Argentina a futuro
11/07/2022
Por Horacio Gruber – CPN – Especialista en mercados financieros – consultor ///
Nuestro país debate hace décadas, y aún lo hace, si debemos aumentar las exportaciones, reducir el déficit fiscal, el tamaño del estado, acompañar la devaluación de la moneda según índice de inflación, las tasas de interés, la independencia del banco central, la falta de inversión, ahorro, desempleo, pobreza etc., pero nunca hemos pensado seriamente que país queremos a futuro respecto a nuestra matriz productiva, nuestro recursos naturales y energéticos, el control del comercio exterior, los servicio públicos, la salud y educación
Estos temas pendientes -todos íntimamente relacionados y mutuamente dependientes- que carecen de un debate profundo son los que a largo plazo van a estabilizar los problemas macroeconómicos que tanto se debaten sin llegar a solución alguna.
Pero antes debemos evaluar nuestro sistema de producción y plantearnos si la solución es aumentar las exportaciones o producir para atender la demanda del mercado interno. Lo correcto es encarar ambas tareas, pero la realidad urgente nos lleva a dar prioridad al mercado interno ya que el consumo de las familias, del Estado y la producción nacional son extremadamente dependientes de productos importados, que año tras años son más difíciles de financiar por el desequilibrio constante en el comercio exterior debido al bajo valor agregado de nuestras exportaciones respecto a nuestras importaciones, ya que los términos de intercambio son cada vez más desfavorables haciendo infinanciable la producción y el gasto nacional.
Prejuicios.
Lograr la independencia económica es dejar de lado los preconceptos de economicidad y eficiencia –conceptos que han sido causantes de desempleo y endeudamiento-, y ponernos a desarrollar industrias y el comercio interno, dejando de importar materias primas y productos de alto valor agregado y mano de obra. Para esto se requiere visión de nación a largo plazo y optar por la independencia económica con justicia social o seguir dependientes con pobreza, estado y deuda en constante aumento.
Creer que lo importante a mantener como política económica es aumentar el gasto creando empleos públicos y subsidios al consumo y gravando la producción nacional es un grave error, ya que no solo destruye las cuentas públicas sino que en igual manera lo hace con las empresas, la inversión, el ahorro, la cultura del trabajo y expulsa lo poco bueno que aun conservamos y formamos que son los emprendedores y el capital humano. Henry Ford hace un siglo dijo: “Solo hay algo más costoso que formar un persona y que se vaya, no formarlo y que se quede.”
Brasil.
Dejando de lado esta introducción abordaré a nuestro hermano país Brasil, año 2002 dólar a 2.90 reales en 2022, 5.30 reales; y ¿la competitividad por atraso del dólar?
Argentina dólar 2002 a 3.30 pesos 2022 a 270 pesos. Esto nos debe hacer reflexionar sobre las causas de nuestros problemas -que nuestra matriz productiva- y encontrar en la economía real la respuesta nuestro fracaso como nación
Brasil es la mayor economía en América Latina y la séptima economía a nivel mundial. Brasil posee una economía mixta con abundantes recursos naturales, y se encamina a convertirse en una de las cinco más grandes en las próximas décadas, con un crecimiento sostenido de su PIB.
En cuanto al desarrollo industrial Brasil dedica gran parte de su PBI y las condiciones sociales y jurídicas implican que el país haya crecido de manera exponencial en este rubro. Vehículos, hierro, acero, textiles, son sólo algunos de los productos que Brasil exporta al mundo. Brasil posee una deuda externa superior a los 200 mil millones de dólares aunque exporta por la mitad de ese valor.
La industria de extracción de minerales aumentó un 4,3%, impulsada principalmente por el crecimiento anual de 5,2% en la producción de petróleo y gas y de 1,9% en la producción de mena de hierro. Finalmente, la industria de transformación presentó un crecimiento del 3,2%.En el 2008, la expansión de la industria de transformación fue encabezada por el área de transporte (barcos y aviones), con un crecimiento del 42,5%, seguida por la industria farmacéutica (+11,8 %), instrumentos médico hospitalarios y ópticos, etc. (+16,2%), metalurgia básica (+8,1%) y la industria automotriz (+7,9%). En relación a la industria automotriz, cuya producción en aquel periodo fue de 3,2 millones de vehículos (crecimiento del 8% comparada con el año anterior), Brasil se convirtió en el 6º mayor productor del mundo.
