Con una millonaria inversión, el Rowing tiene lista la primera etapa de su anexo en Yarará
04/12/2022
El club de la ciudad de Paraná dispuso más de 65 millones de pesos, sólo en infraestructura para la realización de piscinas, espacios verdes, readecuación de canchas y prepara una segunda etapa que incluirá un gran gimnasio para básquet y vóley. Dos Florines
La pandemia del Covid 19 que modificó muchos hábitos sociales y que impactaron en mayor presencia en clubes y espacios abiertos generando una mayor presión sobre la infraestructura de las entidades deportivas y, en este caso, el cambio climático que prohibió a la ciudad de tener playas sobre la costa e isla se sucedieron muy rápidamente y obligaron a las autoridades del Paraná Rowing Club a tomar decisiones no menos vertiginosas y arriesgadas que empiezan a ver la luz por estos días.
Ante el crecimiento de la masa societaria y la exigencia por tener más superficie de agua –según la estadística que maneja el PRC el 34 % de los nuevos socios se acerca para disfrutar de las piscinas- y ante la bajante del río Paraná que eliminó la posibilidad de playas en sus sedes, la comisión directiva, encabezada por Claudio Tórtul, decidió avanzar en un proyecto leonino, pero tan innovador como costoso y puso proa hacia un nuevo anexo en la sede Yarará, en calle Gobernador Maya, en el acceso este de la ciudad de Paraná.
Es que la situación había puesto al club en un intríngulis de difícil resolución: o invertían para crecer y captar nuevos socios o se producía un embudo en la prestación de servicios que no sólo desestimaría la llegada de nuevos interesados sino que tampoco estaría satisfaciendo a la masa histórica. Ante la encrucijada, pensaron como una empresa social y salieron para adelante, a pesar de las barreras internas y los complejos problemas del contexto. Y la nave va.
Pasos.
El primer paso lo dieron tres socios empresarios vinculados al club que donaron casi 2.7 hectáreas junto al actual complejo “La Yarará” –que ya habían hecho la donación inicial de las cuatro hectáreas preexistentes- y permitieron proyectar el crecimiento del Paraná Rowing Club que estaba ante la necesidad de tierras para expansión de sus instalaciones.
Si bien, inicialmente, el uso estaba previsto para ampliar el complejo con nuevas instalaciones para rugby, se recalculó el sentido y se advirtió acerca de la necesidad de contar con nuevas piletas.
Según relata Claudio Tórtul a DOS FLORINES, el proceso fue rápido, pero demandó horas de debate acerca si se debía o no tomar la decisión y una vez superado este escalón proyectar un esquema con un ratio esencial: mayor prestación con la optimización de los recursos con los que se contaba.
Según el mismo presidente prescribe, la inversión actual supera los 65 millones de pesos –sin contar el valor de la tierra nueva que lleva el monto muy por arriba de 100 millones de pesos- y hubo que armar una ingeniería financiera para disponer de los recursos y consolidar una idea que debía ser rápida, eficiente y adecuarse a las necesidades del socio.
“Actualmente, en el Rowing, los ingresos corrientes mantienen los egresos corrientes y estimamos que el mayor gasto que implicará mantener las nuevas instalaciones se van a compensaron con la llegada de unos nuevos socios de la zona este de la ciudad, porque esperamos que vecinos de San Benito, Colonia Avellaneda, Sauce Montrull y los habitantes de los nuevos barrios se sientan atraídos por la oferta del club y se sumen a esta familia que ya tiene 8.500 socios. Nuestra aspiración es incrementar un 10 % la masa societaria, y creemos que con eso estaremos en el punto de equilibrio necesario para seguir sosteniendo en forma sustentable las finanzas del club, informó el presidente.
De acuerdo al proyecto, en los más 25.500 nuevos metros cuadrados se construyeron tres piletas –una de ellas de competición de 25 metros- con toda la tecnología necesaria para el suministro del servicio con dos salas de maquinas de filtrado, donde la subcomisión de Natación hizo importantes aportes para los gastos complementarios de las piscinas propiamente dicha. Además se construyeron vestuarios y zona de usos comunes, en esta primera etapa ya que es intención de la entidad seguir avanzando con nuevas piscinas.
