos. Fue una decisión que se tomó con mis hijos y mi sobrino muy acertada. La gente trata de evitar de venir al centro. Si logra conseguir lo que busca cerca de su casa o en un lugar más cómodo para estacionar, trata de no venir al centro”, consideró Benítez. Eso les permitió expandirse y pasar en los últimos cuatro años de 90 a 111 empleados.
Otro hecho no menor es empezar a competir con las ventas online, en medio de un notable crecimiento del e-commerce. Beter se sumó a esta tendencia y de hecho modernizó su sistema informático. No obstante, consideran que sigue teniendo un importante costo de publicidad y está ausente del espacio físico donde la gente circula de a pie. “Estás en la red, pero no tenés el flujo de gente”, remató.