El país representa tres quintos de la producción industrial de la economía sudamericana. Brasil comercia regularmente con más 100 países, siendo que 74% de los bienes exportados son manufacturas o semi-manufacturas. Los mayores socios son: Unión Europea (con 26% del saldo), EE.UU. (24%), Mercosur y Latinoamérica (21%) y Asia (12%).
Riquezas y fracasos.
Lo que nunca escuchamos en argentina es que el valor de la moneda depende también de la riqueza que genera un país medida en términos de intercambio y preferencias de los consumidores locales e internacionales de los bienes y servicios de producción nacional. Esta riqueza, es la que soporta escenarios adversos en los cuatro puntos descriptos anteriormente, porque no quedaríamos expuestos a vaivenes externos o variables no controlables ya que el consumidor local e internacional demandará pesos en cualquier escenario para consumir, por preferencia, bienes y servicios nacionales para satisfacer sus necesidades.
Depender de bienes y servicios externos o producidos por empresas transnacionales, hace que la demanda de moneda extranjera sea cada vez mayor, no solo por el valor de éstos sino por la creciente oferta de bienes y servicios de alto valor agregado a nivel mundial.
O seguimos devaluando, aumentando gastos e impuestos, restringiendo la oferta y demanda de bienes y servicios internos y externos, cerrando nuestra economía desabasteciendo a familias y actores económicos del país, destruyendo el mercado interno y generando pobreza estructural; o aumentamos la oferta local incentivando y promoviendo la producción nacional de los mismos para competir interna y externamente y así captar la preferencia de los consumidores locales e internacionales aumentando la riqueza interna, vía apreciación del peso, aumento salario real, trabajo, ahorro e inversión, logrando revertir todos los indicadores negativos de nuestra economía.
Brasil también es una gran potencia industrial, y se ha beneficiado enormemente de su riqueza en minerales. El país es el segundo mayor exportador mundial de hierro y uno de los principales productores mundiales de aluminio y carbón. Como productor de petróleo, Brasil apunta a ser independiente energéticamente en un futuro cercano, con reservas que podrían convertirlo en uno de los cinco principales productores de petróleo del mundo. Además, el país se impone cada vez más en los sectores de la industria textil, aeronáutica, farmacéutica, automotriz, siderúrgica y química. Muchos de los grandes fabricantes de automóviles del mundo han establecido plantas de producción en Brasil. El sector industrial aporta un 17,6% al PIB y emplea al 19,9% de la población.
El país también atrae a muchos grupos multinacionales en las industrias de alimentos y biocombustibles. No obstante, aunque la agricultura representa el 40,1% de las exportaciones, contribuye relativamente poco al PIB (5,9%) y solo emplea al 9% de la población.
Cifras del comercio exterior.
Los principales socios comerciales del país son China, Estados Unidos, Argentina, Alemania, Países Bajos, Canadá, Corea del Sur, el Mercosur y la UE. A pesar de ser la economía más grande de América Latina y la novena del mundo, Brasil sigue siendo relativamente cerrado en comparación con otras grandes economías, con una baja penetración comercial y un bajo número de exportadores en relación con la población (su número absoluto de exportadores es aproximadamente el igual que el de Noruega, un país con aproximadamente 5 millones de habitantes en comparación con los 210 millones de Brasil). Sin embargo, el país ha implementado cambios para mejorar el comercio, como la reducción del tiempo de cumplimiento de documentos tanto para exportar como importar, mediante la mejora de su sistema de intercambio electrónico de datos. En 2021, las exportaciones brasileñas a la UE crecieron un 17%, tasa que solo fue superada por China, lo que convirtió a Brasil en el noveno proveedor de la Unión Europea. Además, dado que la UE es el segundo mayor socio comercial de Brasil, están trabajando en un acuerdo de libre comercio, como parte de las negociaciones del Acuerdo de Asociación de la UE con los países del Mercosur.
El sector agrícola representa el 5,9% del PIB, pero solo emplea al 0,06% de la población (cifras del Banco Mundial para 2020 y 2019, respectivamente). Además, como el país es rico en recursos energéticos, tiene un gran potencial en términos de materias primas: es el cuarto mayor productor de gas natural en América Latina, y tiene el tercer mayor yacimiento de gas de esquisto a del mundo, junto con la cuarta mayor reserva de litio. Las exportaciones agrícolas son una fuente clave de ingresos para Argentina, especialmente cuando el país sale de una recesión que se ha visto agravada por la pandemia. En 2021, el país se benefició de los altos precios de las materias primas agrícolas, y las exportaciones de cereales se desempeñaron especialmente bien y alcanzaron un récord.
