Cuando el padre y fundador vuelve al negocio para salvar su empresa familiar

Por Ceferino Sain (*)

Esta situación es la pesadilla de todo sucesor. El fundador y padre de la empresa familiar vuelve a la oficina para “ayudar”, a encarrilar las cosas o rescatarlas de lo que considera una situación desesperada. Sin embargo, es probable que el sucesor, es decir, el hijo del fundador, tenga una visión completamente diferente de cómo van las cosas.

¿Qué impulsa a un empresario jubilado a retomar el mando de “su” barco? Una decisión así ha causado divisiones amargas y duraderas en algunas familias. ¿Se justifica y funciona una decisión así?

No nos cansaremos de repetir que una buena planificación de la sucesión puede evitar estos actos heroicos por parte de los fundadores. Pero no basta con un programa escrito en papel. También es fundamental que los sucesores reciban una formación adecuada, que la empresa cuente con un equipo de gerentes altamente profesionales y capaces, y que los asesores que acompañan el día a día de la empresa sean verdaderamente objetivos e independientes.

Algunos dueños de negocios nunca superan del todo el golpe a su orgullo y ego que proviene de tener que renunciar al poder y la posición de liderar y ser reconocido como el gerente general. Estar aferrados a ese orgullo y ego puede distorsionar su interpretación de los “hechos” sobre el estado de “su” negocio. El aburrimiento también puede ser otro factor importante, ya que no han encontrado nuevos intereses satisfactorios y desafiantes. Y ni hablar de las preocupaciones sobre el dinero, que también pueden ser un gran motivo para alimentar fantasías de caos en la empresa.

Durante toda su vida, el ex gerente general ha sido un solucionador de problemas, y los viejos hábitos son difíciles de eliminar, especialmente cuando se entera de un problema en el negocio, o de lo que percibe como un problema. Entonces, está listo para volver a la carga y resolverlo.

Es indudable que la segunda generación, cuando se hace cargo de la empresa, también efectúa cambios profundos hacia un estilo de gestión más ágil. Y es a partir de esos cambios que los fundadores sienten que los propios sucesores están traicionando ese legado, y es ahí cuando deciden montar sus caballos y regresar para restaurar el status quo.

¿Qué puede hacer un sucesor para evitar este melodrama? La respuesta es mantener al propietario jubilado completamente informado de lo que sucede en el negocio. Lo peor que un hijo puede hacer cuando su padre está preocupado por un tema específico es mantenerlo en la ignorancia. Eso aumenta la ansiedad y preocupación del fundador.

Cuando los padres y los sucesores sienten que vale la pena preservar sus relaciones, los problemas se resuelven. Nunca es demasiado tarde para construir una sociedad de trabajo entre padres e hijos, basada en el amor, la confianza y el respeto mutuo.

(*) Consultor Senior de Empresas Familiares (BID/UES21). Magister en Administración de Empresas (MBA). Diplomado en Gestión y Gobierno de Empresas Familiares (BID/UES21). Licenciado en Ciencias de la Comunicación (UCSF). Mediador (Asoc. Humanita). Fundador de Ceferino Sain & Consultores Asociados (www.ceferinosain.com.ar).