AL DÍA

“Dujovne miente en casi todo lo que dice”

José Luis Espert, el frontal analista estuvo en Paraná y dejó un reguero de definiciones polémicas. De recorrida por el país con su nuevo libro “La Argentina Devorada”, polémico y meridiano, estuvo en Paraná apenas media hora en la semana. Suficiente para conversar con DOS FLORINES y dejar un tendal de definiciones sobre el momento de la economía. Hombre lúcido y directo, liberal a la vieja usanza denosta al kirchnerismo por su impetuoso, desprolijo y inconducente populismo, pero también a Macri por tibio, a quien casi acusa de pusilánime, desperdiciando –según dice- las oportunidades que le brindan las urnas. Asegura que inflación, gasto público y déficit no bajan y que la discusión gradualismo-schock es inconducente, porque el problema es la dirección, no la velocidad. Un verdadero outsider en el debate económico que gana espacio por la contundencia de sus conceptos y perspectivas. Gustavo Sánchez Romero / sanchezromero@arnet.com.ar

Obviamente que la pregunta con la que se debe comenzar cualquier entrevista hoy día con un economista debe estar dada por sus certezas, expectativas y previsiones acerca de la reforma tributaria, laboral y previsional que propone el Ejecutivo como agenda de los próximos meses. Con José Luis Espert no será la excepción, aunque uno ya puede suponer que la plataforma de si bien su pensamiento estará sostenido en cierto pesimismo, es en la contundencia de sus argumentos donde está la riqueza de sus respuestas. “El paquete impositivo, no tanto la reforma laboral que tiene cosas para salvar, que anuncio el gobierno no tiene nada que ver y no encuentra conexión con los problemas de corto plazo que tenemos. La Argentina tiene un déficit fiscal difícil de financiar, tiene una presión impositiva salvaje, un gasto público impagable”, comienza diciendo para que no queden dudas. El autor de “La Argentina Devorada”, uno de los libros más leídos de los últimos meses estuvo en Paraná el martes, en paso raudo, invitado por la santafesina Fundación Río Paraná y con el soporte logístico de la Bolsa de Comercio de Entre Ríos. En el edificio del Centro Comercial e Industrial de Paraná conversó exactamente 26 minutos con DOS FLORINES, y allí dejo su estela de definiciones que bien vale la pena tener en cuenta. “Este año la balanza comercial tendrá un récord en déficit y se puede decir que será el tercer déficit comercial más grande en 117 años. De manera que no entiendo qué pretende atacar el paquete fiscal que proponen porque no tiene nada que ver con los problemas que tenemos. Dicho esto, la segunda reflexión que me merece es que si este paquete fiscal bajará 1.5 puntos la presión impositiva en cinco años –está bajando 0.3 del PBI por año y con esta proyección en medio siglo el país tendría la presión impositiva que las empresas y las personas puede pagar- y si el objetivo es pagar impuestos que demande todo este tiempo alcanzar un nivel óptimo, me parece absurdo. De manera que es un paquete poco serio. La reforma laboral tiene cosas salvables, pero no así el paquete impositivo”, conceptualiza Espert.

 

-¿Políticamente es posible otra reforma fiscal?

-Creo que alguna saldrá del Congreso. No tengo ninguna certeza acerca de cuál es la reforma que saldrá. A mí lo que me impresiona es que siempre los problemas fiscales se solucionan con algún aumento de impuestos. Siempre. No se hasta dónde pensamos llevar la presión impositiva sobre las personas, sobre la gente. Es increíble. No sé lo que piensa la política sobre esto…

 

-Si uno tendría que definir el momento podría decir: “es el gasto público, estúpido”…

-Sí, claro. Pero uno de los tantos problemas que tenemos los argentinos es que no conectamos lo que nos pasa con lo que hacemos. Si conectáramos lo que nos pasa con lo que hacemos, no estaríamos otra vez lanzando un paquete impositivo. Cuántas veces hemos aumentado los impuestos en los últimos 20 años. Fácilmente hubo un paquetazo impositivo cada cinco años. Claro; hoy tenemos la presión impositiva más alta del mundo, a pesar de lo cual tenemos un gasto público espantoso y un déficit fiscal entre los más grandes del mundo ajustado por PBI. Sin duda que el problema es el gasto. Pero acá hay un problema con el gasto público y es que la razón no está del lado de lo que si tienen poder de lobby. La razón la tenemos los que nos quejamos de la presión impositiva, porque quejarse de la presión impositiva es quejarse del gasto público porque cada peso de gasto público a la larga o a la corta es un peso de impuesto. La razón está del lado de los que nos quejamos de la presión impositiva impagable que tiene la Argentina. Ahora el poder de lobby no lo tenemos nosotros. El poder lo tienen quienes usan ese gasto público para perpetuarse.

