Industria forestal: oportunidades y desafíos para un sector postergado

01/07/2018

La Mesopotamia argentina y el desafío de lograr competitividad para un sector clave para todo el país.

El segmento da cuenta de 100.000 empleos directos y 7000 pymes locales que trabajan en la transformación de la madera, pero languidece en el campo de las exportaciones; los planes oficiales para fortalecerlo y los retos que enfrenta aún para competir con los países vecinos

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Desde los bosques de Corrientes, Entre Ríos y Misiones hasta una nueva edificación en Santa Fe, una librería en Tierra del Fuego o las mueblerías de la calle Belgrano. La industria forestal involucra una cantidad de actividades disímiles vinculadas por el ciclo de la madera: las tareas de forestación en la Mesopotamia argentina, la fabricación de papel y celulosa, la creación de muebles e incluso proyectos de energía renovables.

En su conjunto, este sector es responsable de 100.000 empleos directos y unas 7000 pymes a escala nacional. En 2017, el valor bruto de la producción (VBP) alcanzó los US$14.000 millones, cifra equivalente al 7,3% del valor agregado industrial, de acuerdo con datos relevados por el Indec. “La Argentina consume bastante madera para la construcción, hay casi 2400 aserraderos que están volcados en su mayoría a satisfacer el mercado interno”, comentó Nicolás Laharrague, director de Desarrollo Foresto-Industrial de la Nación.

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Mercados.

Las exportaciones de productos de origen forestal son acaso más humildes: US$551 millones en 2017, un alza del 0,63% respecto de la facturación del año previo. Aunque esta levísima alza pone fin a seis años de caída desde el récord marcado en 2011, cuando los ingresos llegaron a US$1120 millones, persisten algunas preocupaciones por el déficit comercial de US$558 millones registrado el año pasado (a causa de la importación de productos de papel para satisfacer la demanda interna) y los altos costos locales.

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Las últimas mediciones sectoriales datan del primer trimestre del año pasado y señalan que, de las exportaciones de base forestal, el papel representaba el 33% del total, seguido por la pasta de madera (generalmente utilizada para la fabricación de papel y cartón), con 21%; madera y sus manufacturas, con 20%; productos gráficos, con 7%; muebles, con 1%, y otros, con 18%.

“Es una cadena que tiene varios eslabones, algunos con ventajas comparativas más fuertes que otros”, dijo a LA NACION Leandro Mora Alfonsín, director ejecutivo de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima). “No es lo mismo la madera en rollo como commodity que productos transformados como muebles, tablas y tableros”, agregó.

Dólar.

Osvaldo Vassallo, presidente de la Asociación Forestal Argentina (AFOA), dijo que sí, aunque puso reparos. “La devaluación sirve si es como dice la ópera, el cambio mobile qual piuma al vento. Para que persista en el tiempo tenés que hacer cambios de base, como el bitrén (tren de carretera) y mejorar índices de productividad individuales para que el conjunto sea más productivo. ¿Viene bien? Sí, pero no alcanza”, sostuvo.

El papel y la pasta de madera dan cuenta del 54% de las exportaciones forestales. Vassallo señaló que, para estudiar este sector, hace falta distinguir varias categorías distintas, como newsprint o papel de diarios (donde “las ventas se cayeron como un piano”), cartulinas (se emplean para armar cajas de medicamentos), papel de impresión y escritura, tissue (que “está atravesando un problema coyuntural por la falta de consumo”) y estucado (prácticamente sin producción en el país, a excepción de una fábrica de Ledesma en la provincia de San Luis), entre otros.

El directivo, que cuenta con 14 años de experiencia en el rubro, afirmó que “llegar a un nuevo mercado implica trabajar mucho”. “Lleva mucho tiempo conseguirlos; hacerse un lugar en el mundo papelero-celulósico no es soplar y hacer botellas, requiere paciencia, inversión, viajes y uno tiene que ser persistente en el tiempo. Vos entrás hoy, pero si mañana cambia la paridad, no desaparezcas. Entregá menos, pero no desaparezcas”.

Mundo mueble.

Mora Alfonsín detalló que la Argentina no es un país intensivo en exportaciones de muebles. “Esto se debe básicamente a que la competitividad de precio con jugadores como China es muy difícil de remontar”, dijo. La patria de Xi Jinping da cuenta del 40% de la producción de muebles en el mundo, mientras que el conjunto sudamericano apenas llega al 0,6% y, de ese ínfimo porcentaje, el 60% lo explica Brasil.

“Somos jugadores muy pequeños -agregó-. Estamos en un contexto de rentabilidad baja, con aumento en el costo de tarifas y de financiamiento por las altas tasas de interés. Se trata de sectores históricamente mercadointernistas, que sufren la caída de la demanda interna”, argumentó. En este contexto, los fabricantes de muebles argentinos exportaron bienes por unos US$94 millones durante el año pasado.

A su juicio, las mayores oportunidades están en los muebles de diseño destinados al segmento ABC1, ya que el precio no pesa tanto como los otros factores en la mente del comprador. “En el caso de los muebles con mucho diseño e intangible incorporado, sí tenemos cierto mercado ganado en Estados Unidos, Ecuador y Uruguay, pero siguen siendo montos muy bajos”, sostuvo.

