Un año que desafió el profesionalismo inmobiliario
31/12/2020

Llegamos al fin de un año sin parangón. Tiempo de balance para algunos, para otros tiempo de alivio y esperanza y para muchos el paso a un futuro impredecible. El mercado inmobiliario no ha sido ajeno a los avatares del año que se va. En esta última nota del año lo analizamos con un corredor inmobiliario de merecido prestigio y aquilatada experiencia. Carlos Marcelo Pintos
Desde que comenzamos esta sección dedicado al ámbito inmobiliario en Dos Florines, nos propusimos reflejar el quehacer del sector en sus diferentes facetas, proveer de información útil y veraz; poner al alcance de profesionales, especialistas y de los lectores en general de este Portal el amplio abanico que representa el denominado “mercado inmobiliario” y renovamos nuestro compromiso de ir elevando en cada entrega nuestro nivel de propuesta porque el público se lo merece y este Portal lo ha venido demostrando en sus 10 años vigencia.

Hemos buscado poner en contexto la información que nos llega a nuestra mesa de redacción, hemos buscado la opinión de los especialistas, hemos inquirido en las inquietudes tanto de quienes brindan servicios inmobiliarios como de quienes lo requieren, apuntando a mejorar el entendimiento de las partes, evitando las interpretaciones erróneas y haciendo accesible la información, muchas veces codificada, que es propio del métier que se aborda.
En búsqueda de un análisis, de un panorama a modo de balance convinimos un ameno diálogo con Florencio Bogado, corredor inmobiliario, desarrollador y tasador de reconocida pericia, con casi 26 años de trayectoria en el mercado y un apasionado de la profesión que ejerce.


Cuarentena y más allá…

“A todos nos tomó de sorpresa la declaración de la cuarentena -confió Bogado- , de un día para otro tuvimos que cerrar las puertas de las oficinas e irnos a nuestras casas a cuidarnos (…) lo bueno es que nos agarró en el último tramo del mes de marzo y ya habíamos podido cobrar los alquileres, rendir a los propietarios, pagar expensas, impuestos y demás; aunque el trabajo no se termina después del 20, porque luego vienen los preparativos necesarios para el mes siguiente, quedamos expectantes a las novedades”.
Respecto a cómo se las arreglaron con los compromisos y tareas en el mes de abril, nos señaló: “En primer término iniciar una comunicación fluida con nuestros clientes -propietarios e inquilinos- para coordinar los cobros, pagos de expensas e impuestos, trasferencias bancarias, etcétera, para cumplir en término y no resentir la cadena de compromisos y pudimos llevar adelante la tarea sin mayores inconvenientes”.
¿Cómo respondió la gente? -le consultamos- “Muy bien, no tuvimos atrasos ni dificultades con los inquilinos. El nivel de cumplimiento fue alto; frente a las dificultades pudimos consensuar intereses y sobrellevamos toda la tarea bastante bien. Incluso, una vez que volvimos a abrir las oficinas el 4 de mayo todo fue normalizándose”.
Negociaciones con final feliz
Dado que se ocupan de administrar muchas propiedades en alquiler, seguramente que deben tener un número importante de estudiantes que se vieron forzados a rescindir el contrato por la suspensión de las clases y la incertidumbre de su reinicio ¿cómo manejaron el tema? “Estas situaciones imponderables sacan de uno lo mejor para no afectar a las partes involucradas. Los propietarios fueron muy comprensivos ante la crisis inesperada que se vivía y los padres de los estudiantes se vieron considerados en su situación. Logramos que la rescisión del contrato sea sin costo y sé que eso se valoró mucho, y el año que viene esos padres, que como sabés son del interior de la provincia, van a volver a buscarnos para que ubiquemos a sus hijos en los departamentos que dispongamos. Esto es un constante sembrar para recoger sus beneficios con el tiempo.
“De todos modos, para los propietarios de estos departamentos les fue beneficioso porque pudimos alquilar sus unidades habitacionales a los pocos meses con valores actualizados, de modo que la ventaja resultó para ambas partes”.

Un mercado con operaciones ralentizadas
En cuanto a la compra-venta de propiedades Florencio Bogado señaló: “Fue un año de regular a bueno, ni muy malo ni muy bueno. Hablo siempre desde mi perspectiva y realidad. Pero creo que en general el comportamiento no fue muy distinto para los demás colegas.
“La cuarentena afectó en su momento conversaciones que teníamos por la venta de unas propiedades, pero solo estiró los tiempos porque pudimos retomar esas negociaciones meses después. Podría decir que este tipo de aplazamientos no son raros en nuestra actividad. Con ‘viento a favor’ podemos concretar un negocio en 25 a 30 días, pero por lo general dura un tiempo más, hasta meses porque hay que conciliar los intereses de las partes (comprador-vendedor) y no siempre en fácil o posible lograrlo.
“En todo caso el gran problema que tuvimos -y creo va a persistir por un buen tiempo- es el valor del dólar y su incremento desmesurado en este año.
“Yo soy partidario que tasar en pesos, no en dólar -aunque admito que los campos, que no es mi fuerte, se tasan en dólar-, yo prefiero tasar en pesos y para ello tengo en cuenta el Índice de Costo de la Construcción, que es muy confiable y está ligado a la parte constructiva que es la esencia de lo que tasamos.
“Así que la cuestión luego es, en todo caso y si es necesario, considerar el dólar libre -promedio comprador-vendedor- y equipararlo de modo razonable; y por lo general se llega a acuerdos aceptables por las partes”.

¿Cómo cerramos el año?
“Como ya dije, no me puedo quejar. Con más de 25 años en la actividad, habiendo llevado a cabo desde el año 2003 muchos fideicomisos satisfactorios, que me han permitido granjear una clientela que me sigue desde entonces, y a los que les he conducido a hacer buenas inversiones, además de seguir administrándoles sus propiedades. Puedo concluir que ha sido un año en el que al menos se pudo empatar.
“Muchos saben que el negocio inmobiliario es como una montaña rusa, por momentos arriba, por momentos abajo, todo es cuestión de ir manejando los tiempos para estar siempre preparado para responder a las demanda del mercado.
“Este fue un año que puso a prueba nuestra creatividad, nuestra capacidad de negociar y mediar; puso a prueba nuestra profesionalidad y esto es un valor positivo para elevarnos aún como personas”, concluyó Florencio Bogado.