 

El ministro.

-La proyección que presenta Nicolás Dujovne es reducir entre 1 y 1.5 puntos por año del gasto público…

-Dujovne miente. Dujovne miente con el déficit fiscal, miente con la baja del gasto público, miente con casi todo lo que dice. No es una persona que esté hablando con la verdad. Dice que este año el gasto público va a bajar 2 puntos del Producto y el gasto público que él publica no ha bajado nada. Es más, se han gastado la baja de ahorro en subsidios en obra pública y en el resto del gasto existente.

 

-Si el gasto es una pata del problema; ¿El endeudamiento es la otra?

-Si. El endeudamiento es consecuencia del elevado gasto público, porque el gasto público elevado trae como consecuencia déficit, y el déficit fiscal siempre, siempre se financia con deuda. La deuda que emitían los Kirchner –como estábamos en default en el mercado de bonos- era deuda que Cristina y Néstor le pedían al Banco Central. Pero es deuda de todas maneras.

 

-¿Esto es sin riesgo de una crisis final de la deuda como conoció el país o vamos hacia ese camino como vaticinan los agoreros?

-No. No hay ninguna chance de eso y menos de la crisis de 2001. Le voy a dar datos muy preocupantes, si Ud. quiere: Tenemos el mismo déficit de 2001; la misma deuda de 2001 y el mismo atraso cambiario de 2001. Sin embargo no hay ninguna chance de 2001 porque la situación es muy diferente desde el punto de vista político, hay un nuevo gobierno, no hay un presidente como De la Rúa –un presidente que era la nada misma-, con un plan económico sin consenso social. No hay ninguna chance de 2001.

 

Reformas.

-¿Qué otras reformas no están en la agenda política y que para usted son clave?

-A ver, hablemos de realidad. Porque una sociedad con fuertes falencias culturales como la nuestra, desde los gobiernos, se nos imponen relatos. Se nos impuso un relato evidentemente muy mentiroso desde el kirchnerismo, pero el macrismo también tiene su relato mentiroso. El macrismo nos dice que el gasto público está bajando: falso. Nos dice que el déficit está bajando: falso. Están bajando impuesto sobre los que están en blanco pero están subiendo para los que están en negro y van entrando al sector blanco. Nos dice que la inflación está bajando: falso. Las cosas que habría que hacer son todas aquellas que están vinculadas a la falsedad. Voy uno por uno. El déficit fiscal publicado por el propio gobierno, incluyendo intereses de la deuda como gasto, es el mismo que en los primeros 9 meses de 2016; me detengo un poquito acá. El gobierno dice que está haciendo un ajuste gradual en materia fiscal y por ese motivo durante algún tiempo se está endeudando, hasta que baje el gasto público y baje el déficit. Si uno utiliza la estrategia de endeudarse como puente, el endeudarse implica que la factura de intereses sube. Si la factura de intereses sube, el déficit sube, porque estos son parte del gasto. Sin embargo el gobierno excluye los intereses de la deuda como gasto en sus metas de déficit fiscal. De este modo, dice que cumple la meta de déficit, pero está excluyendo los intereses de la deuda que están creciendo y mucho como consecuencia de un crecimiento del endeudamiento. Entonces el gasto público no está bajando y por lo tanto el déficit, con los intereses de la deuda tampoco está bajando. El gobierno dice que está bajando la inflación. Si lo comparás contra 2016 si está bajando la inflación. Pero el año 2016 fue un año atípico. No se puede tomar como vara. El 2016 Argentina devualó, ajustó tarifas. Pero si lo compara con la inflación de CFK, estamos con niveles muy parecidos al último gobierno kirchnerista con el 23 o 24 %, al igual que la inflación de Cristina. Es una inflación más sana, es verdad porque ahora se están ajustando tarifas. No es que están bajando la inflación, el gasto y el déficit. Entonces esto me lleva a otra conclusión: la discusión gradualismo vs. Shock no tiene sentido. Acá hay un problema de brújula o GPS, de velocidad, no de sentido, dónde se quiere llegar. Argentina no está bajando la inflación –ni siquiera gradualmente-, Argentina no está bajando el gasto público –ni gradual ni drásticamente- y tampoco está bajando el déficit. Cuidado. No están mintiendo con las discusiones que nos están imponiendo. Ergo, la discusión verdadera es clara: brújula.