El proyecto.
El millonario proyecto debió prever unos 300 camiones de tierra para relleno en la primera etapa, y avanzar con los pozos para las piscinas.
Debió también incluir varios millones de césped para el césped brasilero que implantaron en toda el área y las pérgolas de protección del sol que ya se dispusieron en estos días.
“En rigor, creo que fue muy acertado la elección de las empresas locales que brindaron el servicio porque con ellos pudimos consensuar cuáles eran las mejores opciones para cada centímetro de suelo y así avanzamos, bastante rápido, porque logramos el objetivo en algo más de 150 días. Necesitábamos darle al socio este nuevo servicio en este verano. El socio nos ha acompañado en forma incondicional, y si bien sabemos que el derecho de pileta puede parece una herramienta poco simpática, con él se pueden hacer obras, y esto es un ejemplo puntual de crecimiento de un club con el esfuerzo de todos. Significa llevar a delante obras con un club equilibrado en sus finanzas”, describe Tórtul mientras se entusiasma al imaginar la proyección de ese lugar que hace apenas unos años era un baldío rural que ni el más prolífico soñador hubiese trasladado a este presente.
“Construimos esta etapa con ahorros, de años anteriores y fijamos precio de inicio, congelando precios para evitar la erosión de la inflación. Asimismo, tomamos un crédito del banco HBSC que cancelaremos durante esta gestión y el resto se completa con ingresos genuinos. Es una obra que está pagada, incluso las inversiones menores como el césped y las pérgolas”, expresó Tórtul acerca del esquema de financiamiento.
Para esta primera etapa el presidente reconoce el apoyo de la Municipalidad para nivelar y mejorar accesos para poder ingresar por la calle trasera, ya que el permanente, veloz y profuso tráfico de vehículos por calle Gobernador Maya convierte en muy peligroso el acceso y era necesario encontrar otros alternativos para la seguridad de los niños y sus padres.
Futuro.
El Paraná Rowing Club considera por estos días la posibilidad de realizar la inauguración de esta primera etapa el 23 de diciembre, en consonancia con el inicio del verano.
Según el presidente, la expectativa está puesta en que se disfrute este verano de las nuevas instalaciones, que estarán casi listas.
Según sus propias palabras, una vez culminada esta temporada, allá por abril, comenzarán las obras de la segunda etapa.
Se realizará una nueva inversión en tierra para relleno y se nivelará para permitir la construcción de una obra de piso hormigoneado que será la base del futuro gimnasio para extender las prácticas de vóley y básquet, a quienes también el actual gimnasio de la sede le ha quedado chico y necesitan nuevas instalaciones.
Esta obra deberá encontrar su propio presupuesto ya que no está incluido en este proceso inicial, que también incluye arbolado y estacionamiento interno.
Acerca de avanzar en la opción que al futuro gimnasio lo financie alguna gran empresa nacional o regional, Tórtul dice que se buscará la mejor opción para el club. “El proyecto gimnasio se encarará con las subcomisiones, y deberá contar con un estadio importante. Se iniciará con una base de hormigoneado y luego un gimnasio liviano, pero la actual situación del país amerita que consolidemos lo que tenemos y evaluemos las opciones con las mejores opciones. Ojalá podamos interesar a las grandes empresas con las que hemos hablado, pero sabemos que también para ellos la situación no es sencilla”, concluye el presidente que va por su quinta gestión y concluye en diciembre de 2024.
El dirigente quiere terminar la entrevista valorizando el apoyo de los socios, vuelve a mencionar por enésima vez a la familia del ingeniero y socio Domingo Betti, que se puso al hombro la obra, a todos los socios, a Alejandro Cis que puso mucho de su conocimiento en la obra eléctrica, a la Comuna y a las empresas por “ser flexibles y acompañar al club en este proyecto”.
El verano está en el umbral de estos días agobiantes, y el Rowing se entusiasma en un nueva oferta de valor para una ciudad que se expande y crece hacia el punto cardinal donde se ubica la ventana por donde se cuela el sol todas las mañanas. Con más de 105 años de vida, le da una nueva vuelta de tuerca a su historia.