Para Entre Ríos, la masa coparticipable del mes de mayo aumentó siguiendo aproximadamente el ritmo del índice de inflación interanual.
Ya tenemos oficializadas las candidaturas presidenciales para las PASO del 11 de agosto, aunque la novela política nacional sigue día a día, no encontramos grandes sorpresas y resulta más que evidente que estamos en un escenario electoral polarizado entre el oficialismo “Juntos somos el cambio” y la oposición “Frente de todos”.
Lo que resulta una nota distintiva es la peronización de las listas con mayor caudal de votos, que se hace más evidente en el armado del oficialismo… parece que la famosa frase del Gral. Perón sigue teniendo vigencia: “Peronistas son todos”.
Obviamente, que es imposible hacer futurología en un país como el nuestro y mucho menos elaborar algún tipo de pronóstico que no sea mayor a cinco días (este es nuestro corto plazo), pero todos tenemos lógica impaciencia por saber qué pasará en el segundo semestre, cuál será el escenario en el 2020 y que tipos de propuestas o medidas de acción se llevarán adelante.
Al parecer el gran secreto se encuentra en la palabra “gobernabilidad”. Por ahora el frente externo no presenta problemas en el corto plazo para nuestro país, los precios de soja, maíz y trigo son buenos y la Reserva Federal de Estados Unidos no realizó cambios en la tasa de referencia, existe liquidez aunque se prevé una disminución de la actividad económica en el mundo. En el frente interno, hasta el momento, el efecto de la oficialización de las candidaturas sobre el tipo de cambio no ha sido tan crudo como se esperaba.
Indicadores.
Aunque la tercera semana de Junio ha sido muy corta, sólo tres días hábiles, el dólar cerró el viernes en $ 43,80 (dólar billete Banco Nación) y recordemos que arranco el mes de junio en $ 45,80, a pesar que el dólar futuro para diciembre se negocia cercano a los $ 56,00 (son negocios y especulaciones). De la misma manera, el Banco Central viene disminuyendo la tasa de referencia (Leliq) marcando el cierre del viernes el 64,62 % (inició el mes de junio en 70,69%). No son datos para alegrarse tanto, tenemos una tasa en pesos altísima (para dimensionar, los plazos fijos en Argentina pagan por mes una tasa mayor a la tasa de rendimiento anual del Bono de Tesoro de Estados Unidos a 10 años) que para nada alienta la recuperación productiva… pero por ahora seguimos tratando de estabilizar la enfermedad crónica que padecemos y se llama inflación.
En este contexto se encuentran Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe, que ya han elegido sus gobernantes para el próximo periodo, pero deben mirar más que impacientes las definiciones en materia nacional, porque lo que está en juego es nada más y nada menos que el futuro de la Coparticipación Nacional de Impuestos, que les ha asegurado lograr el tan ansiado equilibrio presupuestario en cada jurisdicción.
Con la publicación de los datos sobre la recaudación tributaria nacional del mes de mayo ($ 444.249,70 millones), tenemos la información necesaria para conocer cómo ha evolucionado la coparticipación tributaria. La masa coparticipable del mes de mayo fue de $ 271.964,71 millones, un 56,5% mayor a la masa coparticipable de mayo 2018 (muy cercana a la inflación interanual) y 45,6% mayor a la masa coparticipable del mes anterior (abril 2019).
Inflación.
Es importante, especialmente para Entre Ríos, que la masa coparticipable del mes de mayo haya aumentado siguiendo aproximadamente el ritmo del índice de inflación interanual. Recalco que es importante porque los fondos que reciben en concepto de coparticipación Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe representan (durante los 5 primeros meses de 2019) respectivamente el 71,4%, 56,20% y 63,60% de los ingresos tributarios totales de cada provincia.
Durante mayo, Entre Ríos recibió en concepto de coparticipación la suma de $ 7.042,81 millones (en abril de 2019 había recibido $ 4.824,81 millones). Mientras tanto Córdoba recibió en concepto de coparticipación nacional del mes de mayo $ 13.184,72 millones y Santa Fe la suma de $ 13.553,22 millones. Ante este contexto y manteniendo la ilusión de que algún día se logre disminuir la presión fiscal, nos queda seguir la evolución del mercado interno y percibir si existen en el segundo semestre indicios de recuperación que no solo repercutan de manera positiva en los bolsillos de los consumidores, sino también en las cuentas fiscales.
Por Julio Panceri – CPN / Docente / Consultor
