Entre los productores hay decepción con Macri, dicen desde Coninagro

23/07/2018

Carlos Iannizzotto afirmó en Paraná que “la disconformidad es muy marcada” pero no se definió acerca de cómo votará el productor. Danilo Lima

La falta de financiamiento es el principal problema –pero no el único– que enfrentan las economías regionales argentinas, según la mirada de Carlos Iannizzotto, el presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), para quien la economía nacional se encuentra entrapada en la puja tasas-dólar que impide la inversión y desalienta la producción.

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El mendocino Iannizzotto, un dirigente moderado y prudente, estuvo en Paraná para dialogar con los cooperativistas agropecuarios de la provincia e intercambiar opiniones sobre la coyuntura sin dejar de lado el mediano y largo plazo, pero también lanzó definiciones políticas picantes. Así, por ejemplo, admitió que los productores agropecuarios –que votaron masivamente a Mauricio Macri en 2015 y 2017– están decepcionados con la política económica que lleva adelante la administración de Cambiemos.

“No hay lugar en el mundo en donde se haya bajado la inflación con tasas de interés superiores al 40%”, opinó el titular de Coninagro, al criticar el nivel exorbitante de aquéllas, que impiden cualquier posibilidad de inversión productiva.

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“Con la inflación mensual de casi 4% y con esta tasa de interés es imposible seguir produciendo. Es difícil tener un esquema de aumento de trabajo y de empleo. Tememos por la cadena de pagos porque es muy fuerte el impacto en los costos. Sin financiamiento, las economías regionales y la producción es difícil que puedan proseguir con el nivel de actividad actual”, advirtió, al tiempo que cuestionó la posibilidad de que, por el ajuste, se suspendan obras públicas como los caminos rurales. “Sería terrible”, subrayó.

¿Cambiará el voto?

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Iannizzoto consideró que todavía “es muy pronto” para saber si el productor agropecuario cambiará su voto en las elecciones presidenciales del año que viene –todo dependerá, también, de quiénes sean los candidatos que se postulen para suceder a Macri–, pero remarcó que “hay una disconformidad y una decepción muy marcada en el sector productivo y también en el industrial” básicamente porque “se tenían muchas esperanzas de que los problemas estructurales de la Argentina comenzaran a resolverse y eso todavía no ha empezado”.

Valoró, en cambio, que el Presidente haya ratificado que no habrá modificaciones en el actual esquema de retenciones, pero se quejó porque “parece que todo pasa para 2019 y esto es muy preocupante”.

“Hay un mercado internacional con buenos precios, demandante de nuestros productos, pero estamos atrapados en una situación macroeconómica de alta presión impositiva, alta tasa de interés, una balanza comercial deficitaria, un costo logístico muy grave por el aumento a los combustibles”, definió. Y, por el contario, describió el mercado interno como recesivo porque “los salarios han perdido poder adquisitivo y el consumo se ha enfriado, mientras aumenta la marginalidad y el país se achica, hay más pobreza y desnutrición”.

El semáforo.

Unas horas después de la visita de Iannizzotto, Coninagro dio a conocer el Semáforo de las Economías Regionales –un estudio que periódicamente realiza el Departamento de Economía de la entidad– y que en el corriente mes presentó diez sectores productivos con signos de crisis, dos menos que los registrados en junio, sobre un total de 19 actividades relevadas.

Ante este panorama, Iannizzotto reclamó “un tratamiento diferenciado en las tasas de interés para sectores como la lechería y el arroz” y reiteró la necesidad de realizar mejoras en la infraestructura, como caminos y trenes “para bajar los costos y hacer más competitiva nuestras producciones”.

Los cuatro sectores se encuentran en crisis son el forestal, que presenta una sobreoferta ante mercados locales y regionales estacados, situación que afecta negativamente los precios; el tabaco en Corrientes, que adolece de un problema de diversificación de la producción; las peras y manzanas, que en momentos de poda enfrenta altos costos, aunque en el caso de la manzana se registra el menor nivel de oferta en los últimos 10 años lo que puede ayudar a mantener el precio en el mediano plazo.

Por su parte el sector lácteo enfrenta una abultada deuda de arrastre con costos de producción que se colocan por encima del precio de la leche.

En tanto, agrega el Semáforo, varias producciones si bien están atravesando buenas perspectivas, presentan signos de “advertencia” como el caso de los bovinos, en los que se observa una recuperación de los mercados, pero enfrenta problemas como el aumento de precios de los alimentos de los animales.

En el caso de los cítricos, el comienzo de la cosecha presenta un desempeño irregular tanto en rendimientos como en calidad.

En lo referente a la miel, continúa el proceso de recuperación de mercados, pero con costos ajustados, problema que también afecta a las hortalizas.

En este segmento de producciones con algunos factores de riesgo se encuentra el arroz, donde la preparación del suelo se enfrenta con la dificultad que suponen las altas tasas de financiamiento.

En el conjunto de las producciones con “signos de crisis” se encuentra la yerba mate, en el noreste del país con mercados estancados en momentos de cosecha, y el vino y el mosto, en la región de Cuyo, también con una nueva cosecha, pero con bajos precios a nivel internacional.

La suba de costos internos también afecta a la producción papa, con insumos dolarizados, pero precios de venta en pesos.

En el caso de los ovinos, en Corrientes, a las escasas alternativas comerciales, se le ha sumado una producción estancada.

Para los porcinos, la sobreoferta se conjuga con la suba del precio del maíz. El sector avícola, por su parte, sufre una caída de la producción, ante una baja del consumo y de la exportación.

Los cultivos que presentan perspectivas favorables son la mandioca, en un contexto de reanimación de Brasil como una plaza compradora.

También tuvo un resultado favorable la cosecha del algodón, con precios estables, pero con una calidad dispar en lo recolectado, y el maní, ante una demanda sostenida que mantiene precios favorables.

Una caso de “recuperación notable”, dice Coninagro, es la producción de granos, que tras el resultado adverso de la soja y otros granos afectados por la sequía y luego por las excesivas lluvias, encuentra ahora revancha en el trigo y los posteriores cultivos, con una extensión del área sembrada y la posibilidad de alcanzar una cosecha de 20 millones de toneladas, la segunda mejor campaña de la historia.

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