 

-¿Tiene la brújula Macri?

-Hasta ahora Macri me ha demostrado que sólo es kirchnerismo con buenos modales. Hasta ahora, económicamente hablando, hasta ahora. Si cambia será otra cosa. Pero acá hay que tener presente otra cosa. Cuidado que Argentina es campeón mundial en tener recuperaciones económicas que luego no se sostienen. Cuando Alfonsín lanza el plan Austral en 1985 tuvo un par de años de bonanza económica; cuando Argentina lanza la Convertibilidad en marzo de 1991 el país tuvo ocho años de recuperación económica. Cuando vinieron los Kirchner en 2003, la Argentina tuvo también ocho o nueve años de recuperación económica y terminamos después de 2011. Argentina siempre tuvo rebotes económicos después de algún ajuste o crisis, y ha inaugurado desde fines de 2016 un período de rebote económico que impacta en 2017 y que puede llevar varios años. Este rebote puede hacer crecer este año, en 2018 y creo que también vamos a crecer en 2019. Acá hay que diferenciar si Macri tiene la brújula o no de la recuperación económica. La recuperación económica ya empezó y va a durar algunos años. Ahora, así como pasó antes, si no se usan esas recuperaciones para transformarla en crecimiento, luego de ese veranito viene el otoño y el invierno. Hoy, como no soy adivino no te puedo asegurar qué es lo que le va a terminar pasando a Macri. Lo que si te puedo asegurar es que si Macri o el que viene después de Macri no cambia, el veranito será un crudo invierno.

 

-Se mostró escéptico al decir que el gobierno perdió las oportunidades que le dieron las urnas dos veces. ¿Qué cosa necesita hacer Macri para que Ud. se vuelva optimista sobre su futuro?

-Lo que no hizo hasta ahora. Bajar la inflación, bajar el gasto para bajar el déficit, y algún día bajar impuesto. Estas tres cosas las tiene que hacer. Hay muchos que creen que saben de economía porque nos pega a todos. Pero la economía es una ciencia muy compleja que hay que estudiarla y bien. Muchos me dicen…”bueno pero los costos políticos y sociales de hacer ajustes o cambios…”. Pero sucede que la economía algún día te pasa la factura. La economía tiene sus leyes que son impiadosas. Y ocurren y no le importan los costos políticos o sociales que provocan. Si es por esto, se hubiese hecho algo para evitar las crisis, pero sin embargo las crisis ocurrieron igual. Esto significa que a la economía no le importa si habrá o no crisis. Si Ud. hace déficit, déficit, déficit y en el mientras tanto el cuento de la clase política es que no se pueden hacer ajustes para no pagar costos sociales o políticos, llega un día donde Ud. paga los costos sociales y políticos que no quiso pagar antes todos juntos. ¿Por qué creen que cayó De la Rúa?. Cae porque un día la economía le pasó todos los costos juntos, cuando políticamente estaba cayéndose. Por más que Macri o la política diga esto o lo otro, debe saber que algún día la economía le pasará la factura. Incluso voy más allá. Macri puede llegar a 2019 con la economía creciendo y puede ser reelecto. Pero a mi Macri me tiene sin cuidado. Me preocupa que el país no conecte lo que le pasa con lo que hace. Si Argentina cree que esta vez le va a salir bien el mismo juego que ya le salió mal tantas veces, y vamos a terminar en problemas otra vez.

 

Inversiones.

-¿Cree que a Macri le creen los inversores cuando sale del país buscando seducirlos?

-Parecemos el “Día de la Marmota”(comedia de 1993 protagonizada por Bill Murray), la película donde todos los días son el 2 de febrero. Cuántas veces hemos visto pasar la gorra por el mundo para que traigan plata. Todos hacen lo mismo. No hay uno que no lo haya hecho. ¿No será que haya que hacer otra cosa? Por ejemplo: yo estoy en contra de los blanqueos de capitales, porque es una tomada de pelo de los que están en blanco. Ahora si usted ya lanzó un blanqueo y la promesa es que después lo vamos a sacudir con impuestos. Bueno, ahora lo sacudió con el impuesto a la renta financiera a los capitales blanqueados. En lugar de pasar la gorra, respete su palabra. Violamos la palabra, rompemos las reglas, y después queremos que venga plata de afuera.

-¿Se corresponden, a su juicio, los 1.000 mil millones que se recaudarán por la renta financiera con el impacto simbólico que tiene la medida?