Tablas para China

Otra pata relevante de esta industria es la de tablas y tableros para la construcción, segmento en el que China lidera la demanda internacional luego de llegar a un punto de saturación en la tala de sus propios bosques.

El país asiático se ha convertido en un destino sumamente atractivo para estos productos: consumió 600 millones de m3 de madera en 2017. El 31% de esa cantidad fue a la construcción, el 29% a celulosa y papel, el 19% a exportación y el 10% a muebles.

Durante ese período, importó 100 millones de m3, aunque apenas un 3% tiene origen en América Latina, con Uruguay, Guyana, Brasil y Chile como principales mercados y la Argentina lejos del top 5, en la posición 15. “Sudamérica tiene un superávit con China en tablas y tableros de cerca de US$5000 millones -dijo Mora Alfonsín-. Esto tiene un límite porque la región solo cuenta con el 5% de los bosques cultivados del mundo”.

También existe potencial para la madera en rollo y aserrada. China importaba apenas 46 millones de m3 en 2006, cifra que trepó el año pasado hasta los 180 millones de m3 (80% en maderas blandas y 20% duras). A comienzos de mayo, llegó al país una misión comercial de la China Timber and Wood Products Distribution Association (Ctwpda) para discutir oportunidades concretas con actores locales.

Costos.

Claudia Peirano, directora de la AFOA, dijo que todavía hace falta solucionar el tema de la competitividad, en especial el costo de logística y transporte, pero se mostró optimista. “Los empresarios chinos ven la oportunidad de ir aumentando las importaciones de madera desde la Argentina, porque ven el mercado nacional con alto potencial de desarrollo. En ese sentido, propusieron firmar acuerdos privados de colaboración entre la Ctwpda, AFOA y Faima dentro de un marco que seguramente permitirá acercar posiciones y lograr que la madera argentina comience a exportarse en volúmenes más importantes”, sostuvo.

“Los volúmenes que requieren son intensos -reconoció Laharrague-. Muchas de las empresas que participaron de estas charlas necesitarán armar un consorcio o nuclearse para suplir la demanda. Todavía el sector de aserraderos tiene un volumen bajo para atender la exportación externa, es necesario trabajar a través de las cámaras para ver cómo se pueden generar esas sinergias”.

Charlas por la competitividad

En septiembre del año pasado se inauguró la Mesa Foresto-Industrial, que tiene entre sus integrantes a industrias, sindicatos, productores y comercios de la madera y sus derivados. Está liderada por el presidente Mauricio Macri y tiene como objetivo diseñar una agenda que permita mejorar la competitividad de este sector y potenciar su capacidad de creación de empleo.

“La producción en el centro de la Mesopotamia está a más de 1000 kilómetros de los puertos. Por eso, el Gobierno ha atendido los pedidos del sector, sobre todo en la parte logística, trabajando en la implementación del corredor forestal en los bitrenes y la reducción de los costos en los puertos, logrando bajar el 55% de costos en contenedor. También se está colaborando con la Aduana para ver cómo nos podemos posicionar más competitivamente respecto de los puertos de países vecinos”, reveló Laharrague.

Vassallo, por su parte, sostuvo que en cada una de estas reuniones se nota una mejora sectorial. “Por lo menos, el hecho de que esté el Presidente ahí hace que le presten atención al tema”, dijo y agregó: “Realmente se ve una posibilidad de implementar mejoras en el sector a ciencia cierta. Eso sí, cada vez los compromisos son mayores y esto tiene que ser un camino de ida y vuelta. No podemos reclamar nada más, cada uno tiene que hacer su parte en este proceso”.

Finalmente, Mora Alfonsín se mostró entusiasmado porque “las cuestiones de pymes están avanzando”, pero dijo que les cuesta mostrarlas por las complicaciones que padece la situación económica del país. “Tenés un sector muy mercadointernista y la demanda es muy elástica al ingreso de la gente -añadió-. El desafío ahora es que la macro acompañe para que todos estos logros se luzcan”.

Ejes de la competitividad.

El Gobierno promueve una serie de medidas para impulsar el sector

El bitrén forestal. Presentado por el Ministerio de Agroindustria durante la última edición de Expoagro en marzo, permite mejorar en un 78% el aumento de carga y reduce aproximadamente en un 30% los costos logísticos de forma casi inmediata.

ForestAR 2030. La iniciativa, surgida del Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, que encabeza el rabino Sergio Bergman, tiene entre sus objetivos llevar la superficie forestada en el país de los 1,3 millones de hectáreas actuales a dos millones en los próximos 12 años. Se inscribe en los compromisos de la Cumbre de París.

Seguro Verde. En esta línea, el Presidente anunció a mediados de junio un acuerdo entre la Superintendencia de Seguros del Ministerio de Finanzas y las empresas aseguradoras para crear un fondo que busca promover la forestación y favorecer el enriquecimiento del bosque nativo.

Fuente: Andrés Krom / La Nación

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