El sector industrial se ha desarrollado considerablemente durante los últimos años. Según los últimos datos del Bando Mundial, el sector representaba el 23,3% del PIB en 2020 y empleaba al 21,8% de la población en 2019. El procesamiento y el envasado de alimentos (en particular el envasado de carne y el enlatado) y la molienda de harina constituyen las principales industrias del país. El sector industrial se apoya además en las filiales de automóviles, los bienes de consumo duraderos, el sector textil, los productos químicos y petroquímicos, farmacéuticos, de imprenta, metalurgia y acero, maquinaria industrial y agrícola; electrónica y electrodomésticos.
El sector terciario es el que más contribuye al PIB, con un 54,6%, y emplea al 78,1% de la población activa. Argentina se ha especializado en áreas de servicios de alta tecnología y es especialmente competitiva en el desarrollo de software, centros de atención telefónica, energía nuclear y turismo. El sector de la telefonía y las TIC se desarrolla con fuerza, al igual que el turismo, que se está convirtiendo en un sector cada vez más importante
Productos principales.
Las principales exportaciones incluyen residuos de petróleo y otros residuos sólidos (13,7%), maíz (11%), el aceite de soja y la soja (10,8%), la carne (3,8%) y el trigo y el morcajo (3,7%). Las principales importaciones de Argentina son soja (4. 7%), piezas y accesorios de automóviles (3,9%), automóviles y otros vehículos de motor (3,8%), aparatos eléctricos de telefonía fija (3,4%), y gas de petróleo y otros hidrocarburos de gas (2,8%). Según las previsiones de comercio internacional del FMI, el volumen de exportaciones de bienes y servicios aumentó un 6,7% en 2021 y se espera que se mantenga estable en un 6,8% en 2022, mientras que el volumen de las importaciones de bienes y servicios aumentó un 23,2% en 2021 y se espera que disminuya al 3% en 2022.
Conclusión.
Necesitamos un cambio cultural, social y moral, solo así llegará el desarrollo económico vía consenso y unidad nacional.
Para terminar de entender nuestro problema, problema de índole económico, social y moral, a veces hay que encararlo desde la filosofía, entendiendo el significado de las palabras que se usan al gobernar.
En democracia es el pueblo quien se reserva el Poder y delega a sus representantes las funciones (ejecutiva, legislativa y judicial), motivo por el cual los funcionarios ocupan cargos (sinónimos de cargo: empleo, puesto, oficio, obligación, deber, responsabilidad, compromiso; en resumen es una carga, no privilegio y/o Poder) al que acceden mediante elección.
Llamar Poderes, a las Funciones delegadas por el pueblo, da origen a un problema que se manifiesta de manera clara en el abuso de Poder en el ejercicio de las Funciones al ejercer Cargos.
No debemos seguir en el error de caer en la discusión política estéril de confundir orden con represión, razonabilidad con ajuste y función con poder.
Crear un sociedad con un sentimiento nacional, donde se establecen claramente los derechos y obligaciones de los integrantes, gobernantes y gobernados, trabajadores y empresarios, profesores y estudiantes, y demás instituciones de la sociedad, es el marco necesario para una sociedad más justa.
Gobernar y actuar en la sociedad aspirando a progresar y distribuir riquezas crecientes o seguir gobernado y actuando para distribuir la escasez creciente.
Estos dos estilos de país, basados en riqueza o escasez, determinan el modelo a llevar a delante: un país que se adapta a las condiciones de mercado existentes o un país que no se adapta y es resistente al cambio; un país que seduce a los mercados con innovación, tecnología, desarrollo y valor agregado apostando a las preferencias de los consumidores locales y del mundo o un país que se concentra en que la escasez sea fuente de sus ingresos quedando expuesto a variables no controlables como tasas de crecimiento mundial, tasas de interés internacional, variaciones climáticas etc.
Resumiendo un país previsible o un país imprevisible.
“un desarrollo económico que no tiene en cuenta a los más débiles y desafortunados, no es un verdadero desarrollo” Papa Francisco.