– Es probable que se recauden mil millones. Pero el daño que genera no tiene sentido. No tendría que haber impuesto a la renta financiera porque aquellos que hablan a favor de las pocas cosas que falta gravar porque en el mundo se grava en todos lados, como dice Dujovne. Está bien. Pero en el mundo no hay ingresos brutos, no hay aranceles a la exportación como en la Argentina, no hay impuesto al cheque como el nuestro. El mundo no hace las salvajadas que hacemos nosotros, que además imitamos al mundo en lo que nos conviene, y no en lo que deberíamos imitarlo. Esta discusión sobre la renta financiera y la necesidad de imitarlo, me parece absurdo. Hay que ver la película completa, nosotros miramos el arbolito, pero si miramos el bosque nos daremos cuenta que tenemos la presión impositiva más grande del mundo y la más distorsiva.

-¿El nivel de tasas se corresponde con lo que necesita la economía?

-No, es demasiada alta la tasa. El BCRA ha decidido bajar la inflación con esta metodología llamada Inflation Targeting (metas de inflación) y creo que es inadecuada.

 

 

 

 

Chocho de la vida

José Luis es, también, y a pesar de todo, un tipo divertido que se muestra amable y acepta el juego hipotético de ser convocado para conducir la Cartera que hoy lidera Nicolás Dujovne, cosa eternamente improbable, con su  nivel de análisis. “Acepto sólo si Macri consigue el apoyo legislativo de ambas Cámaras, el de la Corte Suprema, el de los gobernadores para eliminar la Coparticipación Federal de Impuestos, para ir hacia un acuerdo de libre comercio con EE.UU. y con China y se decide bajar el gasto público 10 puntos en cinco años. Sí acepto”, ironiza, aunque asegura que realmente es lo que cree, y que no se trata de una chicana.

-¿Habla con Macri?

-No.

-¿Forma parte del grupo de economista que consulta mensualmente Sturzenegger?

-No.

-Es casi el hecho maldito de la patria economista…

-Feliz de la vida.

 

 

 

 

 

Aggiornar las leyes laborales

-¿Cuáles son los aspectos positivos que advierte de la reforma laboral?

-Acá hay una tarea de evangelización por delante. Argentina hace 70 años que tiene más o menos las mismas leyes laborales de Mussollini con la Carta del Lavoro, y esto es historia, no es ideología. Esas leyes estaban bien para mediados del siglo XX, pero son leyes laborales que han quedado perimidas como consecuencia de los grandes cambios que hubo. A raíz que nosotros nos hemos negado durante 70 años a flexibilizar las normas laborales, Argentina tiene hoy 5 millones de trabajadores privados trabajando en negro. Entonces, por la no flexibilidad que las leyes tienen en la Argentina, las empresas las han ido obviando de hecho y se empleó a 5 millones de trabajadores en la informalidad. Entonces hay que decir que a pesar o por esas leyes rígidas, la economía tiene este número de trabajadores en esa situación. Por lo tanto deberíamos reconocer que hay algo mal en las leyes laborales que tenemos y por lo tanto estar abierto al cambio. Yo entiendo que tratar una ley de flexibilidad cuando el plan de Convertibilidad estaba a punto de explotar fue una muy mala prensa para la flexibilización. Pero la flexibilización no tiene nada que ver con lo que pasó en los ´90. Es como decir que las privatizaciones provocaron la crisis. Yo entiendo la mala prensa que tiene el liberalismo en general, pero hay una gran responsabilidad en la perversión en el sistema que nos gobierna, pero hay que tener en claro –y esto no excluye a Macri, Kirchner, Alfonsín o De la Rúa, hablo del sistema- sin duda el liberalismo y la libertad son el enemigo, y por eso lo primero que hacen desde el sistema político, empresarial y sindical que nos gobiernan decir que “esto es neoliberal”. Saben que es el enemigo.

 

-¿La reforma laboral de Brasil generará desequilibrios en los esquemas productivos y terminará afectando, más aún, como dicen, la balanza comercial o es un lobo que azuza el gobierno para imponer el proyecto?

-La reforma que está impulsando Brasil no es tan agresiva como para que cambie objetivamente la competitividad brasilera sobre la argentina. No lo veo a eso. Veo que Brasil, en todo caso, va a jugar a favor nuestro porque está empezando a crecer, y en todo caso la preocupación real es un déficit comercial que explica parte del tercer déficit histórico del que hablábamos antes. Pero no lo veo por el lado de la flexibilización.

 

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